Las cinco cosas que nunca debes hacer para perder peso tras las fiestas
Nochebuena, Navidad, San Esteban, Noche Vieja, Reyes... la maratón de excesos gastronómicos y etílicos que suponen las fiestas navideñas puede dejarnos exhaustos y con unos cuantos kilos de más, según cómo nos hayamos comportado en la mesa. En Los diez mandamientos básicos para desintoxicarnos del empacho navideño te contábamos cómo reponerte tras Nochebuena y Navidad y prepararte para la cena de Nochevieja y el envite de Reyes, con sus roscones de nata y azúcar y sus tazas de chocolate.
Sin embargo, no todo vale para deshincharnos, recuperar la figura y el peso y masa corporal que nos corresponde. Hay ciertas iniciativas que pueden resultarnos altamente nocivas tanto por sus efectos secundarios como por su inutilidad de cara al objetivo propuesto. Casi siempre es mejor apostar por el método tradicional consistente en retomar las buenas costumbres alimentarias y de hábitos saludables sin prisa pero sin pausa,
Así, de este modo poco a poco iremos recuperando nuestra talla de cintura y la sensación de hinchazón y de retención de líquidos desaparecerá al cabo de unas semanas. A continuación te exponemos cinco estrategias que no debes adoptar de cara a reponer tu silueta, una vez dejes atrás el desayuno y la comilona de reyes.
1. Someterte a una dieta de zumos y batidos verdes
Un día como el de hoy proliferan las publicaciones en internet promocionando las dietas a base de los llamados zumos detox o batidos verdes. Se trata de una mezcla de distintas verduras de hoja y hortalizas, todas ellas trituradas, licuadas y en ocasiones incluso filtradas para quitarles los restos de fibra insoluble. Los practicantes de estas dietas depurativas creen que tomando zumos y batidos de esta jaez durante una semana o más recuperarán el peso anterior a las fiestas.
Y sin duda lo harán, pero básicamente debido a dos fenómenos: deshidratación y pérdida de masa muscular. En el primer caso, debido a la cantidad de elementos diuréticos que tienen la mayoría de estos batidos, es posible que orinen con mucha frecuencia, hasta el punto que la propia ingesta de agua no ayude a recuperar el tono hídrico por la pérdida del equilibrio entre sodio y potasio. La báscula nos dirá que hemos adelgazado, pero en realidad estamos deshidratados.
En segundo lugar, la falta de aportación de proteína de calidad, que no abunda en estos batidos, y su bajo nivel calórico, hará que el cuerpo queme músculo para obtener energía. El resultado es que estaremos más flojos y cuando dejemos la dieta, en lugar de recuperar músculo aumentaremos nuestras reservas de grasa. Es lo que se conoce como “efecto yo-yo”: adelgazas mucho y al dejar la dieta engordas más que antes.
Para saber más:
Por qué las dietas 'detox' no funcionan para eliminar los excesos navideños
Diez argumentos en contra de los batidos verdes
Ocho razones para reintroducir la fibra insoluble en nuestra dieta
2. La semana del sirope de arce y limón
La dieta de sirope de arce y limón es peor que la de los batidos verdes salvo porque no ingerimos tantos oxalatos como en la primera, que son los compuestos que favorecen la aparición de piedras en el riñón. Pero por todo lo demás, esta práctica consistente en estar de cuatro días a una semana bebiendo solo agua con sirope de arce y zumo de limón es una burrada sin nombre que solo nos puede llevar a la desnutrición, la pérdida notable de masa muscular y el consiguiente “efecto yo-yo” en cuanto empecemos a comer con normalidad.
Para saber más:
Seis aberraciones dietéticas que te conviene evitar a toda costa
3. Acatar la dictadura de las ensaladas y el pollo
Obviamente comer ensaladas bien condimentadas y acompañadas de carne blanca de ave es una buena dieta baja en calorías, pero de nuevo tiene el problema que pasamos de un extremo al otro: de los excesos de azúcares y grasas animales, que desde luego hay que dejar de lado, a una pauta nutricional demasiado baja en calorías, en especial si no incluimos legumbres ni ningún otro aporte de hidratos de carbono con fibra.
El resultado de nuevo será que quemaremos músculo y en cuanto nos relajemos ganaremos grasa, es decir el “efecto yo-yo”. Lo ideal es frecuentar las ensaladas y la carne de ave, pero también las legumbres, los frutos secos y las piezas de fruta entera, sobre todo manzanas y peras, pero también las mandarinas, propias de esta época. Eso sí, evita los zumos exprimidos.
Para saber más:
¿Qué legumbres tienen más calorías y cuáles menos?
Operación bikini: guía práctica para no fracasar en el intento
Zumos de frutas naturales: ¿opción sana o dulce veneno?
4. Salir a correr si no solemos
Practicar deporte no solo es bueno sino que es la mejor manera de recuperar el peso normal, deshincharnos y ganar tono muscular sin perder masa y evitando el “efecto yo-yo”. Ahora bien, ponerse ahora, de golpe y porrazo, a correr como una posesa o un poseso sin fijar marcas, metas, progresiones, tonificaciones musculares y practicar los perceptivos estiramientos acordes con nuestro estado físico, es arriesgarnos a más de una lesión.
Si corríamos antes ya sabremos que se recupera el ritmo de manera progresiva hasta llegar a un pico de madurez donde la musculatura ha recuperado su fuerza y no percute el impacto ni el esfuerzo en tendones ni articulaciones. Si no corríamos, el cambio de año es una buena excusa para empezar, pero deberemos respetar una progresión que en nuestro caso será lenta y que acaso no sirva para adelgazar en unas pocas semanas. De lo contrario, si forzamos, lo podemos pagar caro.
Para saber más:
Diez argumentos en contra de la moda del running
5. Intensificar los ejercicios físicos
Si practicamos deporte con asiduidad lo normal es que en pocas semanas recuperemos el peso, pero es una mala idea intensificar bruscamente los ejercicios sin observar una progresión adecuada que nos proteja ante lesiones. Es mejor cuidar la dieta eliminando los excesos y seguir al ritmo deportivo que solíamos tener, para que fluya la eliminación de las reservas de grasa de una manera natural. La prisa es mala consejera.