Miguel Ángel Gallardo, secretario general del PSOE en Extremadura: “Guardiola es exactamente lo mismo que Vox”
Miguel Ángel Gallardo (1974, Villanueva de la Serena) llegó a la política regional en marzo, cuando fue elegido secretario general del PSOE de Extremadura tras unas primarias que dejaron heridas entre los socialistas, acostumbrados a un partido prácticamente sin fisuras en torno a figuras como la de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Guillermo Fernández Vara.
Al trabajo por intentar recomponer el partido, se añade un liderazgo de la oposición al PP de María Guardiola, que hace sin escaño en la Asamblea, y al descontento que ha generado en la sede del PSOE en Ferraz sus críticas a la ley de amnistía o la propuesta de financiación para Catalunya. Todo esto en un momento en el que el partido tendrá que renovar las direcciones regionales tras el congreso federal que se celebrará los días 29 y 30 de noviembre.
Hace ya siete meses que se puso al frente del PSOE en Extremadura. ¿En qué ha cambiado el partido?
Siete meses intensos, de mucho trabajo, de tomar la temperatura al partido y a Extremadura. Sin en algo ha cambiado, es que intenta en estos momentos aproximarse más a los problemas de los ciudadanos. Probablemente, cuando se pierden la confianza de los ciudadanos, aunque se tenga mayor número de votos en la Asamblea, pero sean insuficientes para gobernar, es porque nos hemos ido alejando de las ilusiones, de los proyectos, de los sueños de la gente. En estos meses hemos tratado de conformar equipos precisamente para volver a recuperar el pulso de la calle y estar en los problemas de la gente.
¿Mientras tanto cree que se ha podido consolidar un giro a la derecha en Extremadura?
Lo que se ha consolidado en este tiempo es una factoría de la impostura. La Junta ha pasado de ser un gobierno estable y que buscaba proyectos a estar en la ciencia ficción permanente. El otro día, la imagen de la presidenta con el presidente del Gobierno me pareció patética, fruto de una factoría de marketing donde le dijeron que no podía levantar la mirada ni sonreír porque se iba a reunir con el malo y, por lo tanto, tenía que trasladar esa sensación. Guardiola no fue a defender los intereses de los extremeños, sino a defender lo que le habían marcado en Génova y eso es lo que va a seguir haciendo hasta 2027. Cuando uno defiende los intereses de su partido y no los de los extremeños no se puede consolidar. En la rueda de prensa posterior habló más de Isabel Díaz Ayuso que de las necesidades reales de Extremadura. Antes, el presidente de la comunidad trasladaba la necesidad de proyectos para que el Gobierno supiera que disponíamos de un espacio para instalar cualquier proyecto internacional porque había estabilidad política, agua, sol, potencia eléctrica... Ahora se va a hablar con el presidente de las cosas que nos dividen y de cosas que el PP no fue capaz de resolver cuando gobernaba, como el tren de alta velocidad.
¿Habría llevado usted otras reivindicaciones distintas a Madrid?
Habría llevado la necesidad de que Extremadura cuente con proyectos tractores como en su día llevó Guillermo Fernández Vara poder sustituir la central nuclear de Almaraz con una gigafactoría de baterías en Navalmoral de la Mata que pudiera absorber todo ese empleo que se iba a perder. Pero no iría a discrepar ni a confrontar porque cuando uno va a eso, no va a que lo ayuden o a que la persona que te tiene que escuchar se sienta cómplice de las necesidades de tu comunidad. Al final le pones en una posición de enemigo y eso no es bueno para Extremadura, aunque sea bueno para el PP.
Sigue existiendo una coalición entre PP y Vox en Extremadura
Desde marzo está usted al frente del PSOE y María Guardiola es presidenta de Extremadura desde hace 14 meses. En este tiempo solo se ha aprobado una ley, la de los presupuestos de 2024. Parece que su segunda iniciativa legislativa, las cuentas de 2025, se ha atascado por las negociaciones del PP con su partido y con Vox. ¿Ha habido voluntad de acuerdo?
No hay negociación entre dos partes si uno de los dos interlocutores no quiere. Volvemos a la factoría de la impostura y a la factoría de la nada, en cómo trasladar un mensaje con una buena envoltura haciendo creer que tienen unos presupuestos y haciendo creer que tiene disposición para el diálogo, pero en realidad ni hay disposición para el diálogo ni hay disposición para el encuentro. Para acordar es necesario renunciar y también es necesario exigir. Sin embargo, ellos solo exigen que les apruebes el presupuesto teniendo una inmensa minoría y, por lo tanto, no están en disposición de exigir, sino más bien en disposición de ofrecer. Pero con soberbia y sin proyecto político intentan que te sumes a lo que ellos están presentando. Mire, el PSOE presentó una serie de propuestas par poder exigir algunas de ellas y poder renunciar a otras y así alcanzar un acuerdo. Pero hemos visto que el Gobierno de la señora Guardiola no tiene ningún interés así que el PSOE, como partido serio, no va a perder el tiempo y no habrá más espacios de negociación para no decir nada. Al final todo esto es un teatrillo para llegar a un acuerdo con Vox.
