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Respuesta insuficiente del Gobierno en la atención a los migrantes llegados a España: hacinados en comisarías, barcos y “sin información”

Personas recién llegadas a las costas andaluzas en patera, retenidas en la comisaría de Algeciras.

Gabriela Sánchez

Hacinados, sentados en el suelo del patio de los calabozos de la comisaría de la Policía Nacional de Algeciras, haciendo sus necesidades en el mismo lugar donde esperan el transcurso de las 72 horas durante las que deben permanecer encerrados para ser identificados. Acaban de ser rescatados de una patera en alta mar en la que se embarcaron con la mente clavada en la costa española. Pocos imaginaban que esto era lo que les esperaba.

El vídeo, difundido por el Sindicato Unificado de Policía, al que ha tenido acceso eldiario.es, muestra a cerca de cincuenta migrantes de origen subsahariano sentados en el suelo del patio de los calabozos de la comisaría de Algeciras, mientras uno de sus compañeros hace sus necesidades junto a ellos en el mismo espacio.

El sindicato policial ha denunciado la “falta de personal” suficiente para atender el aumento de llegadas registradas en las costas andaluzas. Una vez que las personas rescatadas en alta mar son llevadas a puerto, los migrantes son derivados a dependencias policiales para realizar los trámites derivados de la Ley de Extranjería. El sistema de recepción, sin embargo, no está preparado para atender el aumento de llegadas registrado en los últimos meses. “Nos estamos viendo obligados a dejar en la calle a personas sin haber concluido la identificación ni emitir la notificación de expulsión”, ha apuntado el portavoz del SUP, Ramón Cosio, a eldiario.es.

También en Algeciras, el colapso y la falta de previsión del aumento de llegadas ha llevado a crear una suerte de centro de recepción en los lugares más insospechados. Al remolcador de Salvamento Marítimo 'María Zambrano' están siendo derivadas las personas rescatadas por los barcos de la institución dependiente de Fomento que desembarcan en el puerto de la ciudad gaditana.

De un barco a otro barco

Una vez desembarcados en el puerto de Algeciras, cuando acaban de pisar por fin suelo español, varios grupos de migrantes han sido trasladados a otro barco de Salvamento Marítimo, situado en el mismo muelle. En la cubierta del buque se ha levantado un campamento de emergencia donde decenas de personas rescatadas, incluidos niños, han dormido en el suelo, bajo una gran lona azul, durante sus primeras noches en España ante la falta de espacio en tierra.

Desde el Comité de Flota de Salvamento Marítimo, reconocen su “preocupación” ante la creación de un “campamento de emergencia” en uno de sus remolcadores. Los representantes de los trabajadores, que llevan años solicitando más personal en las embarcaciones de rescate destinadas en el Estrecho, reconocen que “en este momento la situación más complicada” que se encuentran es “a la hora de llegar a tierra”.

“Decenas de personas están durmiendo encima de una cubierta. Les dan de comer lo que pueden. Además, el barco está inutilizado. ¿Qué pasa si ocurre algo y es necesario usarlo? No podría movilizarse. Estamos preocupados porque es, al llegar a tierra, es donde nos estamos encontramos un embudo”, denuncian fuentes de CGT, el sindicato que representa a los trabajadores de Salvamento. La tripulación se está encargando de atender a estas personas, “disponiendo toldos para paliar las altas temperaturas y suministrándoles agua y comida del propio barco”, añaden.

Según relatan, en los últimos días han tenido lugar varios incidentes cuando trataban de atracar en el puerto seguro más cercano. “Uno de estos días, la Guardia Civil nos dijo que no podíamos atracar en Barbate sino a Cádiz. El capitán se negó en un principio, porque consideraba que no era seguro volver a navegar después de haber llegado a puerto, pues los rescatados se podían poner nerviosos. La prioridad siempre es llegar a puerto seguro, pero al final tuvimos que dirigirnos a Cádiz”, explican desde CGT. “Algunos patrones se han negado a obedecer estas órdenes y están viviéndose situaciones de mucha tensión en el puerto”, han añadido en un comunicado de prensa.

En Barbate, este martes, casi un centenar de personas recién desembarcadas se han visto forzadas a dormir por turnos hacinadas en un estrecho módulo portuario de Cruz Roja. Las imágenes, difundidas por Canal Sur, muestran a decenas de migrantes tumbados unos junto a otros en una instalación de 30 metros cuadrados, ocupando incluso los pasillos de esta.

Desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, el Gobierno ha mostrado a golpe de acciones simbólicas un cambio de enfoque en la política migratoria española. La acogida de las personas rescatadas por el Aquarius supuso una declaración de intenciones sobre los valores de “solidaridad” en los que, decía el presidente, quería apostar durante su legislatura. Mientras el dispositivo de recepción de los 630 rescatados por el barco de SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras era alabado por los especialistas, reinaba la arbitrariedad en la atención al pico de llegadas registrado en sus propias costas.

Desde el Gobierno se están produciendo respuestas, aunque a paso lento. El Ministerio del Interior anunció a principios de julio la creación de un centro de primera recepción en Cádiz, donde serán derivadas las personas rescatadas en el Estrecho. Con capacidad para 500 personas, los migrantes serán retenidos en este centro cerrado durante un máximo de 72 horas bajo custodia policial con el objetivo de formalizar los primeros trámites ligados a la Ley de Extranjería.

Las ONG especializadas aseguran que se mantendrán atentas a las condiciones de dicho centro. “Tenemos la experiencia de los CIE, que privan de libertad a gente por haber cometido solo una falta administrativa. Estamos a la espera de saber en qué condiciones van a funcionar estos centros. Esperamos que reúnan los requisitos mínimos y no se vuleren los derechos de las personas”, ha valorado Elena Tajuelo Sánchez, presidenta de Andalucía Acoge.

Grande-Marlaska justifica la situación recordando su reciente llegada al Gobierno. “Nos hemos encontrado con esa realidad y esa falta de previsión [por parte del Ejecutivo anterior]. Estamos trabajando en tiempo récord y contrarreloj para garantizar los derechos de las personas que entran a nuestro país”, ha afirmado el ministro del Interior en la Cadena SER.

“Estaban desorientados, no sabían ni qué día era”

Ana Rosado, de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, ha visitado los pabellones donde están siendo retenidas las personas desembarcadas en el puerto de Barbate. Allí pudo conversar con algunos de los recién rescatados. “No entendían por qué los trataba así. Estaban muy desorientados. No sabían ni el día en el que estaban”, describe la activista. “Los habían trasladados desde Algeciras y nadie les había informado del lugar al que iban. No habían podido llamar a sus familiares para decir que habían llegado, han pasado días sin poder ducharse...”, continúa.

Desde la APDHA destaca la “buena voluntad” de una mesa de coordinación impulsada por el Ayuntamiento de Barbate para responder a la llegada de migrantes a sus costas, por la que se han unido diferentes entidades, como Cruz Roja, Caritas, APDHA, la Guardia Civil, y el Consistorio, entre otras. “Se están organizando para traducir, informar, explicar sus derechos. Algunos rescatados no sabían ni lo que significaba el papel que tenían en sus manos. Por ello, voluntarios les cuentan que es una orden de expulsión, que tienen que tener cuidado si van por la calle y se encuentran con la Policía... Pero no es suficiente”, denuncia Rosado.

“El descontrol en la gestión de la llegada de estas personas está superando todos los límites”, ha lamentado la presidenta de Andalucía Acoge, quien recuerda que las llegadas de migrantes a través del Estrecho lleva produciéndose durante décadas, por lo que, indica, la estructura de acogida debería estar preparada. “Esto no ha sido una situación que nos pille por sorpresa. Llevamos 30 años con pateras. En los últimos años ha ido creciendo poco a poco, pero la gestión no ha sido coordinada”, sostiene Tajuelo. “La gestión migratoria en la fronetra sur no existe”, sentencia.

Esta semana, la ministra de Trabajo y Migraciones, Magdalena Valerio, ha anunciado la preparación de un “plan de choque” para responder a las llegadas de migrantes a las costas españolas. La fecha y los detalles son una incógnita.

Según ha afirmado Valerio, el plan para “reforzar” la atención a los migrantes a su llegada a la costa está pendiente de recibir el visto bueno (y, por tanto, la financiación) de las carteras de Economía y Hacienda. “Estamos en ello”, ha asegurado la ministra.

“Sé que es un problema y se están viendo desbordados los dispositivos”, ha reconocido la titular de Migraciones, quien ha destacado la “falta de previsión” del Gobierno anterior. “Esto ya se preveía que iba a ocurrir. El anterior gobierno ya veía las entradas que estaban habiendo en el sur de españa. Nos hemos encontrado con unos presupuestos adjudicados”, ha justificado valerio. “El tema es que, cuando las cosas se prevén y no se adoptan medidas, acabamos actuando cuando llega la emergencia”, ha añadido.

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