Migrantes: una red de acogida trenzada por tres barrios de Bilbao
“Bilbao es una ciudad de acogida”, esta es la premisa de los vecinos que, desde hace ya dos meses, acompañan, ayudan y protegen a cerca de 150 migrantes. Como han indicado fuentes vecinales, al menos 50 de ellos, los primeros que llegaron, han decidido hacer de la ciudad su lugar de residencia y, como indican desde las diferentes asociaciones, cada día se encuentran más integrados. Todo esto, gracias al duro trabajo de la ciudadanía bilbaína. Porque como ya se señalaba desde el inicio de las llegadas a las estación de autobuses del 'Botxo', son los vecinos de los barrios más humildes los que hacen de esta ciudad un lugar de acogida.
Marta Abiega, una de las portavoces de ‘Ongi Etorri Errefuxiatuak’, asamblea ciudadana para la ayuda de refugiados y migrantes, ha recalcado que no son migrantes en tránsito, que muchos de ellos se quieren quedar: “Ahora duermen en el centro de La Karmela (Santutxu) y partir de las 8.30 horas salen a desayunar. Vuelven a la tarde. Es muy cansado para ellos. Fuera de los centros estudian castellano” Además, según ha explicado, realizaron una actividad destinada a la integración aprovechando las fiestas de la ciudad, recorrieron las txosnas, vieron las tradicionales danzas vascas y conocieron algunos instrumentos del folclore euskaldún como la txalaparta.
Con las primeras llegadas y el colapso de los recursos institucionales de Cruz Roja, subvencionados por Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao, el barrio de Atxuri improvisó un campamento de acogida, ayuda y acompañamiento para medio centenar de migrantes que no pretendía dejar la ciudad en un corto plazo. Se habilitaron canchas, se prestaron servicios jurídicos, intérpretes y traductores, se establecieron una serie de redes de acogida, se les suministró alimentación, ropa y demás servicios básicos. Ya desde entonces se denunciaba desde la organización vecinal de ‘Atxurigorri’ la “inacción política” y la falta de respuesta.
A finales del mes de julio, Bilbao la Vieja relevó a Atxuri en una muestra más de solidaridad. Migrantes y acompañantes salieron en kalejira hacia el nuevo lugar donde hospedarse. Migrantes que, por otra parte, no han dejado de llegar y a los que se sigue sin atender más allá de tres días en el centro de Cruz Roja según las redes vecinales. Esos tres días decidieron aumentarse a cinco, pero como señalaba para Cadena SER Merche Gómez, miembro de la Asamblea de Bilbao la Vieja, este aumento de días “no se está dando en todos los casos” aunque sí consta que mujeres con niños están siendo atendidas más de esos tres días protocolarios. Gómez denunciaba también que tengan que ser los “barrios más empobrecidos” y no la Administración los capaces de atender a las personas migrantes.
La solidaridad se volvió a plasmar el pasado 17 de agosto con el nuevo relevo entre barrios. Es ahora Santuxtu el que acoge, apoya y acompaña a 135 migrantes (110 la primera noche). En otra kalejira por las calles principales de la ciudad de Bilbao se exigió a las autoridades que tomasen cartas en el asunto. Abiega, portavoz de Ongi Etorri Errefuxiatuak, ha señalado que “es increíble que no se haya puesto solución ya” a un asunto que preocupa a la vecindad bilbaína. La misma portavoz ha denunciado que existe una “falta de coordinación entre instituciones y Cruz Roja”, pues como explica, en el Centro de Montaño tan pronto hay 40 personas como 170, cuando la capacidad del centro es de 88 plazas. También ha querido tener unas palabras para aquellos que alardean de haber “atendido a 2.000 migrantes”, cuando, como ha dicho “al Gobierno vasco no le preocupa la situación”.
Acciones reivindicativas
La mañana del pasado domingo 19 de agosto, los migrantes, ahora hospedados en el centro Karmela de Santutxu, donde pernoctan, se sentaron frente al edificio consistorial para desayunar y realizar un acto reivindicativo. Este desayuno solidario tuvo la firma del colectivo ‘Ongi Etorri Errefuxiatuak’, con el objetivo de pedir a los ayuntamientos “más implicación” así como exigir que se cubra el desayuno que no reciben los domingos. La respuesta del alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, fue la siguiente: “El dispositivo de Cruz Roja atiende a los migrantes. Dar de desayunar en la calle no me parece modelo de nada”. Abiega, portavoz de Ongie Etorri Errefuxiatuak ya había informado de que los “parches” del Ayuntamiento no eran la solución: “Es un tema para afrontar de forma integral y no con 'parcheos' de 20.000 euros. Solamente los fuegos artificiales de la Semana Grande cuestan 200.000 euros”.
Ese mismo mediodía, las playas de Gorliz y Plentzia (Bizkaia) fueron recorridas por una marea amarilla, color de las banderas de la asociación ciudadana. “Reivindicamos una acogida digna para personas refugiadas y migrantes, creando espacios de participación y compromiso para hacer de nuestros pueblos lugares amables y solidarios”, han señalado desde Ongi Etorri Errefuxiatuak.
Desde las plataformas populares tienen previsto hacer un llamamiento al voluntariado para proseguir con la ayuda a los migrantes que consideras “desatendidos” y seguir realizando desayunos solidarios y actividades integradoras.