Una marea independentista toma Barcelona para reclamar la libertad de los presos
Barcelona ha quedado desbordada este viernes para exigir la libertad de los líderes del procés condenados a cárcel. Las multitudinarias marchas de la ANC y Òmnium han ido llenando una ciudad cuyas calles, a medida que avanzaba la jornada de huelga general, quedaban paralizadas también por protestas de estudiantes, de piquetes de los CDR e incluso de los estibadores.
Las Marchas por la Libertad han culminado su tercer día de andadura con una entrada en Barcelona en la que han sido recibidos por cientos de personas. Si fueron miles los que empezaron a caminar desde Vic, Berga, Girona, Tarragona y Lleida, este viernes se contaban ya por cientos de miles los que avanzaban por la Avenida Meridiana y la Gran Via para mostrar su rechazo a la sentencia.
Tanto la parte superior del Passeig de Gràcia, en la zona de Jardinets, como en la confluencia con Gran Vía, se han llenado de gente en torno a las 17 horas. Poco después han comenzado los parlamentos en el escenario principal, que ha abierto la presidenta de la ANC. Elisenda Paluzie ha animado a “acabar” lo que empezaron el 1-O. “Preparaos para defender y sostener una declaración de independencia”, ha proclamado entre aplausos y gritos de “unidad”, ha dicho la líder de la Assemblea.
Paluzie además ha lanzado un mensaje contra las formaciones políticas, a quienes les ha dicho: “Nos importa muy poco cuántos diputados saque cada partido”. En ese mismo tono crítico, ha reprochado también entre aplausos algunas actuaciones de los Mossos d'Esquadra, que ha considerado fruto de una “autonomía paralizada por el miedo y autocensurada”.
Por su parte, el vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, ha celebrado este viernes que una vez más la ciudadanía haga una “demostración”, y ha avisado: “No nos paramos ante un Estado que dice que no podemos manifestarnos y condena los derechos fundamentales”. “Será imposible que puedan aguantar su propia represión porque hay una ciudadanía movilizada”, ha avisado Mauri, y ha subrayado que tiene que haber seguro una solución política a un conflicto político.
La imagen masiva de las columnas que llegaban a la capital catalana ha eclipsado una huelga que, sin tener el apoyo de los sindicatos CCOO y UGT, ha alcanzado un 30% de seguimiento en la función pública y ha afectado de forma desigual al sector privado. Entre un 60% y un 80% de los comercios han cerrado, según datos de la conselleria de Trabajo. La actividad de Mercabarna se ha visto afectada, y mientras la Seat paralizaba su producción, en Nissan se trabajaba con normalidad.
La jornada ha empezado en toda Catalunya con cortes de carreteras y autopistas. En Barcelona, los piquetes han cortado calles en distintos puntos y más de 10.000 estudiantes han llevado su huelga al centro de la ciudad. En una ciudad sin apenas tráfico en previsión de las movilizaciones, protestas puntuales se iban sumando unas a otras e incluso una de ellas, la de Picnic per la República, ha obligado a la Sagrada Familia a cerrar las puertas por la presencia de manifestantes.
Enfrentamientos con la Policía Nacional en Laietana
Mientras la gran manifestación principal discurría sin incidentes en el Passeig de Gràcia, en la Vía Laietana se han sucedido cargas intermitentes de la Policía Nacional. Los agentes trataban de repeler a los grupos de personas que han ido desgajándose de la marcha principal y han tratado de acercarse a la Jefatura de la Policía Nacional en Barcelona. Los agentes de este cuerpo han practicado cuatro detenciones en los enfrentamientos que se han registrado en esa calle.
Estos manifestantes se han enfrentado a los agentes en varios momentos, y les han lanzado pintura y diversos objetos, haciendo retroceder en algunos momentos. Los radicales han encendido contenedores y han amontonado vallas para hacer barricadas. Los antidisturbios de la Policía Nacional, que han actuado en la Vía Laietana desde el medio día, han cargado con dureza en varios momentos y han disparado balas de goma contra los manifestantes. Además han realizado la técnica del carrusel, conduciendo sus furgones a gran velocidad para hacer retroceder a los manifestantes.
Sobre las 19 h seguían los enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía Nacional por Via Laietana y plaza Urquinaona.
A la calle por lo mismo que sus los abuelos
Jugando a las cartas en medio del Passeig de Gràcia se encontraba un grupo de chicas procedentes de Blanes, que han llegado este mediodía a Barcelona con la marcha de Girona. “El camino hasta aquí ha sido casi en familia”, reconoce Romina Aguirre, de 19 años: “Hemos venido a luchar por los derechos por los que también luchan nuestros abuelos, aunque no nos lo pongan fácil”.
Este grupo de jóvenes solo han participado hoy en la marcha, ya que el resto de días han estado tratando de conseguir aplicar la huelga en su instituto. Una de ellas, Naeema Khan Asensio, de 20 años, es estudiante en la Universidad de Girona y, en su caso, no ha tenido clase en toda la semana. Asensio encuentra “bastante emotivo” que toda la gente que ha participado en las marchas hayan decidido caminar juntos “para luchar por nuestros derechos”.
La universitaria critica la actuación policial de los últimos días en Barcelona, que considera que han sido “horribles”. Defiende, sin embargo, las acciones de los manifestantes, arguyendo que son “en defensa propia” y que gracias a ellas se ha conseguido que se hable en el resto del mundo del caso catalán. No opina lo mismo Aguirre, que cree que “se pueden hacer manifestaciones de cualquier tipo sin violencia”.
Ramon Pou es un vecino de Barcelona de 66 años que este viernes se ha desplazado hasta Sant Quirze del Vallès para acompañar a la marcha procedente de Vic en su último tramo. Este barcelonés considera “increíble” La gesta de la columna de Vic: “Cuando hemos llegado a la Meridiana, que es muy ancha, la ocupábamos entera. Esto no lo habia visto nunca, y he ido a todas las manifestaciones independentistas”, narra.
“Queremos hacer entender de una vez por todas que no podemos seguir así ”, asevera Pou, quien también critica la gestión del gobierno de Torra de la respuesta de la sentencia. “¿Qué actuación?”, cuestiona, cuando se le pregunta por el tema. Respecto a los altercados vividos estas últimas noches en la ciudad, este ciudadano las desvincula del independentismo: “Son grupos de jóvenes que se lo toman como un deporte”, explica.
Algunas personas han realizado solamente tramos parciales de las marchas, pero hay muchas otras que han caminado todo el trayecto previsto. Este es el caso de Josep Maria Tor, independentista de 59 años procedente de Roda de Ter. “Ha sido una manifestación fantástica, nadie se lo esperaba. Todo el mundo ha quedado desbordado con el ahínco que ha puesto la gente”, declara emocionado. Este manifestante considera que la protesta ha visibilizado que “la gente ya está harta”.
“Tenemos que tirar el país adelante nosotros, porque los políticos no lo harán en nuestro lugar”, asegura. Tor condena los disturbios en Barcelona, aunque los atribuye a “gente que viene del resto de España” que, según él, vienen a inflar la situación y decir que son violentos. “Nosotros somos totalmente pacíficos y no tenemos nada que ver con esta gente”, asevera.