“El plan general tiene en cuenta un modelo de desarrollo sostenible”
Íñigo de la Serna (Bilbao, 10 de enero de 1971) opta a su tercer mandato como alcalde de Santander, donde gobierna con mayoría absoluta desde que tomó el relevo de Gonzalo Piñeiro en 2007. Tras su breve paso por la empresa privada, ha tenido una amplia carrera profesional ligada a la política. El candidato del Partido Popular en la capital de Cantabria también ostenta los cargos de presidente de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) y de la Red Española de Ciudades Inteligentes, lo que le ha otorgado una gran proyección a nivel nacional. Pese a que se especuló con su retirada, asegura que está “comprometido” con el futuro de Santander y se muestra seguro de recuperar la confianza de los vecinos el próximo 24 de mayo.
¿Ve peligrar la mayoría absoluta o confía en revalidar su cargo como alcalde con solvencia?
Aquí nadie está confiado. Estamos tranquilos porque estamos haciendo lo correcto: trabajar para conseguir la confianza mayoritaria de los vecinos. No sé cuál será el resultado, pero nosotros estamos en la calle para entregar a los ciudadanos nuestro programa. Serán los santanderinos los que decidan qué Corporación quieren para los próximos cuatro años.
¿Esta legislatura puede ser la última de Íñigo de la Serna en el Ayuntamiento de Santander?
Ese tipo de cuestiones no tocan ahora. Lo que intentamos es revalidar la mayoría absoluta, como para preocuparnos ahora de qué ocurrirá en las siguientes elecciones...
Sin embargo, en la presentación de su programa electoral habló de un fin de ciclo, de una legislatura en la que se cerrará una etapa.
Eso es porque nuestro plan estratégico tiene un escenario previsto para 2010-2020. Estamos en el ecuador y hemos dado pasos muy importantes, porque Santander no tenía presencia internacional y ahora ocupa puestos destacados. Hace cuatro años no habíamos iniciado un cambio en el modelo productivo, en el que la cultura, como uno de los ejes fundamentales de cambio, no había iniciado proyectos como el del Centro Botín. Ahora tenemos realidades en ejecución, nuevos e ilusionantes proyectos como la sede del Museo Reina Sofía, y compromisos cumplidos como el Anillo Cultural. Iniciábamos también un recorrido hacia la innovación tecnológica completamente incierto y hoy ocupamos puestos de liderazgo. Es decir, que estamos en el ecuador de ese proceso de transformación. Es el momento, por tanto, de culminar ese modelo que no viene establecido por nosotros, por el equipo de Gobierno, sino por la sociedad en su conjunto.
-Entiendo que una medida como la limitación de mandatos que defienden otros partidos no entra en sus planes…
[Se ríe] La limitación de mandatos no la decide el alcalde de Santander. En este país no está establecida y cada uno toma sus decisiones. La mía la tomaré yo.
-¿Qué fue lo que le hizo dudar sobre su posible candidatura?
Muchas cosas. Era una decisión personal, muy importante para mi futuro y para el de mi gente más cercana. Por responsabilidad, pero no ya política, sino estrictamente personal, tomé la decisión como se deben tomar estas cosas, analizando todas las variables y alternativas que de una u otra forma me podían afectar. También hablando con el propio presidente del partido, con quien también traté el asunto. Fruto de todas estas conversaciones, cuyo contenido no voy a desvelar, tomé la decisión final. A partir de ahí, estableces un compromiso. Y el mío es ser el candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Santander.
-En los últimos meses se han producido diversos movimientos en la ciudad, que usted llegó a calificar como 'plataformitis'. ¿Se arrepiente de haber acuñado ese término?
Yo estoy absolutamente a favor de la participación ciudadana y no entendemos ningún proyecto si no es con participación ciudadana. El alcalde de Santander, cada vez que acude a un barrio, cuenta siempre con la asociación de vecinos. Si ponemos en marcha un proyecto, tratamos de conocer su opinión. En fin, creo que somos un ejemplo de transparencia y participación ciudadana. Otra cosa es que en un momento dado, a la pregunta de un periodista, yo utilizara un término que abría una posibilidad: la creación en periodo electoral de distintas plataformas contra el equipo de Gobierno. Fue decirlo y crearse dos.
