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“Cada vez hay que esperar más y más”: cuando los envíos postales en Balears siempre llegan tarde

Francisco Rosa, uno de los vecinos afectados por el empeoramiento del servicio de Correos.

Esther Ballesteros / Francisco Ubilla

Mallorca —
6 de diciembre de 2024 05:56 h

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“Cada vez es peor, porque tienes que esperar más y más”. Francisco Rosa es vecino de Santa Ponça, el mayor núcleo poblacional del término municipal de Calvià (Mallorca). Como él, cada vez son más los residentes afectados por el servicio de Correos que –en palabras de sus propios trabajadores– agoniza en el archipiélago y especialmente en esta localidad de 10.736 habitantes situada al oeste de la isla. Sus ciudadanos acusan retrasos diarios a la hora de recibir el correo, las notificaciones, las cartas y la paquetería. Desde los sindicatos señalan que la plantilla de Santa Ponça se encuentra en estos momentos al 60%, una cifra similar a la media balear, que oscila entre el 60 y el 70% de empleados.

En concreto, el archipiélago cuenta con 117 oficinas de Correos y un empleado postal por cada 1.200 habitantes. En total, unos 900 trabajadores en todas las islas, entre ellos los dedicados a los servicios sociales de atención a colectivos vulnerables, de accesibilidad bancaria, digitales y con especial atención a las personas mayores de 65 años, que representan más del 16% de la población. Sin embargo, desde CCOO, sindicato mayoritario de Correos, alertan del “desmedido ajuste” de las plantillas en los municipios del archipiélago, lo que está redundando en un empeoramiento de las condiciones laborales, así como en una tardía recepción de notificaciones –incluidos los avisos médicos y de la Administración– y paquetes por parte de la ciudadanía. De no desbloquearse esta situación, los trabajadores contemplan iniciar movilizaciones.

“No dan abasto”

Manuel Dopico es uno de los vecinos afectados por esta problemática. “Yo lo que puedo decir es que los buzones antes los tenías dentro de casa, en la puerta o en las escaleras. Ahora, los han trasladado a la Costa de la Calma, así que imagínate para quien no vive cerca. Tiene que desplazarse a propósito”, comenta este vecino, recordando que el servicio puerta a puerta facilitaba a los residentes gran parte de sus gestiones postales en contra de los actuales buzones pluridomiciliarios. “Así están los servicios como consecuencia de la eliminación de personal. No dan abasto”, lamenta Manuel.

Yo lo que puedo decir es que los buzones antes los tenías dentro de casa, en la puerta o en las escaleras. Ahora, los han trasladado a la Costa de la Calma, así que imagínate para quien no vive cerca. Tiene que desplazarse a propósito

Manuel Dopico Residente de Santa Ponça

Por su parte, Francisco Rosa, quien lleva viviendo en Santa Ponça desde hace 54 años, lamenta la disminución del personal de Correos de la localidad. Sentado en la terraza de una de las cafeterías situadas enfrente de la oficina, recuerda que antes los trabajadores de las dependencias postales “venían aquí”. “Desayunaban y hablábamos. Ahora ya no viene ninguno, no les da tiempo. Con las nuevas tecnologías todo ha cambiado. Incluso en el centro médico, que es el mejor de Mallorca, antes ibas y te hacían una analítica enseguida. Ahora te la dan para dos o tres semanas”, añade.

Otros vecinos de Santa Ponça lamentan que la aparición de internet ha provocado que “ya no se envíen tantas cartas manuscritas” y que ya no se necesite el servicio de Correos de la misma forma que hace años.

Sobrecarga de trabajo

“Necesitamos reforzar las plantillas, sobre todo ahora que llega Navidad y se incrementa la actividad”, señala, por su parte, Daniel Bauzá, delegado sindical de CCOO en Correos. Tras cinco años sumidos en una permanente crisis de gestión, social y laboral, el sindicalista recrimina que, como en otras Comunidades Autónomas, la situación se hace “especialmente grave en los barrios de la periferia, en el ámbito rural y en las poblaciones más pequeñas”, como Santa Ponça, Manacor, Maó, Eivissa, Sant Antoni de Portmany, Sóller y Ciutadella, donde las cifras de personal se encuentran entre el 40 y el 60% de las habituales entre repartidores y empleados de oficina.