Entonces cree que sí habrá presupuestos y que será posible gracias a los exsocios de extrema derecha del PP
El apoyo de Vox no es que vaya a ser, es que está siendo y no ha dejado de ser en ningún momento. Otra cosa es que hayan tenido que hacer un teatrillo para mostrar sus diferencias, pero el PP y Vox son lo mismo. Guardiola es exactamente lo mismo que representa y defiende la extrema derecha. Lo ha demostrado cuando pactaron la Junta y ahora cuando ha tenido la oportunidad de romper con todo lo que representa Vox. Pero se quedó con el consejero de ese partido sentado en el consejo de gobierno.
¿Sigue de alguna manera la coalición de PP y Vox en Extremadura?
Eso le digo, sigue siendo exactamente lo mismo.
PP y Vox bajaron impuestos nada más acceder a la Junta y ahora Guardiola hace un guiño a sus exsocios anunciando nuevas rebajas fiscales. ¿Se puede tener una política fiscal basada en la bajada de impuestos y al mismo tiempo reclamar al Estado una mayor financiación?
Esa es la mayor de las incoherencias y nos pone en una posición de debilidad terrible frente a la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica. Guardiola ha trasladado al Gobierno de España y al resto de comunidades que nos sobra el dinero y que por eso podemos prescindir de más de siete millones de euros que deberían pagar 1.200 extremeños que son unos privilegiados porque tienen recursos económicos para poder pagar. Además, lo ha hecho en el momento en el que se negocia un nuevo modelo de financiación. Es un error que deja a Extremadura en una situación de debilidad terrible y absoluta, que va contra el principio de que aporte más el que más tenga para que aquel que tiene menos reciba más. Pero hay otro elemento: el debilitamiento de los servicios públicos. Sin embargo, Guardiola sale alardeando de que esta comunidad se ha convertido en una de las más competitivas desde el punto de vista fiscal, pero esa competitividad solo beneficia a los que no quieren pagar y vienen a Extremadura a recibir.
Es la primera vez en su carrera política que tiene que liderar la oposición y lo hace sin tener escaño en la Asamblea. ¿Está dificultando esa situación la labor de oposición?
Efectivamente, es la primera vez que estoy en la oposición porque he decidido dejar aquello que me apasiona y por lo que me he sentido querido durante mucho tiempo para dar un paso hacia la incertidumbre. Me da lo mismo lo que pueda pasar conmigo, lo que me preocupa son los extremeños y las extremeñas. Dejé la alcaldía de Villanueva de la Serena para liderar la oposición en Extremadura sin estar en el Parlamento, es verdad. Pero lo importante no es estar dentro o fuera de la Asamblea, lo importante es estar en la calle porque muchas veces en el Parlamento nos escuchamos solo a nosotros mismos. Además, para debatir con la señora Guardiola no solo se puede hacer en la Asamblea, solo hay que tener interés en poder hacerlo, cosa que la señora Guardiola no ha querido hacer conmigo.
Entiendo que tiene la intención de agotar la legislatura como presidente de la Diputación de Badajoz y sin estar en la Asamblea.
No, yo hablo en el día que estamos. No puedo decirle lo que haré el año que viene. Lo importante en estos momentos es reforzar el papel del partido que salga del nuevo proceso congresual. Cuando hagamos eso ya sabremos dónde estaremos cada uno.
¿Confía en una resolución judicial favorable sobre la contratación del hermano de Pedro Sánchez en la Diputación de Badajoz?
En este tema se han hablado demasiadas cosas que son medias verdades y no hay cosa peor que eso. Al señor [David] Sánchez no se le contrató de ninguna forma, es personal directivo y, por lo tanto, entra con el presidente y lo cesa el presidente en el momento que desea. En segundo lugar, estoy convencido de que se resolverá de forma favorable pese a la pena del telediario que estamos sufriendo porque no hay nada de lo que nos tengamos que avergonzar. La Diputación de Badajoz contrató a Sánchez con todos los principios democráticos de igualdad, mérito y capacidad, pero, además, por el sistema de libre designación y ha hecho una labor extraordinaria. No tengo ninguna duda que saldrá bien pese al ruido.
