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El Banc Expropiat traslada su actividad a la calle y mantiene su intención de volver al local desalojado

Tarde reivindicativa del Banc Expropiat

Oriol Solé Altimira

El desalojo el pasado lunes del Banc Expropiat en el barrio de Gracia de Barcelona no ha conseguido acabar con las actividades que albergaba el espacio. Si durante la semana los distintos talleres del local se reorganizaron sobre la marcha, este sábado el colectivo del Banc Expropiat ha apostado por montar una jornada de actividades abierta a todo el barrio. La Plaça Revolució, a escasos metros del local, todavía tapiado con planchas metálicas, ha sido escenario de talleres de idiomas, costura, una comida popular y un recital de poesía. Como vienen manteniendo durante toda la semana, los miembros del Banc Expropiat han reiterado su intención de volver a okupar la antigua sucursal bancaria. Para este domingo han convocado una concentración al mediodía han convocado una concentración a las puertas del Banc.

Si quedaba algun vecino de Gracia sin conocer qué es el Banc Expropiat, lo ha podido comprobar a fondo este sábado. Varios turistas que paseaban por la concurrida Plaça Revolució también se han llevado una impresión de primera mano del espacio okupado cuyo desalojo ha llenado páginas de periódicos internacionales esta semana.

En contraste con los disturbios de esta semana, la jornada de apoyo al Banc Expropiat de este sábado ha transcurrido en plena armonía desde pasadas las once de la mañana hasta pocos minutos después de las 17 h.

Una gran pancarta que rezaba Manuel Bravo Solano, fuera del barrio” presidía la plaza. Bravo Solano es el empresario inmobiliario propietario del local que okupaba el Banc Expropiat y que pidió su desalojo cuando el ayuntamiento de Ada Colau dejó de pagarle un alquiler acordado con el consistorio de Xavier Trias.

“Todo esto ha empezado porque este señor ha querido echarles. Si quiere ganar dinero que lo gane, pero no con los chicos del Banc”, comentaba Magda, una vecina que tomaba un helado con su hija en la heladería de la plaza. En la mesa de al lado Raúl y Fátima, una pareja que vive al lado del Banc, también comentaban la jugada. “Hay que diferenciar a la gente del Banc de los que montan jaleo. Los que vuelcan contenedores son casi niños, que se lo pasan fenomenal creando el caos”. Los oímos des del balcón de casa“, explican estos vecinos.

La pareja también relata que cada sábado, cuando los aledaños del Banc se llenan de vecinos que van al mercado, el espacio siempre estaba abierto y dispuesto a explicar a la gente de Gracia los distintos talleres que allí se daban. Raúl y Fátima explican que están “cansados de no poder dormir por las noches por culpa de los disturbios de esta semana”.

Como esta pareja, a nadie se le escapa que el Banc necesitaba un respiro tras los incidentes y las cargas policiales de estos últimos días. La jornada de este sábado les ha servido para calmar los ánimos y coger fuerzas para volver al local. “Hasta que no entremos, no descansaremos”, titulaba la revista que han editado los miembros del colectivo.

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