No sé si tenía razón o no, pero los hechos demuestran que cuando fuimos a trabajar al Parque de La Marga, la gente se agolpaba durante días en la valla, generando protestas sobre no sé muy bien qué. A día de hoy está abierto el parque y he podido hacer recientemente un recorrido con decenas de vecinos. Creo que es un magnífico parque, que ahora empieza a ser disfrutado por el barrio, cuando antes era un lugar sombrío, sin utilizar, absolutamente acosado por el tráfico y con unos criterios de urbanización que no tienen nada que ver con el Santander futuro que estamos diseñando. Desde entonces, ni una palabra de esa plataforma.
-También hubo protestas y se creó una plataforma en defensa de la senda costera. ¿Reconoce algún fallo en su actuación por no haber estado vigilante en un proyecto que afecta a una de las zonas más naturales de Santander?
Lo que nosotros hemos solicitado, de acuerdo con las asociaciones de vecinos, es una propuesta para eliminar parte del vallado que entendíamos que en su despliegue efectivo producía un impacto estético importante. Yo recuerdo perfectamente al Partido Socialista encantado con el proyecto de la senda costera. Es decir, que aquellos que intentan derivar responsabilidades al equipo de Gobierno son los mismos que respaldaron el proyecto, aunque se nieguen a reconocerlo. Las actas del Ayuntamiento están ahí y esos grupos lo aprobaron sin miramientos. Hemos propuesto esa modificación y confiamos en que Costas acometa la eliminación de parte de ese vallado, para que se genere un espacio de oportunidad para los vecinos y turistas, en un lugar de alto valor ecológico que debemos conservar, pero también enseñar.
-En esa zona está previsto también construir un campo de golf. ¿Dónde ha quedado ese proyecto en su programa electoral?
Nosotros hemos presentado un proyecto de todo el parque litoral que salió de un concurso de ideas, con participación ciudadana, y fueron los vecinos los que votaron qué propuesta querían que se desarrollara. Esa propuesta, la que los vecinos que votaron, ha llevado a la elaboración de una ordenación que hemos hecho pública. A partir de ahí, abriremos un nuevo proceso de participación ciudadana en el que se dará la opinión sobre ese plan especial. Entendemos que es un espacio muy importante para nuestro futuro, en el que tenemos que garantizar la conservación, pero también generar nuevas oportunidades de uso y disfrute de todo el entorno que repercuta en los vecinos. Lo prudente es esperar a ese proceso, que llevará asociado un plan especial para el desarrollo urbanístico de todo el espacio.
-El desarrollo urbanístico de la ciudad ha estado, precisamente, en el punto de mira de la oposición. ¿Cree que el plan general ha quedado obsoleto como consecuencia de la crisis y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria?
Afortunadamente, ese plan se hizo en un momento de crisis económica y se realizó una revisión al alza de la superficie destinada a sectores productivos. Conseguimos generar cerca de 900.000 metros cuadrados más de suelo de los que inicialmente estaban diseñados seis años atrás en el proyecto. Fue un plan asumido socialmente. Se presentaron cerca de 10.000 alegaciones y un 90% fueron admitidas. Después de cuatro procesos de información pública, acabamos con un documento que ha permitido desarrollar el paseo marítimo de Marqués de la Hermida, el Centro Botín, la reforma en el entorno del Dique de Gamazo, actuaciones estratégicas para mejorar las comunicaciones, un incremento del suelo productivo… El plan general de Santander tiene en cuenta un modelo de desarrollo sostenible.
-Lo que no encaja es con la tendencia decreciente de la población de Santander, que en los últimos ocho años, en sus dos legislaturas como alcalde, ha perdido cerca de 10.000 habitantes. ¿Cómo combate este problema el Ayuntamiento?
¿No encaja en qué sentido? Si hay alguien en la historia democrática de este país que desarrolla un plan general cuyo contenido es disminuir el número de viviendas de cara al futuro… Yo no conozco ninguno, sinceramente. El plan general es un documento de futuro, que tiene que tener la flexibilidad suficiente para adaptarse a las necesidades y al propio desarrollo de la sociedad. Tiene que tener posibilidades de crecimiento, como la que le hemos dado a las 1.000 familias que ahora viven en Santander gracias al plan general y a la política social de vivienda que estamos desarrollando. Esas 1.000 familias se hubieran ido de Santander de no tener esa opción. Gracias al plan general estamos creando instrumentos de apoyo para que esa población encuentre en la ciudad un lugar donde vivir. En el caso de las viviendas sociales, a mitad de precio de lo que sería en el mercado libre.
-Durante muchos años no se promovió vivienda de protección oficial en Santander. Ahora, que se ha hecho un esfuerzo importante, se han tenido que adaptar las condiciones para adecuarse a la demanda. ¿Cómo valora este hecho?
