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Entrevista
Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería

“La sanidad privada ha tenido que subir los sueldos de las enfermeras porque sus condiciones eran tan malas que en cuanto se las llamó de la pública se fueron en desbandada”

Diego Ayuso.

Blanca Sáinz

30 de agosto de 2021 19:52 h

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Diego Ayuso es enfermero y psicólogo clínico, y es el actual secretario general del Consejo General de Enfermería de España. El próximo 1 de septiembre estará en Santander analizando el papel de las enfermeras en la industria de la salud en un acto llevado a cabo por el Colegio de Enfermería de Cantabria y el Gobierno autonómico. Precisamente sobre la industria sanitaria y algún otro asunto de su especialidad ha querido hablar con elDiario.es en una entrevista telefónica en la que la defensa a ultranza de la sanidad pública y, sobre todo, de su profesión han sido los ejes principales de la conversación.

¿Qué es concretamente la Industria de la Salud? Es un concepto que, al menos en España, está poco extendido...

La salud es uno de los pilares fundamentales del estado de bienestar de este país, junto a la educación, y el trabajo de las enfermeras y los médicos está dentro de ese bloque, y todo lo que hacemos siempre es para mejorar la salud de la población. Tenemos esa visión de los profesionales vinculados a este sector productivo, pero que tiene más ese componente orientado hacia el bienestar del ciudadano. Pero conseguir todo eso está vinculado a una industria que tiene un componente económico elevadísimo. En 2019 fueron 115.000 millones de euros de gasto sanitario en España, el 9,1% del Producto Interior Bruto, fíjate si es un sector de producción… Esa es quizá la visión que se quiere dar en esta jornada. En Cantabria, Valdecilla es la empresa más grande de la comunidad, 5.000 profesionales trabajando y un presupuesto altísimo. Eso es lo que se quiere poner en valor, proporcionar salud lleva implícita una industria muy potente. En España somos 325.000 enfermeras, el paro es cero.

Hoy por hoy es prácticamente imposible que ningún político pueda cambiar el modelo sanitario universal en España

¿No es peligroso vincular la salud con un negocio?

Es importantísimo tenerlo claro: cuando hablamos de industria no nos referimos a una privatización de la sanidad o que haya negocios que se lucren aprovechándose de las enfermedades de los demás. Nuestro modelo sanitario es un modelo muy consolidado. Hoy por hoy es prácticamente imposible que ningún político o gente que tome decisiones en políticas de salud pueda cambiar el modelo sanitario universal, financiado mediante impuestos (no es gratuito, por supuesto que no). Eso en EEUU no pasa, es un modelo liberal, la salud es un bien de consumo como puede ser irte de viaje o comprarte un traje, y ese modelo tiene muchos déficits, y nosotros apostamos porque nuestro modelo siga siendo como el que es, pero que vayamos mejorando en calidad asistencial todo lo posible.

En su ponencia situará a las enfermeras como ejemplo de resiliencia... ¿Por qué?

A pesar de todas las dificultades que tienen las enfermeras en nuestro país han estado ahí. Empezando por los ratios, las enfermeras en España tienen unos ratios muy por debajo de la media europea, el número de enfermeras por población es de 5,9 por cada 1.000 habitantes y la media europea está en 8,6. A pesar de eso, las enfermeras están aportando un grandísimo valor y una gran calidad asistencial. La fortaleza que tiene el Sistema Nacional de Salud son los profesionales sanitarios, y dentro del total el grupo más numeroso somos las enfermeras con 325.000 trabajadoras, porque los médicos son 240.000, así que por número ya somos relevantes. Y a pesar de eso, los ratios siguen siendo muy insuficientes pero siendo pocas conseguimos grandes resultados.

Las condiciones laborales y retributivas de las enfermeras españolas también son bastante malas, en la sanidad privada una enfermera puede estar cobrando 1.300 euros de salario al mes. Una enfermera es una graduada universitaria, muchos somos máster y doctores, y ese salario no se ajusta, está muy por debajo. La pandemia ha creado mayor demanda y ahora mismo no hay paro, y han subido un poco los salarios, pero sobre todo en la privada y en el sector sociosanitario los salarios son muy bajos. Y las condiciones son muy precarias, con contrataciones temporales, por días, por semanas… Y eso también supone ser resiliente y ser fuerte para poder seguir haciendo una atención a tu paciente.