No hay nada de lo que nos tengamos que avergonzar por la contratación del hermano de Pedro Sánchez
La celebración del Congreso Federal del PSOE a finales de noviembre dará paso a la renovación en las comunidades, a pesar del proceso reciente que ha habido en Extremadura. ¿Se siente cuestionado por su propia partido en Madrid o por la militancia?
Me siento cuestionado por algunos medios de comunicación que intentan en todo momento hacer creer que el PSOE está dividido. Pero somos un partido cohesionado y se va a demostrar aún más en el próximo congreso. Estoy convencido de que vamos a trasladar a la ciudadanía la imagen de un PSOE entero para ganar las próximas elecciones. Pero en ningún caso me siento cuestionado, al revés: me siento apoyado y, sobre todo, querido por los compañeros.
¿Cree que los militantes extremeños pueden enfrentarse de nuevo a unas primarias por el liderazgo en el PSOE tras el Congreso Federal?
Estoy convencido de que no habrá primarias. Además, las primarias son un instrumento que nos hemos dado en este partido para definir los liderazgos. Hace siete meses había un liderazgo que había que cambiar, porque quien estaba había decidido dar un paso atrás, hicimos un proceso democrático impecable donde cada uno pudo decidir, y hoy hay un liderazgo que se está empezando a conformar, que solo tiene siete meses y que, por lo que yo estoy pulsando, hay interés por parte de todos para que ese liderazgo salga más fuerte incluso en el congreso regional que se celebrará tras el federal. ¿Qué puede o no haber primarias? Eso dependerá de la voluntad de los militantes, pero lo que sí le puedo asegurar es que lo que los extremeños esperan del PSOE es que podamos debatir una ponencia donde estén sus problemas, sus preocupaciones y sus sueños, y eso solo se hace con un congreso donde hablemos de ideas y no de personas.
¿Espera que del Comité Federal salgan cambios de calado?
Espero que salga un PSOE más poroso con la sociedad, que seamos capaces de trasladar, en formas de leyes y decretos en los parlamentos, las aspiraciones, los problemas y las dificultades por las que pasa la ciudadanía. También espero que sea una oportunidad para que podamos hablar mucho de lo que queremos hacer en este país, que es plural y diverso, pero que debe compartir principios como el de la justicia social y la redistribución de la riqueza, que son principios básicos incluidos en el ADN del PSOE. Esto no puede cambiar por mucho que pase el tiempo, por lo que dentro de la solidaridad, la redistribución de la riqueza y la igualdad tenemos que ofertar políticas que tengan que ver con el problema de la vivienda, que lleva demasiado tiempo siendo un lujo, por ejemplo. Y eso solo lo puede hacer un partido valiente un partido y con capacidad de enfrentarse a los poderosos para garantizar que la vivienda sea un bien necesario y no un privilegio escaso y al servicio de algunos.
Si aspiramos a un país descentralizado, el PSOE también tiene que serlo con voces territoriales que fortalezcan el proyecto
Algunos compañeros de otras comunidades han denunciado injerencias, o intentos, de Ferraz. ¿Hay entendimiento entre Extremadura y Madrid en estos momentos?
Tengo relación y un hilo directo con Madrid, con el partido a nivel federal. La relación es positiva y aspiro que el partido sea un espacio de reflexión y debate, también interno, como siempre lo ha sido. Que podamos tener distintas visiones no significa que haya división sino enriquecimiento en las ideas. En cualquier caso es bueno que cuando salen temas como el de la financiación haya reflexión y debate interno que nos permita reafirmarnos en el principio de la redistribución de la riqueza. Si aspiramos a hacer un país ampliamente descentralizado, el PSOE también tiene que ser federal y descentralizado con voces territoriales que fortalezcan el proyecto. En ningún caso esas voces deben servir para debilitarlo, pero somos quienes mejor conocen las necesidades de los ciudadanos y por eso es bueno que se nos escuche. Estoy convencido de que de este congreso, que es una oportunidad precisamente para esa reflexión y esa escucha, saldrá un partido mucho más fuerte y más cohesionado, pero, sobre todo, mucho más diverso en cuanto a la pluralidad de ideas y de lo que tiene que ser el PSOE en los próximos años.
¿Se le escuchó a usted cuando criticó la ley de amnistía o la financiación para Catalunya?
Siempre voy a hacer y a decir lo que pienso. Lo dije en el comité federal y no tengo ningún problema en decirlo aquí. No he venido aquí a mantenerme a toda costa. He venido a tratar de que el PSOE vuelva a liderar un nuevo tiempo donde los protagonistas no sean los socialistas, sino que sean los extremeños y las extremeñas. Por eso voy a defender lo que defienden los extremeños y las extremeñas. Podremos tener discrepancias en el partido, claro que sí, pero eso no significa que las discrepancias sean necesariamente división porque si le va mal al PSOE, le va mal a los extremeños.
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