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En el Campo de Montiel hay un conflicto importante cuya solución puede condicionar el futuro de la comarca. Los protagonistas del conflicto son la empresa española Quantum Minería y los ciudadanos representados por la Plataforma Sí a la Tierra Viva, las organizaciones agrarias, cooperativas agroalimentarias, Campo de Montiel Patrimonio de la Humanidad, Frentes Antimina, Ecologistas en Acción, etc.
Según los estudios realizados, el yacimiento encontrado en la comarca del Campo de Montiel es rico en tierras raras en la modalidad de monacita. La monacita manchega es radioactiva, y su extracción provocaría la contaminación por elementos químicos y radioactivos, de toda la zona afectada por la mina. La sociedad civil se ha movilizado contra la explotación minera promovida por Quantum, porque prefiere un modelo de desarrollo sostenible del Campo de Montiel.
Los vecinos reivindican la paralización del proyecto de tierras raras en Ciudad Real, considerando las consecuencias agrícolas, ganaderas, medioambientales, sociales, económicas y sanitarias que detallan en las alegaciones, entregadas a la Junta, y recogidas en algunos documentos incluidos en sus webs. La empresa Quantum Minería trabaja en el proyecto de explotación de la mina en la provincia de Ciudad Real porque los elementos que se encuentran en las tierras raras son valiosos para la alta tecnología y su aplicación va, desde la fabricación de componentes para la industria del armamento (misiles, proyectiles teledirigidos, radares), hasta su empleo en tecnologías verdes (baterías para vehículos híbridos, paneles solares, turbinas eólicas). Asimismo se aplican en la fabricación de los iphone, móviles, televisores, tabletas o altavoces para auriculares, etc.
Según los ingenieros, la explotación de tierras raras necesita grandes cantidades de agua, emplea productos químicos contaminantes, provoca la modificación de los cursos de ríos, la formación de grandes escombreras y ocasiona la devastación de grandes superficies de terreno. Quantum Minería presentó su solicitud de investigación ante la Junta de Castilla-La Mancha en 2013. La oficina del Defensor de Pueblo subrayó que la Junta no incluyó esta explotación en el Plan Estratégico de recursos minerales no energéticos de CastillaLa Mancha aprobado en 2014. El Plan no solo no contenía referencia a la explotación de las denominadas tierras raras, sino que tampoco la explotación fue sometida a la obligada evaluación estratégica ambiental, junto con el resto de actividades mineras.
La Plataforma Sí a la Tierra Viva presentó escrito de queja ante la Oficina del Defensor del Pueblo porque Quantum no acompañó su solicitud de explotación, del informe de impacto ambiental. El Defensor del pueblo respondió a la queja en septiembre de 2016 señalando que según la Confederación Hidrográfica, no existe disponibilidad de recursos hidráulicos suficientes para acometer los proyectos mineros presentados. La falta de agua para acometer los proyectos propuestos se conoce desde que Quantum presentó las solicitudes de concesión de explotación, por este motivo el Organismo informó negativamente los tres proyectos de explotación en fase de evaluación ambiental.
Además, señalaba el Defensor que el área en la que se pretenden desarrollar los proyectos ocupa parcialmente la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) “Áreas Esteparias del Campo de Montiel” y se ubica en zona de importancia para el buitre y águila imperial ibérica, por lo que pueden afectar de forma apreciable a las especies o a los hábitats de esas espacies. El Defensor del Pueblo sugiere a la Vicepresidencia de la Junta de Castilla-La Mancha que suspenda la tramitación ambiental del megaproyecto minero de Quantum, para la explotación de tierras raras en el Campo de Montiel (Ciudad Real), mientras no se resuelva el problema de falta de agua para acometerlo.
Las movilizaciones y escritos de los vecinos de los municipios manchegos encontraron también eco en las Cortes de Castilla-La Mancha. En la resolución del 19 de mayo de 2016 la mayoría de los diputados acuerdan que los proyectos mineros de tierras raras que se pretenden acometer en la comarca del Campo de Montiel “condicionan el modelo de desarrollo económico, social y ambiental de esa zona”, instando al Gobierno a “adoptar las medidas necesarias para que se proceda al archivo de las actuaciones mineras”.