Y el último ejemplo de resiliencia que voy a poner es la pandemia. Aquí se ha demostrado que no solo las enfermeras, yo hablo de ellas porque soy enfermero y las represento, pero todos los profesionales de la salud han demostrado su fuerza trabajando en unas condiciones laborales con una presión asistencial de un 200 y 300% en días libres, quitándose vacaciones porque no se podía… Y eso ha demostrado que somos muy resilientes y que ante la adversidad nos crecemos y sacamos incluso un mayor rendimiento.

Ahora mismo el 80% de los pacientes que se atienden en las UCI son personas que no se han querido vacunar. Las enfermeras están agotadas

¿Cómo se encuentran las enfermeras?

Hay mucho cansancio. Estamos con la quinta ola, ha sido una tras otra, llevamos más de un año y medio sufriendo esta terrible pandemia y vemos que a nivel social hay grupos de población que parece que no va con ellos, que no toman medidas de precaución y sigue incrementándose la incidencia de contagios, y al final los que lo están sufriendo son los profesionales de la salud, las enfermeras, que son los que atienden a estos pacientes que no toman las medidas adecuadas, e incluso mucho negacionista que parece que con ellos no iba el tema. Ahora mismo el 80% de los pacientes que se atienden en las UCI son personas que no se han querido vacunar. Las enfermeras están agotadas. La vacunación nos está ayudando, pero, ¿quién está haciendo la vacunación en España? Las enfermeras, y llevamos más de 70 millones de dosis administradas, lo que es una actividad añadida a todo nuestro trabajo en atención primaria, hospitales, residencias…

Entre un 8 y un 25% de los profesionales sanitarios padecen depresión a raíz de la pandemia

¿Y a nivel mental? ¿Está habiendo repercusiones?

Toda la pandemia ha tenido un efecto muy negativo en la salud mental de los profesionales: niveles medios y altos de ansiedad entre el 26 y el 44% de los profesionales dependiendo de los estudios que manejes. Depresión entre un 8 y un 25%, insomnio entre un 23 y un 40%... Esta es la repercusión mental de la pandemia en los sanitarios.

Se han puesto en marcha servicios de apoyo, nosotros hemos colaborado de hecho, y se ha dado soporte telefónico a profesionales sanitarios que lo necesitaban, pero al final ese tipo de ayudas telefónicas son muy impersonales. Yo soy psicólogo clínico además de enfermero y la terapia tiene que ser muy personalizada y con tiempo, y eso no se ha dado. Y entre otras cosas porque el profesional sanitario no ha tenido ni siquiera tiempo de descanso para poder interiorizar todo lo que ha pasado. Pero eso llegará y tenemos que darles soporte suficiente y para eso hay que invertir también, porque la terapia psicológica es dinero. Y eso lo tienen que dar las administraciones públicas como servicio ineludible a todo el trabajo que han hecho los profesionales sanitarios. ¡Qué menos!

Considera que, al haber sido clave para el rastreo y la campaña de vacunación, ¿quizá su trabajo ha dejado de estar tan invisibilizado?

Sí, creo que la pandemia ha puesto en valor a todas las profesiones sanitarias. Esos aplausos de la primera ola, ese reconocimiento… También en los medios de comunicación, que han jugado un papel clave, y te lo digo como enfermero, no había enfermeras haciendo declaraciones en los hospitales, el 98% de las declaraciones las hacían médicos. Hoy por hoy es frecuente poder ver a una enfermera o un enfermero hablar de temas de salud, cosa que era impensable hace dos años. Eso ha puesto en valor el trabajo de las enfermeras.

La vulnerabilidad que se vivió en las residencias durante la primera ola la llevábamos denunciando desde hace años. Parece que la pandemia lo ha puesto en el tablero, pero la realidad es que no hay enfermeras suficientes en esos centros

Sin duda, las enfermeras son también una de las piezas clave en las residencias de ancianos, probablemente los lugares que más sufrieron las primeras olas del virus...

