El proyecto de almacén temporal individualizado de la nuclear de Cofrentes se somete a información pública
La delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana ha publicado este sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el anuncio por el que se somete a información pública el proyecto para la construcción de un almacén temporal individualizado (ATI) en la central nuclear de Cofrentes, así como su estudio de impacto ambiental, que tiene por objeto la obtención de la Declaración de Impacto Ambiental por parte del Ministerio de Medio Ambiente.
Iberdrola, la empresa propietaria de la nuclear de Cofrentes, inició en 2016 los trámites ambientales para la construcción del almacén atómico, una instalación donde albergar el combustible irradiado así como cualquier otro residuo de alta actividad o larga vida procedente de la misma planta hasta su traslado a una instalación de reproceso, a una de almacenamiento temporal centralizado o a un almacén geológico profundo.
El ATI de Cofrentes debería estar finalizado en 2019 de modo que, tras la realización de las pruebas necesarias para su puesta en marcha, pueda estar operativo en 2021, fecha en la que está previsto que se agoten sus piscinas de combustible, donde va a parar el uranio utilizado en su reactor para enfriarse.
Estas instalaciones, que se sitúan en superficie o a relativamente pocos metros de profundidad, tienen “absoluta garantía de seguridad, incluso en escenarios improbables” en el campo meteorológico, según defendió el director de la central, Tomás Lozano, en una comparecencia en las Corts en julio del pasado año. Lozano defendió la necesidad del ATI “en cualquier escenario”, y más después de confirmarse el retraso del almacén temporal centralizado programado en Villar de Cañas (Cuenca).
Hasta doce incidentes en un año
La central nuclear de Cofrentes confirmó el pasado día 20 que la instalación ha notificado al Consejo de Seguridad Nuclear hasta doce sucesos en un año, aunque negó que ésta suponga un riesgo para los ciudadanos: “Cofrentes se mantiene en el mejor nivel de seguridad y es absolutamente segura”. Estos incidentes “no han afectado a personas, a la instalación ni al medio ambiente”. Y todo esto se produce en vísperas de que Iberdrola solicite la renovación de la explotación, que caduca en 2021.