Sin licencias y sin declaración ambiental: así se gestó el circuito urbano que ha llevado a Camps ante el juez
Con València en la cresta de la ola mediática tras la Copa América, la Fórmula 1 era el proyecto estrella con el que Francisco Camps concurría a las elecciones de mayo de 2007.
No en vano, el Gran Premio y el trazado del circuito urbano se presentaron 17 días antes de los comicios, también con la presencia de Rita Barberá, en un acto en el que el magnate Bernie Ecclestone anunció que solo habría Fórmula 1 en València si el expresidente popular ganaba en las urnas.
Tanto Camps como Barberá vencieron con amplias mayorías, con lo que empezó a gestarse su sueño, el de ver rodar a los monoplaza junto a yates de lujo en el puerto de València, a imagen y semejanza de Mónaco.
Un sueño que ha acabado por convertirse en una pesadilla para el expresidente del Consell, imputado recientemente por la construcción del circuito urbano que pasó de no costar ni un euro a las arcas públicas, tal y como afirmó en repetidas ocasiones, a alcanzar un coste de 98,1 millones de euros.
De esta forma, con las carreras a poco más de un año (la primera tuvo lugar en agosto de 2008), el trazado se construyó contra viento y marea, saltándose todos los trámites administrativos y pasando por encima de los vecinos de Nazaret.
Así quedó reflejado en el decreto que publicó el Consell en febrero de 2008, según el cual, se declaró de interés general tanto el Gran Premio de Europa en València como las obras para construirlo.
En virtud de este decreto, se eximió al circuito urbano de declaración de impacto ambiental, licencia urbanística, licencia de actividad y de cumplir con los niveles máximos de ruidos permitidos.
Por si fuera poco, todos sus procedimientos se tramitaron con carácter urgente, sobre todo las expropiaciones, y bastó con un certificado de obras expedido cinco días antes de las carreras para acreditar que todo se ajustó a la ley. Finalmente, el Consell logró construir la infraestructura en un tiempo récord de 10 meses.
Resistencia vecinal y ecologista
Ante esta situación, la asociación de vecinos de Nazaret, junto a entidades como Ecologistes en Acció, formaron la plataforma Fórmula Verda para denunciar lo que consideraban una actuación ilegal.
Al respecto, el portavoz de la entidad vecinal, Julio Moltó, recuerda que “como consecuencia de las obras del circuito se invadió y se estrechó parte del viejo cauce del Turia que estaba destinado a zona verde según el Plan General de Ordenación Urbana y se taponó parte del puente de Astilleros, lo que implica un riesgo importante de inundación en Nazaret en caso de lluvias fuertes”.
Moltó destaca también que los días de carreras “el ruido de los coches era infernal y el barrio quedaba prácticamente incomunicado”.
Por su parte, el portavoz de Ecologistes en Acció, Carlos Arribas, comenta que el Ente Gestor de la Red de Transporte y Puertos (GTP), en las licitaciones de obras, negaba implícitamente la existencia de un proyecto de circuito urbano de Formula 1 y se sustituía por una “conexión entre la Alameda, la Avda. de Francia y el Puerto de Valencia”.
La plataforma Fórmula Verda llevó el proceso administrativo ante la Unión Europea sobre todo por la ausencia de declaración de impacto ambienta, una denuncia que no tuvo recorrido finalmente al argumentar los tribunales europeos que el trazado estaba integrado en la trama urbana del futuro brarrio del PAI del Grao.
De circuito a solar sin uso y abandonado
Seis años después de la última carrera, la parte del circuito urbano adyacente a la zona del Grao sigue cerrada y convertida en un solar repleto de vallado y otros elementos que se usaron durante las carreras.
De todas las instalaciones, tan solo se ha podido reutilizar el Cuc de Llum, el puente se construyó para comunicar las gradas del circuito urbano con un coste de dos millones de euros.
La infraestructura se reabrió en diciembre de 2016 con el objetivo de facilitar la conectividad peatonal y ciclista entre los barrios de Nazaret y el Grao.
El resto del trazado está vinculado al mencionado plan urbanístico, una zona que estaba llamada a convertirse en una de las más vanguardistas de la ciudad.
El convenio firmado en su momento entre el Ayuntamiento y la Generalitat establecía que los promotores del PAI deberían de hacerse cargo de las obras del circuito a través de las cargas urbanísticas, al tener ya asfaltadas parte de los viales.
Sin embargo, fuentes municipales ya comentaron hace semanas que “no será posible repercutir el 100% los 40 millones de euros que costó el circuito en la zona del Grao”.
Ahora, el Ayuntament trabaja en la modificación de la ordenación contenida en el plan parcial del sector Grao con la finalidad de integrar y ajustar total o parcialmente el circuito de Fórmula 1 al proyecto de urbanización.
Lo que sí que está muy avanzado, como informó eldiario.es, es el desmontaje de los boxes y el paddock en los tinglados 4 y 5 del puerto, lo que permitirá destinar los edificios a usos públicos.