Uno de los CDR detenidos conocía desde un mes antes los planes para bloquear El Prat: “Lo primero que quieren hacer es el aeropuerto”
19 de septiembre de 2019. Cuatro días antes de ser detenido por la Guardia Civil, Eduardo Garzón, uno de los CDR en prisión provisional por terrorismo, conversa con un tal Erik en su coche. Entre comentarios sobre la situación política, Garzón revela a su interlocutor que el domingo anterior se enteró de los planes para bloquear el aeropuerto de Barcelona. “El primer acto que quieren hacer es el aeropuerto”, dice, sin hacer referencia a Tsunami Democràtic, la organización sin líderes conocidos también investigada por terrorismo por la Audiencia Nacional, sino a Pícnic per la República, otro grupo de Telegram que ha convocado protestas en los últimos días.
“¿Ha llegado a los CDR esto del aeropuerto?”, se interesa Erik después de que Garzón lo mencionara. “Es la misma acción”, recalca el detenido. “A lo Hong Kong, como hicieron los de Hong Kong, cortar el aeropuerto”, contesta Erik. Luego Garzón detalla que hay seis núcleos territoriales de los CDR que han mostrado su predisposición a participar en la acción, aunque deja claro a su interlocutor que el bloqueo del aeropuerto “lo están organizando sin estar dentro del CDR”.
“A lo mejor pedirán después difusión o algo, pero la historia ahora que me tengo que encargar es encontrar gente de Pícnic, que ya estoy detrás y saber por qué no ha llegado todavía el documento de lo que pretenden hacer el CDR en el aeropuerto”, prosigue Garzón, en una conversación interceptada por la Guardia Civil, que desde hacía meses vigilaba y tenía intervenidos los teléfonos móviles de los siete CDR encarcelados provisionalmente.
Garzón remarca que hay que “coordinarse con los de Pícnic” para que el conjunto de acciones contra la sentencia sean “historias escalonadas, no en las mismas fechas”, en una muestra de la atomización de actores en la convocatoria de protestas independentistas: finalmente el intento de bloqueo del aeropuerto fue convocado y promovido por Tsunami Democràtic, no por el Pícnic –que sí promovió el domingo anterior una sentada pacífica en el vestíbulo de la estación de Sants– ni los CDR.
El CDR encarcelado hace hincapié en no solapar las distintas movilizaciones: “Parece que la acción es la misma pero ahora hay que ver qué día, vale, y entonces la historia que por ejemplo lo del aeropuerto sea antes que lo nuestro de la semana, lo nuestro que sea como el final porque va a ser mucho más gordo”.
De la conversación se infiere que esta acción final de los CDR es un corte de autopistas a gran escala, ya que Garzón, en un primer tramo de la conversación, habla que ha asistido a una reunión “de lo de la autopista”, y recalca la importancia de que “siempre haya 10.000 personas” para “impedir a los Mossos el desalojo”. “Los Mossos con 10.000 personas no actúan, se lo pensaron mucho en la Jonquera [en un corte de la AP-7], tienen que llamar al ejército”, dice Erik. “Sería una victoria, el ejército aquí...”, apostilla Garzón.
Garzón también está enterado de las 'marchas por la libertad' que convocaron la ANC y Òmnium, a las que se refiere como “el rollo de las marchas”, aunque muestra su desconfianza hacia la ANC, de la que dice que “no nos podemos fiar”. De hecho, afea a las entidades soberanistas mayoritarias que no “hicieran nada” durante el Consejo de Ministros en Barcelona. “Yo quemaría el país”, agrega sobre los planes para la respuesta a la sentencia.