Es cierto que en los ocho años de Gobierno socialista-regionalista no se hizo ni una vivienda de protección oficial. Nosotros llevamos 1.000 y vamos a terminar a lo largo de este mes de mayo otras 200 en alquiler, en alquiler con derecho a compra o en régimen de venta. Se han tomado decisiones para cada promoción dirigidas a facilitar las condiciones, que van desde pagar la mitad de la entrada por el Ayuntamiento, y que ésta sea devuelta a cinco años sin interés ninguno, o condiciones para bajar hasta el 20% el precio final de la vivienda, o descontando hasta el 80% del recibo. Una persona en Santander, y esto es algo inédito en España, cuando paga en alquiler con derecho a compra, descuenta cada mes el 80% del precio final de la vivienda. Está haciendo un pago a plazos durante 10 años, quedándole solo el 20% posteriormente.
-Entre las viviendas que entregarán próximamente se incluyen las de Prado San Roque, en las que se reserva un número determinado para vecinos que serán expropiados y perderán su casa como consecuencia del plan urbanístico que se está desarrollando en esa zona. ¿Cuándo van a tener más detalles al respecto los afectados?
El plan existe desde hace 20 años. Es el mismo plan que existía y venía marcado por el plan general. No ha surgido ahora. En cualquier caso, esas doce viviendas, si no son ocupadas por la razón que sea, se ocuparían por otras personas o en régimen de cesión a personas sin recursos. Ahora, lo que sí vamos a hacer es entregar 48 viviendas a los vecinos. Por cierto, todas ellas vendidas y que van a recibir este mismo mes.
-¿El desalojo de Amparo Pérez fue uno de los momentos más complicados de la legislatura?
Lo he explicado en innumerables ocasiones. Nosotros teníamos un proceso abierto de expropiación y estamos obligados a un cumplimiento estricto de la legalidad vigente. Teníamos que desarrollar una obra de interés general, prevista también en el plan general desde hace veinte años y que está contemplada en todos los instrumentos de ordenación de la Vaguada de Las Llamas, y se llevó a cabo el mismo procedimiento expropiatorio que se siguió con el resto de los 39 vecinos afectados. Es el mismo, además, que se ha seguido siempre. Es el Jurado de Expropiaciones el que establece una cantidad para el abono del inmueble correspondiente. Nunca el Ayuntamiento, que tiene que atender a lo que dice ese Jurado.
Si hubiéramos realizado un desembolso por encima de ese valor, como se pretendía, estaríamos cometiendo un delito, una prevaricación, regalando dinero de todos los cántabros. El actual equipo de Gobierno, si seguimos teniendo responsabilidades en el futuro, será absolutamente honrado. Nunca permitiremos que nadie de nuestro equipo cometa un acto de prevaricación para favorecer a un particular. Ahora que se habla de corrupción política, de casos en los que los políticos han dado o han recibido dinero al margen de lo que marca la ley, hay que subrayar que es un acto execrable. Vamos a ser siempre fieles a un espíritu de honestidad y honradez en el ejercicio de nuestras responsabilidades.
-Más allá de la operación en sí, que se basa en argumentos que había escuchado en otras ocasiones, le preguntaba a nivel personal. ¿Cómo vivió todo el conflicto durante esos meses?
Mire, cuando tengo que ejercer mis responsabilidades como alcalde, tengo que hacerlo pensando en el cumplimiento de la ley, en primer lugar, y en el interés general y el bien común, tratando de atender las necesidades de aquellas personas que requieran de cualquier tipo de ayuda social del Ayuntamiento. Lo que nunca podré hacer es saltarme la ley. Ni puedo yo ni debe hacerlo nadie. Cuando yo actúo a nivel personal, estoy haciéndolo también las 24 horas del día como alcalde. Tengo unas responsabilidades que son las mismas que tiene cualquier alcalde en un municipio de España.
-Otra de las preocupaciones ciudadanas más habituales tiene que ver con el empleo. ¿Cómo puede influir un municipio en el desarrollo del mercado de trabajo?
