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Comisiones del “2% o 3%”: el primer destino del 'yonqui del dinero' en una fundación creada por Francisco Camps

Marcos Benavent, autodenominado 'yonqui del dinero'.

Lucas Marco

26 de mayo de 2022 22:46 h

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Un agente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que declaraba como testigo perito en la novena sesión del primer juicio por la pieza separada J del 'caso Taula', se despedía de Marcos Benavent, autodenominado 'yonqui del dinero', con una amigable sonrisa y un fugaz alzamiento de cejas. Benavent, arrinconado en solitario en una esquina del banquillo, le devolvía el saludo. La fugaz escena retrata los años de colaboración entre el principal acusado del 'caso Taula' y los responsables de la investigación, del Grupo de Delitos contra la Administración de la UCO, hasta el sonado cambio de estrategia por parte del 'yonqui del dinero' y de su nuevo abogado, el penalista Juan Carlos Navarro.

La declaración de Benavent ante la sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia parecía propia de alguien aquejado por el síndrome de Estocolmo: tras afirmar que la UCO habría dispuesto un esquema para sus confesiones iniciales —“llegaba la Guardia Civil y había un guion predeterminado, era como asentir, me ponían un papel [y decía] pues vale”— el 'yonqui del dinero' no dudó en elogiar la actuación de los investigadores del Instituto Armado. “Siempre me han tratado con un respeto y con una profesionalidad impecable (...). Quiero hacer mención especial a la UCO por su trabajo”, apostilló.

A pesar de los elogios, los dos investigadores han propiciado un severo revés al 'yonqui del dinero'. Los dos agentes, jóvenes y con un temple muy profesional, han relatado los inicios de las pesquisas del 'caso Taula', tras la denuncia inicial de la diputada provincial de Esquerra Unida Rosa Pérez Garijo (actual consellera de Transparencia de la Generalitat Valenciana) y la declaración del exsuegro Mariano López.

Tras almacenar los audios de la trama en un servidor de la UCO, los agentes analizaron la vida laboral de Marcos Benavent, quien después de trabajar para la agencia de comunicación Engloba recaló en la Fundación Jaume II El Just, creada por Francisco Camps para brindar a los valencianos una suerte de centro espiritual en el Monasterio de la Valldigna.

Allí coincidió con Vicente Burgos, amigo de Camps y entonces esposo de la concejal del Ayuntamiento de Valencia María José Alcón, imputada en el 'caso Taula' hasta su fallecimiento. El abogado de Burgos en su traumático divorcio con Alcón fue José María Corbín, el cuñado de la fallecida alcaldesa Rita Barberá e imputado en el 'caso Azud', según las fichas de clientes del letrado que figuran en el sumario.

“Benavent nunca vino a la fundación a hacer nada concreto”, dijo Vicente Burgos en una comisión de investigación de las Corts Valencianes. Sin embargo, los agentes de la UCO han declarado que el 'yonqui del dinero' trabajó y mucho. “Su papel en la fundación era de recaudador”, han señalado en referencia a Benavent.

Vicente Burgos, liquidador de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV), antiguo jefe de gabinete del Consell Jurídic Consultiu y expresidiario en la cárcel de Picassent por otros asuntos no menos turbios, “revestía los contratos de la legalidad necesaria y Marcos Benavent después visitaba las empresas adjudicatarias para pedirles el 2% o 3% de las adjudicaciones”, según los investigadores.

Saqueo de 1,7 millones

La empresa pantalla del 'yonqui del dinero' (Thematica Events SL) facturó a la Fundación Jaume II El Just 1,7 millones de euros en tres años. La fundación, una auténtica agencia de colocación de cargos del PP, desvió 4,3 millones de euros a empresas que han sido investigadas en el marco del 'caso Taula', según el recuento efectuado por Compromís.

La mercantil Thematica Events SL “deja de facturar a la fundación cuando [el 'yonqui del dinero'] se marcha y pasa a facturar a Imelsa [la empresa pública de la Diputación de Valencia de la que Benavent era gerente]”. Además de pasar el cazo, el acusado trabajaba “a tiempo completo” en el área de comunicación del PP, a partir del momento en que Alfonso Rus “alcanza la presidencia del partido en Valencia”.

El 'yonqui del dinero' declaró, durante la larga fase de colaboración con Anticorrupción y la UCO, que orquestó un “desvío de fondos” de la empresa pública a otra de sus sociedades pantalla: Berceo Mantenimientos SL, creada para “adquirir patrimonio” con el presunto testaferro Jaime José Úbeda como hombre de paja.

En una conversación telefónica intervenida por la Guardia Civil, Úbeda describió la figura del testaferro: “Un 'bobet' [bobo, en valenciano] o una persona que cobra mucho dinero”, una expresión que reprodujo durante su declaración en el juicio. “Yo opino que hay muchos más [tipos de] testaferros”, ha agregado uno de los agentes de la UCO, especialista en la materia.

Los testigos peritos han insistido en que el empresario Jaime Úbeda era “plenamente consciente de que estaba facturando de forma ilícita”. De hecho, Marcos Benavent explicó a los agentes la mecánica: “Le daba a Marcos el dinero en efectivo y Úbeda cobraba por ello una cantidad indeterminada, dependiendo del encargo”. En el juicio, el 'yonqui del dinero' pidió perdón “con el corazón en el alma” a su presunto testaferro, al que conoce desde la infancia de la localidad de la que ambos son oriundos. “Me arrepiento de haberle hecho tanto daño”, apostilló. “Antes tenía amistad [con Benavent], hoy no lo sé”, respondió el aludido durante su declaración. En cada sesión del juicio ambos se sitúan a una decena de sillas de distancia en el banquillo de los acusados de la sala Tirant II de la Ciudad de la Justicia de Valencia.

El segundo testaferro del 'yonqui del dinero' fue José Estarlich, esposo de la secretaria de Benavent en Imelsa que ha alcanzado un pacto de conformidad con la Fiscalía Anticorrupción y que cantó la Traviata en su declaración ante la sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia que juzga la pieza separada J del 'caso Taula' sobre la financiación de tres campañas del PP.

El hombre de paja colaboró con los investigadores desde el inicio del 'caso Taula' y confesó que la facturación se hacía con dos mecanismos: de forma ficticia, por trabajos no realizados; o incrementando el importe de la facturación hasta los 50.000 euros, límite para no iniciar un procedimiento de contratación con mayores garantías.

Estarlich detalló cómo la empresa pantalla de Benavent de la que era testaferro adquirió un inmueble en el complejo residencial Venecia de Xàbia (Alicante), incluyendo plaza de garaje y trastero, por 192.600 euros (sin IVA), a un empresario del grupo de comunicación que creó Eduardo Zaplana. “Como le gustaba Jávea orquestó un desvío de fondos de Imelsa para adquirir esos inmuebles”, ha declarado uno de los agentes de la UCO.

Al acabar la declaración, el 'yonqui del dinero' se ha despedido con un discreto gesto de los agentes con los que colaboró al inicio del 'caso Taula'. El próximo lunes declaran los dos guardias civiles de la UCO que continuaron con las pesquisas.

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