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Los bancos disparan las ejecuciones hipotecarias contra las empresas

El peso de la vivienda nueva en el mercado inmobiliario ha caído a la mitad en cuatro años.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

¿Regresa la burbuja inmobiliaria? Quizás no pueda afirmarse con rotundidad, aunque comienzan a aparecer datos inquietantes. El principal de ellos es el repunte de las ejecuciones hipotecarias por impago de los créditos iniciado el pasado otoño y tras dos años y medio de descenso sostenido.

Ese aumento de este tipo de incidencias crediticias y judiciales, en las que el prestador, normalmente un banco, reclama al deudor la propiedad del bien hipotecado cuando este deja de atender el pago de las cuotas, coincide con una desaceleración del mercado inmobiliario pese a la apertura del grifo del crédito por parte de las entidades financieras, que están volviendo a fiar el grueso de su negocio a los préstamos para adquirir casas.

Aragón alcanzó su registro mínimo de ejecuciones hipotecarias desde el inicio de la recuperación macroeconómica en el tercer trimestre de 2017, con solo 40 en toda la comunidad. Sin embargo, a partir de entonces ese dato se cuadruplicó: 173 hasta final de año y 160 entre enero y marzo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La cifra está muy alejada del pico de finales de 2014, cuando los bancos registraron 457 demandas de ejecución hipotecaria en los juzgados aragoneses, aunque marca un claro cambio de tendencia en el que también resulta llamativo que un 70 % de los pleitos vayan dirigidos contra empresas (personas jurídicas) en lugar de contra particulares. El último trimestre del pasado año y el inicial de este son los primeros de la serie (desde 2014) en los que los particulares son minoría.

Se compran menos casas, pero son cada vez más caras

Esta tendencia coincide también con una desaceleración de la compraventa de viviendas, en descenso desde el inicio del año, ya que el volumen de operaciones cerradas osciló entre 1.139 y 1.080 de enero a abril, con tres descensos consecutivos, cuando la primavera anterior había rondado las 1.200.

Las mismas estadísticas revelan cómo casi un tercio de las casas que se venden en Aragón se compran sin hipoteca, lo que apunta a que las adquisiciones no estarían siendo capitalizadas por particulares. En concreto, entre enero y marzo fueron transferidas en Aragón un total de 3.355 viviendas, mientras que las entidades financieras únicamente concedieron 2.268 créditos. Eso arroja un desfase de casi el 33 %.

A pesar de esas tendencias, o quizás por ellas, el precio de la vivienda continúa subiendo en Aragón; de manera sostenida en el de la usada, que ha subido más de un 9% en cuatro años, y con altibajos en la de estreno, cuyas valoraciones se han incrementado en más de once puntos.

Los aumentos de tasación de las viviendas usadas han llegado a superar a los de las nuevas en varias fases de ese cuatrienio; entre otras razones, porque se trata del formato más demandado.

El peso de las casas nuevas en las transacciones ha caído del 30 % de principios de 2014, cuando se cerraron sobre ellas 220 de las 720 operaciones registradas en la comunidad, al 15%, con solo 163 de 1.080 el pasado mes de abril.

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