Las competencias no son nuestras, pero tenemos herramientas para poder generar empleo. Lo hemos hecho a través del I Pacto Territorial por el Empleo, en el que ya hay 34 organizaciones que han firmado un documento con 160 medidas muy concretas. Es un instrumento único. Lo vamos a hacer desde el apoyo al sector empresarial, con la devolución de impuestos durante dos años para aquellas empresas que se instalen en nuestra ciudad en ámbito como el tecnológico o el cultural. También con la bonificación del 60% del IBI para aquellas empresas que creen empleo, con líneas específicas para los colectivos desfavorecidos o becas para las personas tituladas que no consiguen un trabajo. Y ofreciendo más facilidades desde el punto de vista administrativo para su instalación o tratando de hacer gestiones para captar empresas. Yo soy enormemente positivo y optimista con la llegada de empresas. En muy poco tiempo, vamos a presenciar una cascada de buenos acontecimientos en el sector empresarial que dará un buen empujón en la creación de puestos de trabajo en la ciudad.
-Una de las apuestas más destacadas del Ayuntamiento durante su mandato ha sido el sector cultural. ¿Ha podido influir el retraso en las obras del Centro Botín?
Bueno, a la vista está que se han eliminado muchos de los obstáculos que tenía una obra de gran complejidad y estoy enormemente agradecido a la oportunidad que nos da la Fundación Botín de tener un equipamiento de lujo, único, que va a transformar la ciudad de Santander. Si a eso unimos la sede asociada del Reina Sofía, el trabajo que vamos a hacer en el entorno de La Florida, la finalización del Anillo Cultural o las redes que estamos tejiendo a nivel internacional con el Camino Cultural Atlántico o las ayudas que prestamos al sector local, nos encontramos con un proyecto cultural capaz de contribuir a la transformación de la ciudad.
-¿Y hay fecha para la finalización del Centro Botín?
Aún no. Será la Fundación Botín la que tenga que hablar de plazos. Todavía queda.
-Otro de los asuntos que siempre surge en el debate municipal es el de los impuestos. ¿Cuál es su propuesta?
¡A bajarlos! Lo vamos a hacer comenzando por una revisión de los valores catastrales del IBI. Fue el Gobierno socialista el que lo subió un 70% y ha sido el del Gobierno del Partido Popular el que lo ha situado en el valor histórico más bajo de Santander y uno de los más bajos de toda España.
-Lo que pasa es que el Gobierno de Mariano Rajoy va a cumplir cuatro años en el mes de noviembre…
Efectivamente. Yo he sido presidente de la FEMP y al señor Zapatero se le pidió reiteradamente desde los municipios que nos permitiera hacer revisiones de los valores catastrales y nos dijo que no. Ha tenido que venir el Gobierno de Rajoy para cambiar la ley y permitir que los ayuntamientos sí pudieran iniciar esa renovación. El Gobierno de Rajoy fue sensible y nos permitirá en el futuro hacer que descienda el recibo.
-En las dos legislaturas pasadas, el Ayuntamiento hizo una gran oposición al Gobierno del PSOE y PRC. ¿Por qué ha bajado ese nivel de reivindicación ante Ignacio Diego?
No, no, no. Nosotros estamos reivindicando permanentemente.
-Se hablaba mucho de la Carta de Capitalidad, por ejemplo…
Cada vez que veo a Nacho se lo digo.
-¿Y cuál es su respuesta?
Lo que ha dicho públicamente. Que tiene que seguir realizando reformas, porque tuvo que salvar a la comunidad autónoma del desastre y que hay que realizar una reestructuración de la economía para poder generar empleo, que es la máxima prioridad. Se da una explicación coherente con la situación actual. Cuando reivindicaba ante el Gobierno anterior, no se me contestaba.
-En el hipotético caso de que no hubiera una mayoría absoluta en Santander, ¿se ve con capacidad de llegar a acuerdos con otros grupos’
Este tipo de escenarios se valoran cuando se producen. Vamos a trabajar con humildad para conseguir la confianza mayoritaria. Los ciudadanos son soberanos para elegir la composición de la próxima Corporación municipal. Será después, en todo caso, cuando habrá que hablar de acuerdos.
-Santander tiene una particularidad: es una de las pocas capitales españolas en las que nunca ha habido alternancia política. ¿Qué análisis hace de esa circunstancia?
Yo no soy analista político. Soy un hombre sencillo, que cada día aprende en esto de la política algo más. Trabajo con un grupo de personas extraordinarias sin las cuáles yo no sería absolutamente nada. No sabría realizar un diagnóstico. Lo que sé es que tenemos un proyecto para el Santander del futuro. Un proyecto de oportunidades, de ilusión, que puede generar mucho empleo y que va a atender siempre a la cohesión social y pretende seguir avanzando en lo que se transmite en el exterior: la idea de una ciudad dinámica, abierta, que trata de entender que su futuro pasa por el progreso ligado a otras ciudades.