La Generalitat permite a los presos catalanes salir a trabajar tras rechazar la vuelta de la actividad no esencial
La conselleria de Justicia de la Generalitat ha decidido este martes permitir retomar la actividad laboral a los presos que podían salir entre semana de las cárceles para trabajar, entre ellos algunos de los condenados por el procés. Con la relajación de las restricciones a la movilidad decretadas en el estado de alarma y la vuelta al trabajo de la industria y la construcción –medida criticada con dureza desde la Generalitat–, el Govern ha abierto la puerta a permitir salidas laborales de los presos sujetos al artículo 100.2, pero para ello deberán acreditar que los centros donde están empleados han reanudado su actividad.
Actualmente, son un total de 22 presos los que tienen autorizado un 100.2 para ir a trabajar, que se suman a otros 1.841 en tercer grado, quienes también podrán acudir a su puesto si cumplen con las condiciones exigidas por la Generalitat. Una vez regresen a la cárcel a pasar la noche, los reclusos que salgan a trabajar no podrán compartir espacio ni estar en contacto con otros presos que no hayan disfrutado de permisos, medida con la que el departamento de Justicia pretende evitar la propagación del coronavirus dentro de los recintos penitenciarios.
Fuentes de Justicia alegan que, pese al rechazo del Govern a la vuelta al trabajo, sería discriminatorio para los internos impedirles trabajar si el resto de empleados de la industria y la construcción ya pueden hacerlo. Se busca además proteger el empleo de los internos. Las mismas fuentes añaden que la reanudación de la actividad laboral se hará con la “máxima seguridad”, tanto para el interno en su centro de trabajo como para el resto de reclusos.
En declaraciones a los medios, la consellera de Justicia, Ester Capella, ha destacado que las personas presas tienen “los mismos derechos y oportunidades” que las que viven en libertad y ha precisado que cuando regresen a prisión los internos deberán hacer vida separada del resto de reclusos para evitar contagios.
Respecto a los efectos de la medida en los presos independentistas, el permiso de la Generalitat se limita a la actividad laboral, por lo que la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa o el expresidente de la ANC Jordi Sànchez, que cuidan de familiares y realizan laborales de voluntariado, no podrán salir de prisión.
Tampoco parece probable que el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras pueda reanudar su trabajo domo docente en la Universidad de Vic, puesto que el rectorado decidió cerrar sus instalaciones –con algunas excepciones limitadas a investigaciones en laboratorios– al agravarse la situación sanitaria por la pandemia de coronavirus.
Sí es más factible que puedan volver a sus actividades los exconsellers de Presidencia Jordi Turull y Josep Rull, que trabajan como abogados. Y el que ya ha confirmado que volverá al trabajo es el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que desde este miércoles volverá a dirigir presencialmente su fábrica de embalajes ya que “forma parte de la cadena de servicios esenciales durante la pandemia”, ha informado la entidad.
En función del número de reclusos que acrediten que se ha reanudado su actividad laboral, la Secretaría de Medidas Penales de la Generalitat decidirá si se les cambia de módulo dentro de la cárcel en que cumplen condena o si los traslada a un centro abierto. La vuelta al trabajo de los reclusos llega después de la polémica entre la Generalitat y el Tribunal Supremo a raíz de que la conselleria abriera la puerta a que los presos del procés cumplieran el confinamiento en sus domicilios, como finalmente se autorizó a una quincena de internos comunes.
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