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El denunciado por la falsa sumisión química en Santander pedirá cuatro años de cárcel a la mujer de Zaragoza

Zona de ocio nocturno en Santander.

Europa Press

Santander —

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El hombre que fue denunciado por una falsa sumisión química este pasado verano en Santander pedirá un mínimo de cuatro años de cárcel y 250.000 euros de indemnización a la joven de Zaragoza que aseguró haber sido víctima de una agresión por parte de él tras una convención laboral, de una conocida empresa inmobiliaria para que la trabajaba ella.

Así lo ha avanzado a Europa Press el abogado del denunciado, que está a la espera de que la Audiencia Provincial de Cantabria confirme el archivo de la causa y la libertad decretada para su patrocinado por el Juzgado número 3 de Santander que instruyó el caso, y que se deduzca testimonio contra ella y un amigo que avaló su versión y “mentira”.

De esta forma, cuando dicho sobreseimiento sea firme, el letrado presentará una denuncia contra la joven, a la que solicitará al menos cuatro años de prisión --dos por denuncia falsa y otros tantos por un presunto delito contra la integridad moral-- así como 250.000 euros a cada uno de los implicados, a la chica y su amigo, por los daños de imagen causados con “la imputación de un delito tan brutal”.

La denuncia por la presunta sumisión química -en el evento de trabajo celebrado el 14 de junio en la capital cántabra- fue archivada el pasado 4 de noviembre por la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santander, aunque la mujer recurrió esa resolución.

Despido y condena por denuncia falsa

El 18 de junio, cuatro días después de la convención de Santander y dos días antes de la denuncia por agresión sexual, el gerente de la sucursal de la inmobiliaria en la capital aragonesa despidió a la acusada y a otro compañero.

En ese momento, esta se enojó, arrojó una taza contra el suelo fracturándola y le dijo a su jefe “que se iba a arrepentir”. Minutos después, llamó al gerente de otra oficina de la empresa en Zaragoza y le dijo que “iba a quemar la oficina”.

Al día siguiente, ambos trabajadores despedidos acuden a una tercera oficina de la inmobiliaria en Zaragoza y le cuentan a un empleado que “la habían drogado y violado y que lo iba a decir por ahí”, dando a entender que había sido su exjefe.

El mismo día, la acusada se presenta en otra sucursal, donde solicita trabajo al franquiciado porque, de lo contrario, “le iba a arruinar la vida” al que fuera su superior.

El 20 de junio, al acudir los dos empleados despedidos a la oficina donde trabajaban para hacer entrega de documentos y no dejarles entrar el gerente, que llamó a la Policía, la condenada exclamó: “Va a quedar bonita la marca, agresión sexual en la convención, por alguien de aquí de Zaragoza, una agresión sexual, acoso laboral, de todo... que no me tenga que pagar una millonada...”.

Por estos hechos, el Juzgado de Instrucción 11 de Zaragoza condenó a la joven por amenazar a su jefe con una denuncia falsa de agresión sexual tras ser despedida.

Y la Audiencia Provincial rechazó el recurso que interpuso después y corroboró la condena por un delito leve de amenazas: una multa de 720 euros -a razón de una cuota diaria de 8 euros durante tres meses- y la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros a su superior.

El tribunal aceptó los hechos considerados probados de la sentencia apelada y rechazó aplicar un eximente o atenuante por alteración psíquica de la acusada, en base a unos informes médicos, a la que absolvió del otro delito que se le imputaba, el de coacciones.

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