La vulnerabilidad que se vivió en las residencias la llevábamos denunciando desde hace años. Parece que la pandemia lo ha puesto en el tablero, pero la realidad es que no hay enfermeras suficientes en esos centros. El ratio de una enfermera en una residencia de mayores es una enfermera llevando 100 residentes, y la mayoría de ellos dependientes. Es imposible, no se les puede atender con calidad, y cuando llego la pandemia no se pudo realizar el control suficiente que esos mayores necesitaban de nosotros a nivel sanitario. Pedimos que haya un mayor numero de enfermeras en las residencias, que los ratios sean razonables, que una enfermera pueda llevar 30 pacientes y, por lo tanto, hay que hacer una inversión en ellas.

Además, el número de enfermeras especialistas en geriatría en nuestro país es bajísimo, cada año salen 40 plazas para formarse, eso es ridículo. Nuestro país por la esperanza de vida nos dice que cada vez vamos a ser más mayores, y hay que invertir en especialistas que puedan atender a nuestros mayores, que es lo que va a entender España. Que se cuente con especialistas, se les contrate y puedan hacer labores de dirección y planificación sanitaria. Es clave hacer ese cambio de modelo.

¿Sigue existiendo una gran diferencia entre ser enfermera en la sanidad pública y en la privada?

Sí. Este año muchas enfermeras que trabajaban en la privada se han ido a la pública porque había un incremento de la necesidad. Si tú me pagas 2.000 euros y yo estoy cobrando 1.300, ¿dónde irías? Eso es lo que ha pasado. Y desde la privada veían que se les iban en desbandada montones de enfermeras porque tenían unas condiciones tan malas que en cuanto se las llamó de la pública se fueron, así que han intentando equiparar subiéndoles los sueldos, pero aún así, la diferencia sigue siendo importante. Y nos llamaban desde la privada reclamándonos enfermeras… Pero no podíamos decirles más que tenían que pagarles mejor, darles mayor estabilidad e incentivos para que se queden con ellos. Esto es oferta y demanda. El pagar de forma inadecuada a un profesional es explotación. Una enfermera tiene cuatro años de formación universitaria y tiene que cobrar dignamente. Tiene una responsabilidad enorme en la atención del paciente, y eso hay que pagarlo de forma adecuada.

La atención a pacientes crónicos cada vez va a ser mayor, y si hay alguien imprescindible en esta atención son las enfermeras

¿La enfermería irá tomando cada vez más relevancia en la sanidad?

Quiero ser optimista. Llevo 34 años de profesión y ha avanzado muchísimo en este tiempo, pero queda mucho por hacer. Aún así, poco a poco, iremos tomando posiciones a pesar de que va a ser un camino duro. Todos los logros que tienen las enfermeras españolas cuesta muchísimo, es vencer barreras de forma continua, pero creo que lo vamos a lograr porque nuestros profesionales están cada vez mejor formados, porque estamos demostrando día a día toda la potencialidad que tiene la profesión, y porque a nivel social se nos va a necesitar cada día más. Y te hablo, por ejemplo, a nivel de la cronicidad. La atención a pacientes crónicos cada vez va a ser mayor, y si hay alguien imprescindible en esta atención son las enfermeras. Otro ámbito es la enfermería escolar, ya se está tratando de concienciar a la Administración para que se implante esto, quiere decir que es una necesidad de la población, y eso va a dar cada vez más visibilidad a las enfermeras.

¿Cómo se puede solventar la falta de enfermeras?

El problema no es que hay agente que no quiera estudiar enfermería, de hecho las notas de corte son altísimas, el tema es que tienen que incrementarse el número de plazas. Tiene que haber una buena planificación, recursos sanitarios de enfermeras. Ahora mismo estamos demostrando que serían necesarias 100.000 enfermeras más para tener los ratios medios, de aquí a cinco o diez años tenemos que planificar para que el número de plazas se incremente ya para que a partir de cuatro años podamos tener un número de egresados universitarios que supere los 10.000 (que son los que sacamos anualmente), y así nunca vamos a llegar a los ratios necesarios. Así que en vez de 10.000 habrá que plantearse 20.000, pero es algo que hay que hacer poco a poco y, sobre todo, tener una buena planificación.

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