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Así se hizo el recuento en la asamblea de la CUP

Los diputados Antonio Baños y Anna Gabriel durante la comparecencia posterior a la asamblea

Arturo Puente

El insólito resultado arrojado por la asamblea de la CUP este domingo, en la que empató a 1.515 votos cada opción, ha disparado todo tipo de especulaciones sobre la limpieza del proceso. Una vertiente de la discusión se ha centrado en el aspecto matemático sobre las probabilidades de obtener un resultado así, que según los cálculos sería del 1,45%. La otra vertiente ha puesto el acento sobre cómo se efectuó el proceso de votación y recuento de las más de 3.000 papeletas.

Para ponerse en antecedentes cabe recordar que la organización había propuesto cuatro opciones. El método de votación era por rondas que descartaban la opción menos votada hasta que una de ellas consiguiera más del 50% de los apoyos. Así, se efectuaría una primera ronda en la que, si ninguna de las cuatro opciones recibía más de la mitad de los apoyos, la opción menos votada se eliminaba para la siguiente ronda.

En la segunda ronda, por tanto, se votaba sobre tres opciones. Mismo sistema: si ninguna de esas tres obtenía más de la mitad de votos, se descartaba la menos votada para la ronda final. En la tercera ronda quedarían dos opciones, siendo ganadora la más votada. Según el reglamento, en esta última ronda no se contarían los votos en blanco ni nulos, por ser a dos opciones.

Censo

El portavoz del Secretariado Nacional de la CUP, Xevi Generó, explica cómo se efectuó el censo en los días previos a la asamblea. Según explica, hay dos tipos de personas que pueden participar en las asambleas de la CUP: los militantes de la propia CUP y los miembros de las organizaciones que forman parte de la candidatura. A diferencia de otras asambleas, para la del domingo la organización abrió un formulario, enviado a los grupos locales y organizaciones, para que se apuntaran todas las personas que quisieran participar en la asamblea.

Además de este registro previo, se efectuaba un control paralelo. Los nombres de todas las personas apuntadas en el formulario debían estar, o bien en la intranet de las agrupaciones locales de la CUP o bien en el censo de las organizaciones de la candidatura. Por tanto, necesitaban el aval de alguno de estos grupos. El censo final de la asamblea resultó de 3.577 personas.

Responsables de urnas

De las 3.577 personas que formaban el censo total, en los días previos se eligieron a 300, por el método de tomar un número al azar e ir subiendo en la lista en sucesión. Si por ejemplo se tomaba el 9, eran escogidos el número 9 del censo, luego el 18, el 27, el 36 y así sucesivamente, hasta completar los 300. “Estas personas fueron avisadas con dos días de antelación de que serían los responsables de las urnas”, explica Generó, “los primeros 100 desde el primer momento y el resto de suplentes”.

Votación

Para votar se instalaron 50 urnas en 25 mesas, dos por mesa. A cada mesa le correspondían unas 70 u 80 personas, por orden alfabético, y los dos responsables de cada mesa disponían de una lista de ellas. Cada votante debía identificarse mediante documento oficial, y los responsables de la urna apuntaban que había votado. En las listas había espacio para marcar cada una de las tres rondas.

Respecto a las papeletas, se usaron diferentes formatos para cada una de las rondas, para evitar duplicidades y confusiones. Si el formato de una papeleta no correspondía a la ronda en curso, se contaba nulo.

Recuento

Una vez cerradas las 50 urnas se comenzaba el recuento. Para ello, las dos personas responsables de cada urna se unían a las otras dos responsables de su misma mesa y a ellas se les unía una quinta de la organización. Entre las cinco comenzaban a contar los votos de cada urna, primero una y después la otra. “El número de votos debía corresponder a los votantes apuntados. Los resultados se apuntaban en dos actas idénticas para cada urna, una de ellas se guardaba junto a las papeletas en un sobre sellado, mientras que la otra se entregaba a la mesa de la asambela”, recuerda el portavoz. La mesa de la asamblea estaba formada por cuatro personas del Secretariado Nacional y dos diputados.

Una vez cada mesa había contado sus urnas y había rellenado las actas, los resultados se entregaban a la mesa, que sumaba las 50. Para asegurarse, se sumaron dos veces, por separado, y se pusieron los resultados en común para ver que coincidían.

Historia de un empate

“Habíamos previsto todos los escenarios menos el del empate, que es casi lo único que no te esperas”, explica Generó. El portavoz relata la perplejidad de los miembros del secretariado encargados de contar por separado cuando pusieron en común la suma de las urnas. 1.515 en cada lado, y nada previsto para el desempate.

Sobre la votación, Generó asegura que apostaron por “un método lo más cercano posible a unas elecciones normales”, siendo previsible que el voto fuese secreto. “Es imposible de manipular”, asegura Generó, quien por las dudas señala que “las cajas selladas con los votos y las actas existen, son un material que guardamos”.

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