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Las artes exigen más ayudas al saberse las últimas en volver del parón: “¿Quién va a querer entrar al teatro después de esto?”

El sector cultural alerta de que la inacción del Gobierno pone en peligro su industria

Mónica Zas Marcos

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“Primero la vida y después el cine, pero la vida sin cine tiene poco sentido”, remató el martes por la tarde su comparecencia el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. Una cita grandilocuente atribuida a Orson Welles que colmó el vaso de la paciencia de parte del sector, que lleva pidiendo medidas específicas al Gobierno desde el inicio de la crisis del coronavirus. Y esas, por el momento, no se atisban en un horizonte cercano.

Si bien algunos alaban la “buena disposición” del ministro aunque reclaman avances, otros sienten que el titular de Cultura “no nos representa”. La aparición telemática de Uribes ante los medios vino después de una serie de reuniones que mantuvo a comienzos de esta semana con 30 sectores divididos por especialidades que le trasladaron sus demandas y temores.

El principal miedo: aunque se habla de finales de abril como principio del proceso para poner fin al parón, de la lista de actividades económicas que podrán retomar el ritmo, los teatros, los conciertos, las salas de cine y los eventos de aglomeraciones en general parecen los últimos de la lista. Cuando la vida vuelva poco a poco a la normalidad, aún le quedará un largo camino a la mayoría de la actividad cultural, de la que subsisten 700.000 trabajadores. “Hay que tener en cuenta que cuando termine el confinamiento no vamos a poder reactivarnos como los demás sectores. ¿Cuándo podremos abrir? ¿En qué condiciones? ¿Reduciendo aforo? Está claro que eso no es rentable”, declaró el presidente de Redescena, Carlos Morán.

Por eso, el mismo lunes, varios sindicatos de artes escénicas pidieron al Gobierno que reconsiderase su situación precaria con ayudas de subsistencia “tal como se ha hecho con otros sectores igualmente precarios como el de las empleadas de hogar”, según un comunicado, que recibirán un subsidio excepcional si estaban dadas de alta en la Seguridad Social. “Nuestro trabajo intermitente hace que no podamos optar a las ayudas aprobadas, dejándonos en un limbo angustioso”, aseveraron.

“Estuvimos hora y media hablando con el corazón en la mano y este señor nos ha dejado atrás”, se lamenta Iñaki Guevara, el secretario general de la Unión de Actores y Actrices, y firmante del documento que pide ayudas urgentes.

El ministro Uribes explicó que el Gobierno no ha destinado dinero específico para la cultura “porque lo hemos movilizado a través de fondos transversales. Esta crisis afecta también a cultura y deporte, pero no solo”, defendió en su intervención. Aseguró que, una vez superada la crisis del virus, centraría todos sus esfuerzos en una campaña que garantizase una vuelta a los cines, teatros y actividades de ocio.

Sin embargo, el portavoz de la Unión asegura que la mayoría de sus afiliados no se han podido acoger al paquete de medidas laborales (los 200.000 millones de euros de los que hablaba el ministro Rodríguez Uribes) porque rescindieron sus contratos antes de que se declarase el estado de alarma. “Solo les servirá a un 1% del sector, los que trabajan en El rey león o Cuéntame. Normalmente, firmas acuerdos por función o por bolos, y todos se han suspendido”, distingue Guevara.

“Todo esto el ministro lo sabe porque se lo contamos en la reunión, así como lo que significa la intermitencia. También exigimos un servicio de ventanilla única para el régimen especial de artistas con funcionarios que conozcan nuestras características de cotización”, reclama.

Por su parte, el Ministerio de Cultura remite a dos guías con preguntas frecuentes sobre ERTES y la prestación extraordinaria para autónomos en el ámbito cultural.

Los sindicatos de Artes Escénicas reclaman que los trabajadores tengan acceso a prestaciones por desempleo y subsidios -siempre que cumplan unas condiciones mínimas de cotización-, un fondo de ayudas directas para atender a quienes no puedan acceder a las prestaciones y el abono por parte de las administraciones de las actuaciones canceladas. Y, a su vez, ayudas directas a las empresas de artes escénicas para que puedan afrontar el pago de indemnizaciones y salarios. “¿Quién va a querer entrar en un teatro cerrado después de esto? Estamos en manos del miedo de la gente, además de que no se van a abrir hasta dentro de mucho. Eso va a tardar”, asegura el portavoz de los trabajadores.

“Un actor que tenga la prestación por desempleo no la va a cobrar hasta el 10 de julio. La gente está pasando hambre. Tiene cero ingresos”, expresan desde la Unión de Actores y Actrices. “Parece el ministro de cualquier otra cosa. Nosotros, en concreto, nos sentimos traicionados”, inciden.

Otros como Jesús Cimarro, presidente de la Academia de las Artes Escénicas, explican con menos vehemencia que no “dejaremos atrás” a Uribes “en la pelea con Hacienda” por una partida concreta, pero exigen que parte de los 100.000 millones de euros destinados por Europa a las economías más afectadas se dirijan a Cultura.

“Ayudar a todo el mundo sin distinguir a nadie”

José Manuel Rodríguez Uribes dijo en la ronda de preguntas que habían tomado la decisión de “ayudar a todo el mundo sin distinguir a nadie” porque es más justificado que “actuar por sectores”. Sin embargo, los sindicatos artísticos insisten en que no todas las áreas del Gobierno están siendo tratadas por igual, y no todas las áreas de Cultura necesitan las mismas atenciones.

El ministro sugirió a los representantes sindicales de las diversas áreas de su cartera que expusiesen sus problemáticas y alternativas. Además de las mencionadas por los trabajadores de las artes, los empresarios piden la extensión de los ERTES, porque los teatros y las salas de conciertos “van a tener un mes más de cuarentena” y que el IVA de las entradas y de los cachés de los teatros públicos baje del 21 al 10%. El gremio de editores y libreros pide que “los libros sean declarados bienes de primera necesidad” para no tardar más en abrir los establecimientos al público.

Por su parte, la mesa sectorial de arte contemporáneo remitió una carta al ministro en la que se muestra comprensiva, pero requiere “suspender la cuota de autónomos, agilizar los pagos pendientes de la administración, ajustar la fiscalidad a las necesidades del sector y recuperar temas pendientes como la ley de mecenazgo y el 1% cultural bien aplicado”, entre otras medidas.

El cine quiere un plan ADO de ayudas y promociones como el de los deportistas de élite. Es decir, que las televisiones públicas y privadas compren solo productos españoles y europeos y que las campañas de marketing prometidas por el ministro empujen a la gente a volver a las salas. “Yo no voy a criticar al Gobierno. Todos apoyamos a los que están en la primera línea de esta crisis”, declaró Mariano Barroso, presidente de la Academia, tras la primera reunión con el representante de Cultura. Encuentros que se sucederán cada quince días y tras los que los sindicatos esperan nuevas (y más concretas) medidas.

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