Joan Ribó: “Valencia ni se vende ni quiere ser un nuevo Las Vegas”
Freno al megacasino de la Marina Real. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha asegurado este miércoles que el ayuntamiento dijo no al complejo turístico que ARC Resort quería realizar en la Marina Real porque no quiere cambiar la ley a demanda de los inversores. Y ha recalcado que su gobierno “es contrario a que esa parte de la fachada marítima de Valencia sea un nuevo Las Vegas”.
“Valencia no se vende, no estamos dispuestos a bailar al son de ARC ni a ceder la capacidad legislativa a nadie”, ha dicho Ribó a preguntas de los periodistas. La compañía de Singapur, según anunció, planeaba invertir en el proyecto cerca de mil millones de euros y generar 20.000 puestos de trabajo, aunque finalmente abandonó la idea ante la“falta de interés” y los “impedimentos de los políticos”, según afirmaron.
Ribó ha recordado que el hotel de La Marina “no era solo un hotel, lo que planteaban era la compra de prácticamente toda la Marina”. El Ayuntamiento, por contra, tiene “un proyecto de ciudad”. Por ello, cuando la empresa planteó cambios a nivel legal para que se pudieran construir “un casino y una serie de cosas, dijimos que no, que nosotros respetamos mucho nuestra legislación”.
Pese a todo, Ribo no cierra puertas. Si ARC tiene un proyecto, “que lo presente realmente y con avales, como cualquier otro, pero no estamos dispuestos a cambiar la legislación y lo que les interese”. “Queremos un proyecto para La Marina y pensado para los barrios marítimos, que sea rentable pero a la vez repercuta de cara a la población”.
Una sociedad en paraísos fiscales
Si en los años del PP el impulso de los grandes proyectos fue una prioridad, el actual Consell ha puesto el freno a cualquier megaproyecto que no acredite su solvencia. A la espera de que la conselleria de Medio Ambiente decida sobre el 'pelotazo' de Puerto Mediterráneo -en palabras de la izquierda-, tanto la Generalitat Valenciana como el Ayuntamiento de Valencia han cerrado la puerta a la construcción de un casino de lujo en la Marina Real del puerto.
Las razones para rechazar un inversión de 1.000 euros que implicaba cambiar la ley del juego y que evocaba otros proyectos fallidos, las especifica la conselleria de Economia en un duro informe de Sostenibilidad Económica. Y entre ellas, se argumenta que unos de los dos inversores que respaldaban el casino -Oxley Capital- opera a través de las Islas Caimán, consideradas un paraíso fiscal. Esta firma, de hecho, no ha entregado sus cuentas a Economía debido a que utiliza la laxa tributación de ese enclave para ahorrarse el pago de impuestos.
Pero el documento no solo alerta sobre las conexiones del grupo inversor de Singapur con áreas 'offshore'. También pone en duda la sostenibilidad de un proyecto que contemplaba un hotel de lujo y un museo dedicado a los caballos. “No presenta la documentación adecuada y suficiente que avale la viabilidad del proyecto”, “no presenta los recursos financieros necesarios” o “los cambios en leyes urbanísticas” son algunas de las razones que esgrime el departamento dirigido por Rafael Climent (Compromís) para cuestionar el proyecto.
Los promotores, según reza el informe, se limitan a presentar un simple escrito de las cuatro empresas que integran el grupo inversor: ARC, Oxley, Credit Suisse y Fortress. Y solo se comprometen a aportar 350 millones de euros para llevar adelante el proyecto si se cambia la ley del juego a su favor. De lo contrario, como sucedía con Eurovegas, el megaproyecto fallido en Madrid, no hay inversión. Debido a estas razones y a que este grupo de capital extranjero quería operar en régimen de exclusividad, el alcalde de Valencia no era partidario de la concesión.