El “perfil bajo” de Castilla-La Mancha en la cooperación al desarrollo: “Hace falta actualizar la ley, está descontextualizada”
Cada 8 de septiembre se celebra el Día de las Personas Cooperantes en España. El Gobierno lo estableció así en un Real Decreto en el año 2006 en honor a los y las profesionales que trabajan por el desarrollo sostenible y que luchan contra la pobreza junto a las poblaciones más vulnerables del planeta.
Castilla-La Mancha fue uno de los referentes nacionales en cooperación internacional al desarrollo, pero la última década ha sido de vacas flacas: primero los recortes durante el Gobierno de Dolores de Cospedal derivados de la crisis financiera de 2008, después la pandemia de COVID-19 y ahora, de nuevo, la incertidumbre económica y también la cercanía electoral marcan las agendas de los dirigentes públicos.
En este 2022, los cooperantes celebran su día con cierto “optimismo”, asegura Manuel Lorenzo, responsable de la Delegación en Ciudad Real de Movimiento por la Paz (MPDL) y presidente de la Coordinadora ONGD-Castilla La Mancha.
Lleva ya dos años en el cargo regional de coordinación de más de una treintena de organizaciones. “Ha sido un reto a nivel profesional y personal en un contexto complicado con la pandemia y la decisión de la Junta de suspender las convocatorias de cooperación para el desarrollo en 2020”.
Lorenzo comenta que los cooperantes “no lo entendimos”. Y no lo hicieron, explica, porque “era un momento en el que los países con menos recursos eran los que más sufrían las consecuencias en cuanto a salud y en el ámbito socio-económico”. Las ayudas públicas se recuperaron en junio de 2021.
Ahora, el atisbo de esperanza tiene que ver con el proceso participativo por el Gobierno regional para diseñar la futura Estrategia de Cooperación Internacional para el Desarrollo que comenzó el pasado junio.
“Es un paso importante porque hasta ahora solo existía una Orden de bases para las convocatorias de ayudas a la cooperación”. La Coordinadora de ONGD de Castilla-La Mancha se ha “volcado” en la preparación del documento. “El diagnóstico está hecho, hay ya un borrador de texto y creemos que estará listo en un par de meses”, señala Manuel Lorenzo.
El proceso está siendo “muy participativo”. Detalla que se han organizado talleres en las cinco provincias y se han elaborado cuestionarios, tanto por parte de la Coordinadora como a través del Portal de Transparencia de la Junta, y se han realizado entrevistas personales a actores relevantes del sector.
¿Y cuál debe ser la Estrategia castellanomanchega en la Cooperación al Desarrollo? Para este licenciado en Filología Árabe que tiene amplia experiencia en el campo de la cooperación internacional “hay que establecer ejes estratégicos y líneas de trabajo claras, pero también los países prioritarios con los que trabajar y un marco presupuestario a cuatro años”.
En ese proceso es prioritario abordar la reforma de la Ley de Cooperación de Castilla-La Mancha que data de 2003. “Está totalmente descontextualizada, hay que revisarla para adaptarla a la realidad actual. De momento la estrategia será una hoja de ruta a cuatro años”.
Lorenzo explica que la intención es que se mantengan las líneas de trabajo de acción humanitaria y emergencia, de cooperación internacional al desarrollo y de educación para la ciudadanía global, pero reconoce que “todavía no hay compromisos políticos y se mantiene un perfil bajo, sin una apuesta clara”.
Los ritmos para volver a situaciones anteriores a 2008 son lentos. “No digo que haya que recuperarlo todo, pero es necesaria una situación intermedia. Es muy fácil cargarse una política pública y muy difícil recuperarla, máxime si no hay verdadera voluntad”.
En este aspecto lamenta que Castilla-La Mancha esté “en el vagón de cola junto con Madrid y Murcia con menor porcentaje de ayuda al desarrollo, un 0,02% del PIB, y con un gobierno progresista que podría alinearse con el Gobierno estatal que sí tiene un claro compromiso con incrementos de presupuesto cada año y con la idea de llegar al 0,4% a final de legislatura”.
