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Detrás del rebrote de la ruta migratoria hacia Canarias: negociaciones políticas, cambio climático y falta de oportunidades

Un migrante atendido por Cruz Roja tras ser rescatado de una patera por Salvamento Marítimo
20 de septiembre de 2020 20:45 h

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No fue necesaria una guerra para que Gambia dejara de ser un lugar seguro. Este pequeño país de África Occidental, con una superficie de poco más de 10.000 kilómetros cuadrados, no atraviesa un conflicto armado, pero la ausencia de trabajo y los “problemas derivados de la tradición y la religión” empujaron a Baboucarr a dejarlo todo para mantener a su hija. Por su parte, Ahmed (nombre ficticio) pagó 1.000 euros por salir del conflicto que atraviesa Malí desde 2013 y que ha derivado en un golpe de Estado este verano. “No puedes estar tranquilo. Hay asesinatos todos los días”, apuntó en una entrevista concedida a esta redacción. El portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, subrayó en el Parlamento autonómico que los únicos motivos que han provocado el repunte en la llegada de embarcaciones son las circunstancias que sufre cada país africano. Entre ellas, el cambio climático o guerras como la de Malí. Sin embargo, las negociaciones por el control fronterizo también condicionan el tránsito de personas por la ruta canaria.

Este viernes, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la comisaria de la Unión Europea Ylva Johansson aterrizaron en Mauritania, un Estado que cuenta con un papel protagonista en el control de la ruta hacia Canarias por el convenio de devolución que mantiene con España y que permitió, antes de la crisis de la COVID-19, la expulsión de inmigrantes, incluidos malienses que expresaron su voluntad de solicitar protección internacional, desde las Islas hasta Nuakchot. El objetivo de la visita del ministro del Interior es “reforzar la cooperación en materia migratoria y la lucha contra el terrorismo y la delincuencia”. La “necesidad” de reactivar las devoluciones ya fue expuesta por el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, que considera la paralización de las repatriaciones una de las causas del aumento de personas llegadas por vía marítima desde el continente africano. “Sería muy importante que en próximas fechas podamos devolverlos incluso con PCR negativa para que tengan la seguridad de que no van con la enfermedad”, propuso. 

El informe La industria del control migratorio, elaborado por la Fundación porCausa, reveló que entre 2002 y 2017 se firmaron contratos con 350 empresas por un valor total de 610 millones de euros para la vigilancia de las fronteras europeas. Buena parte de ellas vinculadas al desarrollo tecnológico, a la contratación de vuelos de deportación y a la gestión de los CIE. Algunas de las empresas citadas en el análisis son Indra, Telefónica Española, Dragados o Siemens. Este verano, según publicó El País, el Ministerio del Interior anunció la donación de 1,5 millones de euros en material policial a siete países africanos, entre ellos Mauritania, para “frenar la inmigración irregular”. Algunos de los recursos son equipos informáticos, cámaras, teléfonos o todoterrenos 

Visados imposibles 

Más de 5.300 personas han llegado a Canarias en lo que va de año en unas 200 pateras, cayucos o lanchas neumáticas.  Para ellas, acceder a Europa por vías regularizadas deja de ser una opción cuando conseguir un visado se vuelve una misión imposible. Para una estancia máxima de 90 días, los nacionales de Senegal deben pedir un visado Schengen o de corta duración. Algunos de los requisitos recogidos en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores son la justificación de la situación socioeconómica, el motivo de la visita, la contratación de un seguro médico con cobertura mínima de 30.000 euros o el pago de una tasa que roza los 100 euros y que no será devuelta si se deniega el visado. También se solicitan las nóminas del último semestre, extractos de la cuenta bancaria de los últimos tres meses, reservas de avión y de alojamiento. Además, la solicitud del visado no puede presentarse directamente en el Consulado, sino que se debe pedir cita previa online para solicitar los documentos. 

El estudio sobre las dinámicas migratorias publicado por la Organización Internacional de Migraciones (OIM) de Senegal refleja que un 58% de los migrantes desconoce los riesgos de la ruta antes de subirse a la patera, pero “no cuentan con alternativas viables”. En países como Gambia, la Cruz Roja celebra reuniones con jóvenes para ofrecer información sobre los riesgos sociales y de salud que implica emprender una travesía migratoria en estas condiciones. “Intentamos concienciar sobre las consecuencias que tiene salir del país para buscar un nuevo futuro”, explicó a este medio el responsable de gestión de desastres de la ONG en Gambia, Bouba Daboe.

Conflictos bélicos y cambio climático

El Ministerio del Interior no cuenta con un registro de datos acerca de las nacionalidades de las personas que han alcanzado Canarias en lo que va de año. Sin embargo, las organizaciones especializadas han advertido de un incremento en la llegada de malienses desde 2019. El país ubicado en el corazón del Sahel tiene una población de 20 millones de habitantes y una tasa de analfabetismo del 81%, según datos de Casa África. Desde 2013 sufre un conflicto armado que ha derivado en un golpe de estado este mes de agosto. Según datos de Acnur, el Observatorio de los Derechos Humanos detectó en 2019 secuestros, ataques a escuelas y hospitales, asesinatos, violaciones y una situación de alta vulnerabilidad para los niños en todas las regiones del territorio. 

La lucha a contrarreloj contra el cambio climático ya ha llegado tarde a algunos países del continente. Las sequías en el norte de Senegal y en Mauritania, el desplazamiento de las estaciones, así como la subida del nivel del mar en algunos pueblos de la costa oeste de África han destruido la forma de vida de comunidades basadas en el pastoreo y la pesca. La investigación El futuro de los nichos climáticos humanos, elaborado por distintas universidades internacionales, advirtió de que tres mil millones de personas abandonarían sus hogares en los próximos cincuenta años, en especial procedentes de aquellos territorios con menor capacidad de adaptación. En 2070, según este informe, un tercio del mundo tendrá el clima del Sáhara con temperaturas superiores a los 29 grados de media anual. Algo que en la actualidad solo vive un 0,8% del planeta.

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