Por último, la evaluación de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha (mayo de 2017) señalaba que “debe rechazarse el proyecto” de la mina de tierras raras proyectada por Quantum en la comarca del Campo de Montiel, porque según el Informe de Medio Ambiente la zona es vital para algunas especies en peligro, como el lince ibérico, el águila imperial y el milano real, advirtiendo que “los hábitats de las especies presentes van a verse alterados, dañados, fragmentados o eliminados localmente”.
A diferencia del Defensor, la Confederación hidrográfica, las Cortes y la Consejería, el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha mostró, en este conflicto de intereses, su preferencia por la empresa Quantum. Las opciones de la Universidad en este conflicto eran abstenerse de intervenir, mediar en el conflicto planteado, asociarse a las movilizaciones ciudadanas por la sostenibilidad medioambiental o bien, apoyar al proyecto de la explotación minera Quantum, para recabar fondos para la Universidad.
El rector, Miguel Ángel Collado, en representación de la Universidad y sin fundamentar su preferencia, optó por dar su apoyo a Quantum Minería de manera indirecta. La fórmula escogida para ello fue firmar un Convenio con el delegado de Quantum, Javier Merino, en virtud del cual se crea una Cátedra Universidad empresa y dos aulas para desarrollar actividades formativas y de investigación en el ámbito de los recursos minerales y naturales.
Con la firma del Convenio en marzo de 2017, el rector consiguió 50.000 euros. Pero su aparente implicación en el conflicto le impide mediar o, en su caso, ejercer de árbitro ante las reclamaciones de los vecinos de la comarca del Campo de Montiel. Además, con la firma del convenio el rector queda en evidencia, a la vista de las resoluciones en contra del proyecto de la explotación de Quantum Minería, de la Oficina del Defensor del Pueblo, de las Cortes y de la Consejería.
La Plataforma Sí a la Tierra Viva denunció en prensa y demás medios la firma del Convenio de la Universidad con Quantum, señalando que la compañía minera está intentando “lavar su imagen” y para ello utiliza a la institución académica. La Plataforma se asombraba de que el rector de una Universidad pública firme un convenio co Javier Merino, consejero delegado de Quantum, quien ha sido “condenado por un delito de información privilegiada”.
La Plataforma llegó a afirmar que el rector “desmerece y desacredita” la trayectoria de la Universidad al firmar un convenio con una empresa denunciada por “manipulación maliciosa del procedimiento, insolvencia financiera y técnica e incluso de ejercer actividad clandestina” y sancionada por realizar “el lavado ilegal de monacita en un corral sin licencia de actividad”.
Como partidario de las reivindicaciones de los vecinos del Campo de Montiel, deseo que se archive el proyecto de Quantum. Asimismo creo que no fue afortunada la firma del convenio por el rector de la Universidad co Javier Merino. Pero la afirmación de la Plataforma de que el rector pretenda, firmando el Convenio con Quantum, desacreditar nuestra Universidad, me parece exagerada y además desenfoca el asunto. Porque la clave del asunto, sobre la que quizá debamos reflexionar es ¿cómo un rector que afirmaba en su programa que “las decisiones adoptadas por la universidad deben tener en cuenta las implicaciones sociales y la sostenibilidad medioambiental” se decide a firmar el convenio con Quantum?
Tengo para mí, que los recortes de casi un 50% en el presupuesto de la Universidad de Castilla-La Mancha, ejecutados por el gobierno de Dolores Cospedal y consentidos por el consejo de dirección de la Universidad regional, situaron a nuestra institución universitaria en una crisis profunda. La situación es tan dramática como para que el rector de la Universidad pública de Castilla-La Mancha se vea ahora en la tesitura de tener que firmar convenios con empresarios desprestigiados, que presentan proyectos de explotación minera que amenazan la vida, el trabajo, el patrimonio cultural y una zona de la Red Natura, con alto valor ecológico.
Confío en que la Junta de Comunidades considerando las alegaciones presentadas por los ciudadanos del Campo de Montiel, el informe técnico elaborado por el presidente de la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE), la sugerencia del Defensor del pueblo, la resolución de la Cortes y de la Consejería de medio ambiente proceda al archivo de un proyecto como el de Quantum, que carece de agua, amenaza el modelo de desarrollo de la zona y los hábitats de las especies más emblemáticas de la fauna española.