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Sánchez Galán, perfil bajo ante la junta de Iberdrola más complicada: ni actos previos ni contacto con los accionistas

Sánchez Galán con un accionista en el encuentro de la Junta de 2019.

Belén Ferreras

16 de junio de 2022 21:45 h

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Ignacio Sánchez Galán se enfrenta este viernes a la junta de accionistas de Iberdrola más complicada. El presidente de la empresa lleva bajo el brazo unos resultados récord para la compañía –3.885 millones de euros en 2021, un 8% más que en 2020–, pero se enfrenta a los accionistas con su imagen personal quizá en los momentos más bajos: imputado por el 'caso Villarejo', con salidas de tono en público llamando tontos a los ciudadanos que están en la tarifa regulada de electricidad y con enfrentamientos con el Gobierno por los intentos de reducir sus beneficios extraordinarios en tiempos de crisis generalizada y de fuertes subidas del precio de la luz. La junta de accionistas que Iberdrola celebra este viernes en Bilbao podría ser la de la “normalidad”, palabra que acompaña últimamente a todos los eventos que se están desarrollando en estos meses sin las fuertes restricciones que se impusieron por la pandemia, pero no será así. La reunión que presidirá Galán dista mucho todavía de los formatos anteriores al parón de la COVID-19. Se impone el 'streaming' y el metaverso en las relaciones con la mayoría de los accionistas, y Galán ha optado por mantener un perfil bajo en estos días previos al encuentro.

La de este viernes nada tiene que ver con las juntas de los últimos años anteriores a la pandemia en los que una semana antes, en la denominada Semana del Accionista, se llevaban a cabo multitud de eventos en la capital vizcaína en los que era habitual ver a Sánchez Galán. Esta semana culminaba con el denominado Día del Accionista que no era otra cosa que una especie de fiesta anterior a la junta, incluidas actuaciones musicales, y en la que se podía ver al presidente de la eléctrica departiendo amablemente y sacándose fotografías con los accionistas de base, pintxo en mano, en el Palacio Euskalduna de Bilbao. “La empresa va bien, queremos escuchar lo que dicen los accionistas y por qué no hacerlo con una fiesta”, decía el presidente de la empresa en unas de esas reuniones.

Ahora la eléctrica también va bien, pero, pese a que en Euskadi no hay ningún tipo de restricciones a las reuniones por cuestiones sanitarias, la junta de este viernes tendrá un formato muy similar al del año pasado. Se celebra en la Torre Iberdrola, rascacielos sede de la empresa, no en el Euskalduna y solo se diferencia de la de 2021 en que asistirán un centenar de accionistas de forma presencial, que son los que tiene cabida en el auditorio de la Torre. El resto tendrán que seguirla por vía telemática. Los asistentes a la junta por una u otra vía tienen por cierto una prima de asistencia si se alcanza un quórum de 70%.

A lo largo de esta semana no se ha celebrado ningún otro evento público con presencia del presidente de la compañía. Ni siquiera se han mantenido reuniones –al menos públicas– con el lehendakari, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, o con el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, como era habitual otros años de forma previa a la Junta, aunque sí se reunió con el lehendakari en el mes de marzo. Iberdrola tampoco ha llevado a cabo ningún evento en la capital vizcaína para poner en valor la “energía verde” de la que hacía gala otros años con distintos actos.

A modo de ejemplo, un año se instalaron en la plaza Moyua de Bilbao, cerca de la sede de la empresa, molinos eólicos a escala que se movían con los pedales de unas bicicletas eléctricas que estrenaron juntos Sánchez Galán, el diputado general de Bizkaia y el alcalde de Bilbao. Otro se facilitaba a los ciudadanos el uso de bicicletas o patinetes eléctricos. El presidente de Iberdrola también recibía en la Torre a deportistas femeninas de élite –que patrocina la empresa– o se reunía de forma pública con proveedores.

Fuentes de Iberdrola han achacado a la pandemia el hecho de que no se lleven a cabo ninguno de estos eventos que eran habituales, porque cuando se decidió la fecha de la junta no se sabía que en momento de celebrarla no habría ya restricciones. “Eso hizo que se optara por la Torre Iberdrola y no el Palacio Euskalduna, lo que ya de entrada limita el aforo”. En cuanto al resto de los eventos, esperan que se recuperen el año que viene. También la costumbre de que el tranvía de Bilbao sea gratis durante la mañana para facilitar el acceso a la junta al Palacio Euskalduna. Este año al ser un número reducido de asistentes tocará pagar.  

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