Manuel Lorenzo pone el foco en la necesidad de apostar por el sector. “Si ahora mismo hay una crisis alimentaria que afecta a países del África Subsahariana, se traducirá en inestabilidad política y en movilidad de personas que buscarán llegar a Europa”. La cooperación al desarrollo ayuda a paliarlo. “No es la alternativa a las migraciones, pero la visión debe ir más allá porque vivimos en un mundo globalizado. Lo que pasa en una parte del mundo nos termina afectando a todos”.
El 55% de las personas cooperantes en la región son mujeres
Hay 2.700 cooperantes españoles en todo el mundo según los datos publicados en 2021. Este mismo jueves se darán a conocer los últimos. En Castilla-La Mancha no llegan al centenar. Unos 87 dedican su vida a la labor humanitaria.
Un 35% las personas cooperantes trabajan en organizaciones no gubernamentales (ONG) y una parte importante de ellas (55%) son mujeres. El 81% tienes más de 35 años. “La mayoría son personas con estudios universitarios, con experiencia laboral en distintos países. Yo he sido cooperante en el extranjero durante 18 años y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida”, confiesa Manuel Lorenzo. “Puedes verlo en primera persona. Los proyectos tienen resultados”.
Cree que hay “interés” de los más jóvenes por sumarse. Y eso a pesar la que en el sector se conoce como “la década pérdida de la cooperación española”. Dice que “han sido años terribles con una disminución de proyectos y de personas dedicadas a esta labor. Había programas en las universidades que han decaído. Todavía hay que esperar para recuperar dinámicas”.
Encuentro virtual con cooperantes este jueves abierto a toda la ciudadanía
Coincidiendo con el Día de las Personas Cooperantes la Coordinadora ONGD-Castilla La Mancha celebra un encuentro virtual con cooperantes. En concreto, participarán cuatro mujeres que trabajan en Centroamérica y conocen de primera mano la situación de las poblaciones y territorios en los que desarrollan su labor solidaria.
Será a las 16 horas, en el Encuentro #CLMESCooperación al que se puede asistir previa inscripción en la plataforma Zoom.
“La resiliencia”, dice la Coordinadora, ha caracterizado su trabajo durante estos años agitados a nivel mundial por el impacto de la pandemia, las guerras o la incertidumbre económica. “Son profesionales que dedican su vida a ayudar a los demás, a mejorar las condiciones de vida en lugares del mundo complicados, donde no hay seguridad. Desgraciadamente cada año asistimos al asesinato de las personas cooperantes. Hay que visibilizar su trabajo”, reclama Manuel Lorenzo.
Candela Lacuerda Morell es cooperante de ISCOD, el Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo, en Guatemala donde supervisa la ejecución de un proyecto financiado por la Junta de Castilla La Mancha en la convocatoria de 2021 en materia de salud sexual, derechos sexuales y reproductivos y violencia de género y será una de las participantes en el encuentro virtual.
Junto a ella estará Jacqueline Isabel Olmedo Famoso, cooperante en Nicaragua de Movimiento por la Paz. Es responsable de misión de de la ONG en aquel país donde supervisa el proyecto ‘Fortalecimiento productivo y organizativo de familias campesinas como respuesta a las crisis’. Las acciones que desarrolla la organización en Nicaragua están fundamentadas en el enfoque de derechos con un especial énfasis en la reducción de la pobreza rural, la seguridad y soberanía alimentaria, la gestión de recursos hídricos, la lucha contra el cambio climático y la actuación y prevención frente a las violencias de género.
También participará Oliva Mira Elías, cooperante de AIETI en El Salvador. Allí supervisa la ejecución de un proyecto de Fortalecimiento de la Red Salvadoreña de Defensoras de Derechos Humanos y organizaciones juveniles desde un enfoque feminista, de derechos humanos, intergeneracional y resiliencia ante el impacto de la COVID-19.
Finalmente estará también Clara Lizarbe, cooperante de Asamblea de Cooperación por la Paz en El Salvador en proyectos orientados a la mejora de las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos del país, especialmente de la población rural y relacionados con el fortalecimiento asociativo, el acceso a la educación, al agua potable o saneamiento, sobre derechos sexuales y reproductivos, empoderamiento de la mujer y prevención de violencia de género.
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