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Guía práctica para la cuarentena de un positivo por COVID-19: cómo funciona el aislamiento y qué medidas debes tomar para evitar contagiar a tus convivientes

Un chico jugando a videojuegos en su habitación

Blanca Sáinz

28 de agosto de 2020 13:47 h

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Ante la escalada de los contagios y para facilitar que los rebrotes se frenen al primer síntoma, Salud Pública del Gobierno de Cantabria ha creado un documento que resuelve las dudas que puede generar tener que autoaislarse por ser positivo en COVID-19.

Dicho documento, que se proporciona únicamente a aquellos que deben permanecer en cuarentena, especifica cuál es exactamente el protocolo de actuación para evitar contagiar al resto de convivientes del domicilio, mediante unas medidas que también sirven para aquellos casos sospechosos que están a la espera de realizarse la prueba PCR y de su resultado.

Para hacer más práctico su uso, se han dividido estas normas, que son de obligado cumplimiento, en diferentes apartados:

El primero de ellos expresa únicamente la obligatoriedad de disponer de teléfono para garantizar la comunicación permanente con el personal sanitario, pero a partir del segundo punto comienzan las advertencias donde, por ejemplo, ya se habla sobre el lugar en el que el paciente permanecerá aislado.

Cabe destacar que todas las cuestiones se basan en “recomendaciones”, que pasan por realizar la cuarentena en una habitación de uso individual “con ventilación directa a la calle y con la puerta cerrada” o por utilizar un baño de uso exclusivo del infectado, y en caso de que no se pueda “debe limpiarse con lejía doméstica después de cada uso del paciente”.

Asimismo, en caso de que sea necesario acudir a las zonas comunes del domicilio, el documento indica que se debe utilizar la mascarilla quirúrgica en todo momento así como cuidar la higiene de manos. Respecto a la ropa de cama, las toallas o incluso la personal, Salud Pública apunta a que esta sea utilizada únicamente por la persona aislada. Como es lógico al tratarse de un aislamiento, la persona en cuestión no debe recibir visitas e incluso se recomienda realizar un registro diario de entrada y salida de las personas que accedan a la habitación.

Sobre las medidas de protección de las personas en el domicilio, se establece que durante el periodo de aislamiento no convivan en el domicilio personas vulnerables como mujeres embarazadas, inmunodeprimidos o ancianos. También se refuerza la idea de que los convivientes deben evitar el contacto directo con sus fluidos corporales, por lo que no deben compartir objetos de uso personal como platos o cubiertos.

Tanto el posible infectado como las personas que viven en su domicilio deben lavarse las manos de forma constante o con agua y jabón o con la solución hidroalcohólica. No obstante, los convivientes se consideran “contactos” del paciente de coronavirus, por lo que deben vigilar la aparición de síntomas.

Al tratarse de una enfermedad que puede afectar especialmente a personas vulnerables, Salud Pública ha dedicado uno de los puntos a aquellos que acompañarán al paciente aislado a través de los cuidados, y la primera pauta hace referencia a que “si es posible” sea una sola persona la que se encargue del cuidado del paciente. También expresa que esta persona no debe tener factores de riesgo de complicaciones para la COVID-19 tales que enfermedades crónicas o diabetes.

Al igual que ocurre con los convivientes, el cuidador será considerado contacto estrecho siempre que haya permanecido a menos de dos metros del posible positivo durante más de 15 minutos. En la misma línea, el resto de recomendaciones pasan por que el paciente lleve mascarilla quirúrgica si el cuidador está a menos de dos metros de él, o que el trabajador utilice guantes desechables y mascarilla cada vez que entre en contacto con él o con sus fluidos.

Los últimos puntos del informe explican la importancia de la limpieza, así como del manejo de residuos en el domicilio. Sobre este último punto, todos los desechos del paciente, incluidos guantes, pañuelos o mascarillas, se han de eliminar juntos y “preferiblemente” en un cubo con tapa y pedal de apertura que se encuentre en la habitación en la que está aislado.

Esta bolsa se introducirá en otra a la salida de la habitación en la que también se depositarán los guantes y mascarillas utilizadas por el cuidador, y ambas se cerrarán adecuadamente. Por último, ambas bolsas se depositarán dentro de la bolsa de los residuos domésticos, y todas irán al contenedor gris (el de residuos generales) ya que está “terminantemente prohibido” introducirlas en los contenedores de reciclaje o abandonarlas en el entorno.

Respecto a la limpieza, se introducirá toda la ropa del posible enfermo en una bolsa con cierre hermético y posteriormente se lavará con el detergente habitual a 60-90 grados centígrados dejando que se seque completamente.

Además, los cubiertos, vasos y platos se lavarán con agua caliente y jabón, o “preferiblemente” en el lavavajillas. Por otro lado, las superficies que se toquen con frecuencia como los muebles o las superficies deberán ser limpiadas con un desinfectante doméstico que contenga lejía (por cada tapón de lejía se añaden 20 de agua).

Finalmente, desde el Gobierno de Cantabria se recuerda que las autoridades sanitarias podrán solicitar medidas adicionales o cautelares en caso de que no se cumplan las recomendaciones.

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