Cantabria reduce sus niveles de contaminación a menos de la mitad durante el confinamiento
Cantabria ha reducido sus niveles de contaminación en un 56% desde el 14 de marzo -día que se declaró el estado de alarma- hasta el 30 de abril. Así lo corrobora el estudio realizado por Ecologistas en Acción en el que se han analizado los niveles de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno (NO) en las principales comarcas de Cantabria: la Bahía de Santander y la Cuenca del Besaya.
Dicho informe concuerda con el realizado a los 15 días del comienzo del confinamiento. En él, se daba a conocer que Santander había reducido la contaminación en un 57% y ahora, al sumarse la Cuenca del Besaya al estudio, y al ampliar notablemente el número de días contabilizados, se percibe una bajada del 1% en el dato.
Asimismo, el resultado se ha obtenido tras haber comparado los datos extraídos durante marzo y abril de 2020 con los de los diez años anteriores y supone los datos más bajos de la última década en ambas comarcas. “Esta dramática situación creada por la COVID-19 corrobora que la reducción del tráfico motorizado en las ciudades supone una mejora sin precedentes en la calidad del aire urbano”, han informado.
Sobre las diferencias que se han apreciado entre el mes de marzo y el de abril , la caída de la contaminación ha sido algo superior en el cuarto mes del año con el 58% de reducción, lo que sitúa la bajada del NO en un 3% más que durante los 15 días posteriores a que se iniciase el confinamiento en marzo, que se sitúa en el 55%.
Asimismo, los ecologistas mantienen que los resultados obtenidos se mantienen “muy por debajo del valor límite legal en la UE y España, y de la guía anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, cuando dicho umbral se supera frecuentemente, especialmente en el mes de marzo.
La elección del dióxido de nitrógeno por parte de la asociación se debe, tal y como concretaron en el estudio anterior, a que el dióxido de nitrógeno se produce en los tubos de escape de los automóviles, por lo que para los ecologistas “es el mejor indicador de la repercusión de las restricciones de la circulación en el aire que respiramos”.
Por último, desde Ecologistas en Acción han propuesto mantener las buenas prácticas que se han desarrollado durante el estado de alarma como la compra de proximidad o el teletrabajo, para evitar el posible aumento de la contaminación atmosférica que se podría producir tras salida de la crisis.
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