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Los ingresos por COVID-19 en Euskadi suben un 25% en la última semana y se registran otros 38 decesos

Gotzone Sagardui, consejera vasca de Salud

Iker Rioja Andueza

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El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha notificado este lunes 32 decesos de personas con COVID-19 entre el 22 y el 27 de abril, a los que se suman otros seis fallecimientos de jornadas anteriores pero registrados ahora. Los datos del jueves 28 de abril no se han cargado datos, aunque fue festivo en Vitoria. Eso sí, son ya 158 muertes en lo que va de abril y 1.586 en 2022. Estima Salud que en 21 de esos 38 casos de 'exitus letalis' el Sars-Cov-2 no ha sido la causa principal de la muerte. Suman ya 6.667 las defunciones totales, el 0,99% de los 668.866 casos totales diagnosticados en Euskadi a lo largo de la pandemia. Entre las personas fallecidas en los últimos días ha habido un veinteañero. El resto eran mayores de 60 años. Pronto se cumplirá medio año con al menos un muerto a causa del coronavirus cada día.

La afección sanitaria de la COVID-19 registra una tendencia ascendente en las últimas semanas. Del 25 de abril al 1 de mayo ha habido 316 personas ingresadas en los hospitales vascos, el 25% más que en la semana anterior. Han vuelto a darse días con ingresos cada media hora y más de 50 en 24 horas. Es el peor dato en casi tres meses. La tasa de personas ingresadas por cada 100.000 habitantes duplica con creces ya el mínimo que se alcanzó tras la gran ola de Navidad (14,41 por 5,93 en los días con menos presión asistencial) y los niveles siguen mucho más altos entre las personas de riesgo, con 39,33 de tasa en el caso de los mayores de 84 años. Este lunes son 328 los pacientes totales ingresados en Osakidetza. Es un dato similar a los 315 de hace dos semanas pero peor que los 273 a los que se había descendido hace siete días. En cuanto a la UCI, se cifra en 11 las camas de críticos ocupadas por 14 y 10 de hace dos y una semana, respectivamente. Ahora bien, el Ministerio de Sanidad lleva varias semanas asegurando que los pacientes en UCI en Euskadi son el doble de los indicados por Osakidetza.

En cuanto a la incidencia en la población general, aunque ya no es un parámetro medido con precisión porque ni siquiera los contagiados tienen la obligación de hacer cuarentena y no se miden los casos leves o asintomáticos, también muestra una tendencia manifiestamente alcista. Formalmente, Euskadi está de nuevo en alerta roja por alta transmisión comunitaria, con una tasa de más de 400 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días y la previsión de que llegue pronto a 500 tras haber pasado unos días en nivel naranja. El R0 marca también 1,08, lo que indica que cada positivo está multiplicando el virus a más de una persona y que la cadena se expande. La propia consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha indicado en ETB-1 que los casos que aparecen diariamente se han duplicado en poco tiempo. Ha habido ya jornadas la pasada semana con casi 1.000 positivos confirmados en 24 horas. Antes de la llegada de las variantes delta y ómicron, el tope en una jornada era de 1.547 positivos. Es Álava el territorio con más casos en este momento, seguida de Bizkaia y de Gipuzkoa.

Sí es más certero el dato en mayores de 60 años, a los que se mantiene una vigilancia estrecha. Para ellos la tasa es de 846 puntos, pero los septuagenarios y octogenarios tienen ya incidencias de más de 900. En todas las franjas de edad por encima de los 60 la COVID-19 ha subido un mínimo del 21% en una semana. La letalidad roza el 20% para los más mayores. Con todo, Sagardui ha dicho tener “sospecha” de una “séptima ola” en Euskadi, aunque en puridad ya ha habido siete picos de la pandemia. Al primero le siguieron subidas en agosto y noviembre de 2020, luego vinieron las olas posteriores a la Navidad y a la Semana Santa de 2021, la del verano de ese año y la reciente de ómicron desde Navidad.

Sagardui, eso sí, ha apelado a la “prudencia” y a la “atención” y ha pedido no pensar que ha llegado la “gripalización” porque “una y otra vez” el coronavirus ha actuado “por sorpresa” y porque pueden surgir nuevas variantes. “Con la gripe llevamos muchos años, pero con el coronavirus aún no hay una postura estandarizada. Tiene una gran capacidad para ir de un sitio a otro, y yo no hablaría de una gripalización”, ha indicado. Con todo, sí ha recalcado que “afortunadamente” la mayoría de casos que se conocen ahora “no son tan graves” como en otras fases de la pandemia.

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