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José Manuel Villegas, el pararrayos de Albert Rivera

José Manuel Villegas junto a Albert Rivera, en una imagen de archivo.

Pol Pareja

El 9 de junio de 2009, José Manuel Villegas presentó su dimisión “irrevocable” de todos sus cargos en Ciudadanos. Se vivía por primera vez un terremoto en la formación naranja por el fracaso que había supuesto la alianza en los comicios europeos con Libertas, un partido antieuropeísta de extrema derecha. La candidatura apenas alcanzó el 0,36% de los votos en Catalunya -el 0,15% en España- y dos de los tres diputados en el Parlament presentaron su dimisión dejando solo a Albert Rivera. Villegas había sido el principal negociador de la alianza con Libertas y número dos de esa lista y se responsabilizó de la operación para proteger a Rivera. Era la primera vez que ejercería de pararrayos de su líder, pero no la última.

“Villegas no hace ruido, pero es el que más manda después de Rivera”, dice de él un diputado de Ciudadanos en el Parlament. Villegas no tiene cualidades para los mítines ni es atractivo para la televisión, pero del grupo de fieles a Rivera es sin duda la persona con mayor poder dentro de la formación. “Siempre ha dado la cara por Albert, interna y públicamente, y eso él lo valora más que nada”, sentencia este diputado.

No han sido pocas las veces que el actual Secretario General de Ciudadanos ha tenido que cubrir a su líder. Aparte de la tensa reunión de la Ejecutiva en 2009 a raíz del mencionado pacto con Libertas -24 miembros votaron en contra de la coalición, 36 a favor y dos se abstuvieron- Villegas ha tenido que enfrentarse en varias ocasiones a las críticas internas y externas a Rivera.

Cuando muchos dirigentes lo cuestionaban, defendió que se aupara a la exmiembro del PP, Silvia Clemente, a la candidatura de Castilla y León. Siguió defendiendo a Rivera cuando se demostró que había habido un pucherazo en esas primarias para que las ganara Clemente frente al candidato de Luis Garicano. También fue Villegas quien se enfrentó a las críticas internas por el veto al PSOE y el acercamiento a Vox en la acalorada reunión que se celebró tras la salida de Toni Roldán y Javier Nart del partido.

Sus diferencias con Garicano son manifiestas y las fuentes consultadas creen que los críticos del partido han puesto a Villegas “en el punto de mira” tras las últimas polémicas. Algunos lo acusan de ser uno de los responsables del giro a la derecha del partido, pero sus defensores lo niegan y recuerdan que formó parte de las juventudes del partido socialista. “Es cierto que Villegas quedó tocado tras lo de Castilla y León”, señalan desde el Parlament, “pero siempre resiste”. 

El más poderoso del “núcleo catalán”

La dimisión en 2009 de Villegas no era tan irrevocable como parecía. El amigo personal de Rivera nunca se alejó del partido ni de su líder y volvió al cabo de poco tiempo: en 2012 entraba como diputado en el Parlament y seguiría aumentando su influencia hasta convertirse en el número dos de la formación. “Siempre ha mandado mucho, pero con el tiempo fue mandando más”, resumen desde la calle Balmes, donde Ciudadanos tiene la sede en la capital catalana.

Nacido en Barcelona en 1968 y abogado fiscalista de profesión, Villegas es de esos que está en Ciudadanos desde el principio. Pertenece a la Ejecutiva desde 2007 y forma parte del ahora llamado “núcleo catalán”, que viene a ser la guardia pretoriana de la que siempre se ha rodeado Rivera: junto a Fran Hervías, Fernando de Páramo y José María Espejo-Saavedra, también forman parte de ese círculo Carlos Carrizosa -desde Catalunya- y una recién llegada a Madrid Inés Arrimadas, que durante la última crisis ha contribuido a proteger a Rivera en las semanas de mayor presión para que facilitara la investidura de Pedro Sánchez.

Más allá de su carácter inalterable y parco a la hora de mostrar emociones, las fuentes consultadas para este perfil destacan de Villegas su lealtad inquebrantable al jefe del partido. “Rivera, cuando llegaba alguien al partido, siempre le decía que lo que más valoraría era que le fuera absolutamente fiel”, prosigue este diputado. “Siempre ha tenido este punto de recelo hacia los demás, que le hace rodearse de los que considera sus mejores amigos”.

Fontanero y negociador

La ascendencia de Villegas proviene especialmente de sus labores de fontanería dentro del partido. Un trabajo que no luce en público, pero que dentro de las formaciones políticas otorga mucho poder. 

Excepto las tareas de comunicación, absolutamente todo lo demás en Ciudadanos pasa por Villegas. Él fue el principal responsable de la exitosa expansión nacional del partido en 2015. También ha sido, junto a Fran Hervías, quien ha organizado todas las listas, procesos de primarias y candidaturas electorales por todo el territorio. Ha sido el director de todas las campañas electorales, incluyendo la que llevó a Ciudadanos a la victoria en Catalunya en 2017 y fue uno de los que articuló la alianza con Manuel Valls en Barcelona, aunque su falta de sintonía personal con el ex primer ministro francés hizo que Inés Arrimadas le tomara el relevo en las conversaciones.

Precisamente es la faceta de negociador la que también le ha otorgado a Villegas tanto poder interno. En el partido destacan su dureza a la hora de llegar a acuerdos y recuerdan que ha liderado todas las negociaciones destacadas de los últimos años. Villegas fue el principal interlocutor con el PP mientras duró el pacto de gobernabilidad y había sido uno los artífices, junto a Garicano, del llamado “pacto del abrazo” con el PSOE. También ha ejercido de negociador principal en el gobierno de coalición con el PP en Andalucía y en casi todos los lugares en los que Ciudadanos ha conseguido alguna cuota de poder gracias a su pactos con los populares y la ultraderecha.

En el partido aseguran que Villegas lo ha pasado mal durante los últimos meses, pero que su figura en Ciudadanos está a día de hoy aún más reforzada. “Garicano ha quedado más aislado tras la crisis.”Eso inevitablemente significa más poder para Villegas“, explican desde la dirección.

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