Canarias se frena en la producción de vinos de calidad
Malos tiempos para la agricultura en Canarias, y mucho más si los cultivos elegidos son los tradicionales en las medianías de las islas (o el característico en Lanzarote): la uva de vinificación, en el puesto número uno, y la papa, en el dos. Según los registros oficiales elaborados y publicados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca con datos servidos por las propias comunidades autónomas, el archipiélago ha reducido la producción de vinos de calidad con certificación de denominación de origen protegida (DOP) en el 23% (84.236 hectolitros -un hectolitro son 100 litros- en 2018 y 65.252 en 2022), casi un cuarto menos respecto a lo que Canarias ofertó en esa misma modalidad, la de calidad certificada, en el año 2018, hace solo un lustro.
Esa caída en el embotellamiento de vinos isleños con DOP guarda relación con causas coyunturales y estructurales; por un lado, las a veces peores vendimias por condicionantes meteorológicos (con la necesidad de riegos de urgencias, cuando son posibles, por las mayores temperaturas y evaporación), combinadas casi siempre con plagas y otros problemas de sanidad vegetal, las coyunturales, y por otro lado, la reducción, aún en porcentajes bajos, de la superficie cultivada de vid, junto con otros condicionantes de mayor o menor impacto.
A todos esos factores se une otro relevante: la destrucción de explotaciones vinícolas en la isla de La Palma, algunas en DOP, debido a las coladas y cenizas expulsadas por el volcán de Cumbre Vieja, que erupcionó en septiembre de 2021 y dejó sin posibilidad de uso unas 36 hectáreas totales de vid, según el balance realizado por las autoridades competentes tras darse por finalizada la actividad del edificio volcánico. A los efectos negativos de esas emergencias naturales, este año 2023 se unirá en Tenerife y también en La Palma la destrucción de fincas de vid ocasionada por los grandes incendios forestales del verano en zonas altas de las medianías.
Atendiendo al análisis de los valores del Ministerio, en 2022 Canarias dispuso de 6.261 hectáreas de vid para vinificación, mientras que cinco años antes ese registro se hallaba en 6.354 hectáreas. La aminoración de superficie con vid en cultivo y atendida no es muy elevada, pero sí puede ser una causa del descenso general en la oferta de botellas de vino con DOP de Canarias, alguna de las 11 hoy existentes (DOP El Hierro, La Gomera, La Palma, Lanzarote, cinco en Tenerife -Tacoronte-Acentejo, Valle de La Orotava, Ycoden-Daute-Isora, Abona y Güímar, e Islas Canarias). Hay que recordar que Canarias llegó a tener hace algunos decenios, por ejemplo en los ochenta, en torno a 12.000 hectáreas de viñedos, según cálculos oficiales.
Caídas con distintas velocidades
El descenso en la producción de vino con DOP en las islas, cifrado en el 23% para el lustro 2018-22, poco tiene que ver con la caída, mucho más limitada, para la variable global de vino ofertado por Canarias entre esos dos mismos años, en este caso con una reducción solo del 3,5%, lo que supone pasar de 118.118 hectolitros en 2018 a los 113.975 de 2022.
Ese registro demuestra que el volumen de pérdida de producción se halla de forma preponderante en las vinificaciones amparadas por certificaciones de origen, además con mayor impacto en los productos que se elaboran con uva tinta, más escasa que la blanca en prácticamente todas las islas, mucho más incluso para el caso de las elaboraciones con sello de calidad DOP.
En 2022, el total de producción de vino con DOP en las islas se repartió entre 40.481 hectolitros de blanco (casi el doble que de tinto) y 24.771 de tinto y rosado (este último, el más escaso). En cambio, los valores globales plantean una distancia más corta. Canarias produjo en 2022 la cantidad de 113.975 hectolitros, de los que 68.434 eran de vino blanco y el resto, 45.840 (un tercio menos que de blanco) , de tinto y rosado, con dominio abrumador del tinto en este grupo, como es lógico.
La opinión de los vitivinicultores
El sector productor de vinos de calidad en Canarias se agrupa en la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias (Avibo), una entidad que de forma continua hace diagnósticos sobre la situación de la viticultura en la isla de Tenerife y, por extensión, en el archipiélago.
A partir de sus análisis, la organización empresarial Avibo no deja de subrayar que el sector productor de vinos de calidad en las islas apuesta por mejoras destinadas al sector en el programa comunitario Posei, con el objeto de estimular el necesario aumento de la producción cultivada por la vía de modelos de ayudas directas que tengan en cuenta no solo la superficie cultivada sino también la producción recolectada y vinificada con calidad certificada.
También insisten en la necesidad de modificar el seguro de la viña, adecuándolo a las peculiaridades de las islas, de tal manera que este garantice la cobertura correcta en caso de incidencias en los cultivos, algo que ahora no se da.
Según expone Avibo, es imprescindible poner en marcha el Plan de Saneamiento Vegetal, que se lleva pidiendo desde hace tiempo y que permitirá disponer de plantas productivas libres de virus (material vegetal limpio).
A su vez, Avibo apuesta por eliminar los DUA para las exportaciones de vino de menos de 500 euros, para facilitar de esta manera el comercio online, una modalidad de venta que en la actualidad no arranca lo suficiente en el sector vitivinícola local, pues se encuentra en desventaja al competir sin poder beneficiarse de las posibilidades del comercio electrónico.
Para los representantes de Avibo, es clave “comenzar a trabajar en esa línea, lo que hará, con toda seguridad, que aumente la rentabilidad de la viticultura, que los jóvenes empiecen a interesarse por esta actividad agrícola y que la situación de la viña y el vino en Canarias revierta y se convierta así en una opción de futuro”.
0