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Teror vuelve a la carga en la fase 1 de la desescalada: “La gente está respondiendo muy bien”

Yolanda Quevedo en la Librería Greda, Teror.

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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Ilusión. Es la palabra que define a los comerciantes del municipio de Teror este lunes tras más de 50 días con sus puertas cerradas al público. Aún con la incertidumbre de cómo será la “nueva normalidad” reciben a sus vecinos y vecinas en la inauguración de la primera fase de la desescalada para toda Canarias. Según se recoge en la publicación del Boletín Oficial del Estado de este sábado, los establecimientos de hasta 400 metros podrán abrir siguiendo las recomendaciones sanitarias y con prioridad para las personas mayores de 65 años. Aunque existen opiniones contrarias, el pueblo respira esperanza y ganas de volver a generar actividad cuanto antes. Algunas de las personas consultadas afirman que la mañana ha ido “mucho mejor” de que lo podían imaginar.

Ana María Ferrera, de ‘Decoración Aniter’, recibe a los clientes que guardan la distancia de seguridad de dos metros en la calle con la alegría que siempre le ha caracterizado. No puede disimular su entusiasmo. Después de casi dos meses de parón absoluto vuelve a poner su tienda de decoración en marcha. “Estoy super contenta”, asegura mientras muestra la reforma que ha hecho en su establecimiento durante el tiempo de confinamiento. No se esperaba la respuesta que ha tenido este primer día de desescalada y su deseo es que continúe así para poder sacar a su única trabajadora del ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), aunque de momento prefiere esperar y no arriesgarse.

En esta primera mañana también ha recibido a gente de pueblos cercanos que se han desplazado hasta la Villa Mariana para hacer sus primeras compras. “Tenía muchas ganas de venir a Teror, en mi pueblo no hay tantos comercios y durante estas semanas he aprovechado para cambiar toda la decoración de mi casa”, relata una vecina de Valleseco mientras hace la cola. Con la incertidumbre normal del proceso de desescalada que está viviendo el país, Ferrera afirma que continuará con su horario habitual para atender al público.

Con ganas de luchar y con la esperanza de que todo vuelva a la normalidad se encuentra Nayra Rodríguez. Tiene una tienda de artículos artesanos entre los que destacan bolsos, joyas, ropa… y reconoce que la situación está siendo “muy difícil”. Sus clientes potenciales eran los turistas que cada día -y especialmente los fines de semana- paseaban por las calles de Teror. Con las restricciones de estos momentos debido a la crisis sanitaria cree que tendrá “muy difícil” remontar. Su casera le perdonó el alquiler del mes de abril, algo con lo que “siempre” le estará agradecida.

Rodríguez es autónoma y tiene una trabajadora en ERTE, por lo que se está empezando a plantear alternativas como crear una web para vender sus productos. Además, la propietaria de ‘Naymar Artesanía’ es miembro de la Fedac (Fundación Para el Estudio y Desarrollo de la Artesanía Canaria), un sector que, opina, lo está pasando “muy mal”. “Ahora no hay ferias, no hay mercadillos, hasta que no se abran las fronteras al turismo esto pinta horroroso”, lamenta. No obstante, confía en que se trate del primer día y que mucha gente se esté adaptando a la nueva situación, por ello de momento ha decidido abrir su negocio solo por las mañanas.

La propietaria de la Librería Greda, Yolanda Quevedo, se enfrenta al primer día de la fase 1 de la desescalada con positividad y ve “buena respuesta” por parte de la gente. Se acercan a comprar material escolar, libros, detalles o a fotocopiar e imprimir papeleo. Además, ha decidido crear una vía alternativa para evitar las esperas, muchos clientes hacen los pedidos a través de WhatsApp o redes sociales y los prepara para que vengan a recogerlos directamente.

Desde que se declaró el estado de alarma tuvo que parar toda la actividad y en estos momentos la ha reanudado con el horario habitual por la mañana y reducido por la tarde, si la situación es viable, volverá a su horario habitual lo antes posible. Uno de sus trabajadores se encuentra en ERTE y otra de baja laboral, por lo que espera que todo vuelva a la normalidad lo antes posible. “Yo tengo ilusión y esperanza”, afirma mientras saluda a sus clientes habituales que aguardan en la cola para entrar. “La gente está concienciada y está respetando mucho”.

Carmelo Ferrera no ha parado su actividad pese a la declaración de estado de alarma. Desde el primer día decidió buscar alternativas a través de las redes sociales y recibió una alta respuesta por parte de la población tanto de su municipio como de otros por toda la Isla. “Dentro del malestar de la situación estoy muy bien”, admite. Regenta una tienda de muebles y electrodomésticos en Teror, ‘Comercial Ferrera’, y durante estos más de 50 días ha hecho el servicio a domicilio. “La semana pasada fui hasta Mogán a hacer un reparto y todos los días me desplazo por los municipios más cercanos. Iré a donde tenga que ir”, asegura. Tiene claro que esta nueva fórmula de comercio ‘online’ ha llegado para quedarse.

Este lunes no ha podido abrir su tienda al público ya que no la tenía en condiciones debido a los repartos de las anteriores semanas. Si bien, atiende a la gente que se acerque y le toque en la puerta mientras la prepara para abrir este martes. Se siente afortunado, pues tampoco ha tenido que emplear ERTE para sus trabajadores que hasta ahora han seguido funcionando con normalidad.

La respuesta ha sido “mejor de lo que esperaba” para los propietarios de ‘Nabiluz Interiores’. Durante la mañana se ha generado “bastante movimiento” y vuelven a abrir sus puertas con “mucha ilusión” en la fase 1 de la desescalada, cuenta Isabel Ferrera, entretanto recuerda a los clientes y visitantes la importancia de desinfectarse las manos.

La semana pasada ya se pusieron en marcha para llevar a domicilio los pedidos que tenían pendientes antes del 14 de marzo y ahora esperan que se vuelva a la normalidad cuanto antes. No obstante, reconocen que aún “es pronto” para sacar conclusiones y tienen dudas de cómo será esta vuelta a la normalidad. Muchos comerciantes ven esta etapa como una “oportunidad” para reactivar el comercio local.

La entrada en la fase 1 de la desescalada ha sentado muy bien a los terorenses, que este lunes no han podido reprimir sus ganas de salir a la calle para hacer sus primeras compras o tomarse algo en algunas de las terrazas abiertas. Las mascarillas eran las protagonistas en la popular calle Real y los saludos, aunque a distancia, desprendían mucho calor.

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