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El PSPV encarrila el congreso extraordinario: unas horas de negociación en Madrid fulminan dos meses de pulso en Valencia

La ministra de Ciencia, Diana Morant, en el acto de presentación de su candidatura para liderar el PSPV.

Laura Martínez

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Pocos partidos tienen tanta propensión a la disputa como los socialistas valencianos, una federación con tantas tramas familiares enfrentadas como una novela rusa. El PSOE fulminó el martes cualquier intento de una guerra en la federación valenciana en las primarias de cara al congreso extraordinario. El acuerdo que no fue posible en mes y medio de negociaciones entre tres aspirantes se finiquitó en una intensa jornada en la sede de la dirección federal en la calle de Ferraz, en Madrid. El secretario de Organización, Santos Cerdán, convocó a los secretarios provinciales de Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, que el día anterior formalizaron el desafío a la dirección nacional al presentarse a las primarias. Lo hicieron, todo sea dicho, después de advertirlo en público y antes que la ministra Diana Morant, que fue la última en confirmar que lo haría y en registrar su candidatura. Poco después, la dirección federal llamó también a la ministra a que se sumara al encuentro que se prolongaría hasta casi la medianoche.

Después de una jornada maratoniana, los tres precandidatos acordaron que Morant, que partía como favorita para el proceso, encabezará la candidatura para la secretaría general. En las más de nueve horas de reunión se produjo un pulso entre los responsables de Valencia y Alicante frente a la ministra. Todas las partes han venido afirmando que tenían números suficientes para hacer sudar al resto, pero nunca han dejado de apelar a una integración. Que fuera necesaria la intervención de la dirección indica que nadie tenía tanta fuerza como exhibía. O que no la hubiera tenido sin un espectáculo de desgaste de los socialistas, que perdieron hace medio año la Generalitat Valenciana pese a sus buenos resultados.

En el PSPV están acostumbrados a la guerra congresual, más violenta cuando viene precedida por una derrota, por lo que todo parecía apuntar que en esta ocasión el proceso sería intenso. Pero no contaban con el factor Pedro Sánchez. Los secretarios provinciales eligieron el peor momento para enfadar al presidente, que venía de perder la segunda votación en el Congreso en 20 días con uno de los temas más polémicos de la legislatura. Según las fuentes consultadas, el secretario general intervino en el encuentro para poner punto final a la discusión. Una vez consensuaron que la ministra sería la secretaria general valenciana, el presidente fijó posición para que mantuviera la secretaría de Organización, un cargo clave para cualquier dirección política. Los secretarios provinciales, muy enfadados con la dirección de Ximo Puig, no quieren que el partido siga controlado por ese sector. El encuentro se saldó con un reparto de poder sobre el que se construirá el resto: Morant controlará Organización, Soler habría aceptado la presidencia del partido y Bielsa la vicesecretaría, además de mantener su estatus provincial.

Pasadas las diez de la noche, los tres precandidatos emitieron un escueto comunicado conjunto en el que respaldaban a Morant como única candidata. De acuerdo con el texto publicado, la “finalidad principal” es generar “un nuevo proyecto político ilusionante” que esté, a su vez, “alineado con el proyecto que representa Pedro Sánchez en España” y que sea “capaz de combatir y vencer a las derechas en el ámbito de la Comunitat Valenciana”. Para ello, justificaban que debe “visualizarse un cambio de actores y procesos” que esté “basado en un nuevo consenso donde cada militante pueda desarrollarse libre y plenamente”. Una forma sutil de ventilarse el proceso de primarias después de días apelando a la voluntad de la militancia.

En el día después, cuando se ha vuelto a retomar el encuentro para pulir los equilibrios en la Ejecutiva, las posiciones parecen más calmadas. En público todos los mensajes apelan a la unidad, algo que contrasta con los tejemanejes que se venían dando en privado. Los entornos de Bielsa y Soler ya han dado su brazo a torcer para no seguir en la pugna, pero insisten en que para se dé una integración en la candidatura que encabezará Diana Morant “tiene que existir de verdad esa integración” en la Ejecutiva.

Bielsa ha sido el primero en romper el silencio tras la llamada al orden: “Estoy convencido de que lo que hoy necesita mi partido es la fuerza que da la unión de todas las miradas y sensibilidades de las que afortunadamente se nutre, con el objetivo final de construir un nuevo proyecto político para recuperar la confianza de la ciudadanía”, ha escrito en la red social X -antiguo Twitter-. “Yo simplemente quiero un futuro mejor y compartido para todos y todas. Y solo una estrategia de unidad puede hacer frente a las grandes amenazas del tiempo en el que nos ha tocado vivir y convivir”, continua el mensaje en el que confirma la negociación.

Tras él se ha pronunciado Alejandro Soler, que ha pasado la mañana en la Comisión de Hacienda en el Congreso, donde es diputado. El parlamentario ha afirmado que el acuerdo “nace desde el consenso y el diálogo”, con el objetivo de ganar en las elecciones autonómicas de 2027. “Desde esta candidatura hemos sido y somos defensores del impulso de la militancia. También somos conscientes de que son importantes los acuerdos. Quien camina solo llegará rápido, quien lo hace acompañado llegará más lejos”, ha apuntado en sus redes.

Desde el Congreso, antes de su comparecencia, la ya virtual secretaria general ha querido agradecer a sus oponentes la cesión. “Quiero agradecer el compromiso y la generosidad de los otros precandidatos que han apostado por tener candidatura única”, ha apuntado este miércoles Morant, que ha celebrado: “Si los militantes quieren, me van a convertir en la primera secretaria general mujer del PSPV y con esa fuerza y esa ilusión vamos a plantar cara al gobierno más reaccionario de la Comunitat Valenciana”.

Pese a que Morant fue la última en mostrar sus intenciones, no se puede decir que desde el PSOE no lanzaran señales de apoyo. La primera, la de Santos Cerdán pidiendo un proceso unitario. La última, el acto de lanzamiento de la candidatura de la ministra, que parecía más bien una candidatura a la presidencia de la Generalitat. Rodeada de militantes y de representantes locales, apeló a la recuperación del Gobierno autonómico y a las políticas públicas de Pedro Sánchez, en la misma plaza en la que él la avaló como candidata a la alcaldía de Gandía.

El calendario del congreso no sufrirá variaciones. Se cancelan las votaciones y la campaña, pero se mantiene el fin de semana del 22 de marzo para las ponencias y la Ejecutiva. Serán dos meses largos en los que, si no hay un acuerdo beneficioso para las partes, se pueden recrudecer las heridas. Falta por ver si los socialistas valencianos, propensos a la carnicería familiar, respetarán la cuaresma, que arranca el 14 de febrero y se prolonga hasta su congreso.

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