De la heroína en los 80 a las nuevas tecnologías: el juego online, rey de las adicciones entre los oscenses más jóvenes
El Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca aglutina desde hace décadas la lucha contra las adicciones como heredero de Proyecto Hombre y hasta la evolución actual, en un momento en que las nuevas tecnologías y las casas de apuestas han surgido con fuerza y toman el relevo del alcohol y el cannabis entre los más jóvenes. En los 80 más de 150 personas eran adictas a la heroína en la capital oscense; una cifra similar de personas se atiende ahora en el Centro, que ha presentado sus reflexiones sobre los nuevos retos que presenta el siglo XXI.
Su responsable, José Luis Martín Retortillo, cree que “esta forma de pobreza ha de ser combatida. Lo hacemos de forma discreta, gratuita y altruista con una labor de escucha importante”. Y añade que “necesitamos una ayuda económica para sostener la labor pedagógica y recuperar la dignidad de las personas”.
El centro aboga asimismo por la prevención general y para grupos de riesgo. “La juventud es más sana de lo que creemos pero hay mucha droga en la sociedad. Es aparentemente atractivo para ellos y hay que darles educación y formación”, otro de los fundamentos de la entidad junto a la divulgación, como destaca Martín Retortillo. Las drogas, “se hallan en la sociedad pero lo que nos interesa es la protección de la juventud y la infancia, que representan el futuro”.
Aragón recaudó 43 millones de euros en tasas por juego
Pide “no bajar la guardia” ante el “tercer mayor negocio ilegal del mundo junto al de la guerra y las armas y el tráfico de esclavos y la explotación sexual”. En la provincia de Huesca hay “mucha droga pero una juventud estupenda, que en buena medida no ha probado nunca el alcohol o el cannabis”. A su juicio, no se sabe tanto de los fenómenos vinculados a las nuevas tecnologías como el juego y se deberían buscar “actividades lúdicas como alternativa” y romper con un exceso de proteccionismo hacia los más jóvenes.
En Aragón, con la denominada Ley de Juego 2/2000, se recaudaron en 2017 un total de 43 millones de euros en tasas por juego. Se regulan los juegos presenciales, online y loterías autonómicas y juegos de carácter tradicional. La protección de menores es competencia autonómica, con medidas para el acceso a casinos o el empleo de máquinas recreativas. En este sentido, Huesca ha sido una capital pionera en la aplicación de restricciones a las distancias mínimas entre salones recreativos y centros educativos, que ha de ser al menos de 350 metros.
María José Avellanas, técnico en conductas adictivas, explica que hace unos años el perfil de persona adicta a sustancias o al juego se refería a “un hombre de entre 30 y 40 años que lo hacía para ganar dinero y recuperar lo perdido”. Ahora, “son jóvenes de 15 a 35 años, muchos de ellos estudiantes, que dan de lado su actividad habitual. Las mujeres empiezan a los 35 o 40 años pero la progresión hacia la conducta adictiva es mucho más rápida que en los hombres”. La modalidad online es más adictiva que la presencial, sostiene Avellanas, “por la estimulación visual, claves para generar ilusión de control y la posibilidad de jugar en solitario. Supone una baja cuantía y poco tiempo, con la posibilidad de jugar 24 horas en cualquier dispositivo y con privacidad”.
Internet, móviles y videojuegos
Internet, los móviles y los videojuegos se encuentran muy presentes en el día a día de los jóvenes y se trata de “frenar las adicciones a tiempo. La adicción es una enfermedad crónica que dura toda la vida. Y aunque no tiene cura sí que existe la recuperación, en la que se puede llevar una vida totalmente normalizada y satisfactoria sin la necesidad de volver a consumir”. Óscar Saura, psicólogo, del valle de Benasque y de la asociación Familias contra las Drogas, añade que “en el juego aparece una pérdida de control que se vincula a las ”interferencias“ del día a día. Y se cree que se puede acertar el resultado. La adicción no la define el número de horas sino la pérdida de control y la interferencia con la vida”.
Jara Martínez, psicóloga, alerta de que “los jóvenes se encuentran expuestos a un anuncio de apuestas cada 15 minutos, y los chavales prueban antes el alcohol y el tabaco normalizados por la sociedad. De hecho, son las sustancias que generan más gasto para la Seguridad Social y ni siquiera las consideran drogas. Quieren ser escuchados y no que se les juzgue”.
El 5% de los jóvenes ya ha apostado a los 14 años
Según los estudios manejados por el Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca, el 57 % de los jóvenes ha probado el alcohol, el 27 % el tabaco, el 8 % el cannabis y 32 % no ha experimentado con ninguna sustancia. A los 14 años, un 5 % ya ha apostado y esta cifra sube a un 8,6 % a los 18 años. Entre los factores recogidos, las ganancias inmediatas y que se garantice el anonimato, la publicidad constante y gran cantidad de plataformas en cualquier lugar. Las adicciones provocan “irritabilidad, ansiedad, impulsividad, desinterés social, baja autoestima o introversión”.
Aland Medal, también psicólogo, se encarga del acompañamiento en el proceso de rehabilitación y reintegración con jóvenes, menores y familias que acuden al centro. “Es un trabajo difícil pero a la vez gratificante cuando se logra que la persona salga y se plantee nuevas perspectivas de vida”. Los datos provisionales indican que en este momento se atiende a 114 personas, hombres la mayoría. Todos consumen alcohol y tabaco, “la droga más difícil de quitar” y algunos pasan de ahí a la cocaína y al cannabis. Fija el comienzo del consumo en los 14 y 15 años, y otro aspecto que se ha de trabajar es “el sentimiento de culpa de los padres” que acuden al centro en busca de ayuda para sus hijos.