CCOO denuncia que la situación se torna especialmente grave en los barrios de la periferia, en el ámbito rural y en las poblaciones más pequeñas, como Santa Ponça, Manacor, Maó, Eivissa, Sant Antoni de Portmany, Sóller y Ciutadella, donde las cifras de personal se encuentran entre el 40 y el 60% de las habituales

En esta línea, Bauzá critica la “sobrecarga de trabajo” a la que se ven expuestos los trabajadores, sobre todo en verano, al tener que cubrir las vacantes de quienes se encuentran de vacaciones, realizar recorridos de reparto más largos o sufrir el aumento de los tiempos de espera y largas colas en las oficinas. En Santa Ponça, de hecho, acudir a su oficina supone aguardar en muchas ocasiones una fila de clientes que prácticamente llega hasta la calle. Todo ello a pesar del Acuerdo Estratégico 2024–2028 firmado el pasado 22 de julio entre el Gobierno, SEPI, Correos, CCOO y UGT, que contempla una financiación del servicio postal público y de los Servicios de Interés Económico General (SIEG) por 400 millones de euros (250 millones y 150 millones, respectivamente) a incluir en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025.

Un acuerdo “insuficiente”

Para CCOO, sin embargo, este acuerdo “carece de la ambición necesaria y resulta insuficiente para revertir la posición de debilidad que Correos ha acumulado en el mercado como resultado de las políticas erráticas del anterior presidente” de la compañía, en referencia a Juan Manuel Serrano, a quien UGT, por su parte, llegó a calificar como “el peor presidente de todos los tiempos, de toda la historia de Correos”, a tenor de las cuentas de los últimos años presentadas por la empresa pública. No en vano, en 2022 Correos presentó una cifra de negocios de 1.962 millones de euros, con una caída del 5,7% respecto al año anterior. Su resultado de explotación fue de pérdidas de 286,5 millones, lo que supuso duplicar los números rojos del ejercicio de 2021, que ascendieron a 143,9 millones. El pasado año, Serrano fue sustituido por Pedro Saura.

Como consecuencia de ello, los delegados de CCOO y UGT Correos en Balears se concentraron frente a la Delegación de Balears y dieron inicio a un proceso de movilizaciones en todo el Estado para exigir a la Dirección de Correos, con Serrano entonces a la cabeza, que cesaran “las políticas de desguace” del operador público y reivindicaron un modelo postal público “sostenible, eficaz, moderno y eficiente”. Del mismo modo, reclamaron al Gobierno que definiera su proyecto de correo público, tanto en su vertiente de prestador del servicio público más antiguo del país, el postal, como en su vertiente de empresa estratégica “generadora de empleo, vertebración social y crecimiento económico”.

El pasado mes de julio, antes de la aprobación del Acuerdo Estratégico, CCOO presentó al Ejecutivo central un documento con 100 propuestas que permitan rescatar Correos de su “grave crisis financiera” y mejorar la prestación del servicio postal. En este sentido, el sindicato reclamaba 3.350 millones de euros para asegurar la prestación del Servicio Postal Universal (SPU) y financiar el plan estratégico que lo reposicione en el mercado, y 1.500 millones de euros para un nuevo marco laboral de los 50.000 empleados y empleadas de Correos.

En materia de personal, desde CCOO reclaman un plan de rejuvenecimiento de la plantilla, salidas incentivadas, ofertas de empleo y actualización de bolsas de contratación que garanticen la cobertura de todos los puestos de trabajo, así como una mejora de los salarios y la regulación de la carrera profesional.

Para el sindicato, buscar la viabilidad de Correos “recurriendo a la vieja fórmula de las reconversiones clásicas, basada en inyecciones de dinero público combinadas con recortes de empleo y ajustes de gastos, es un error estratégico”. Y añaden: “Este enfoque, centrado en equilibrar la cuenta de resultados y el EBITDA [indicador financiero que mide la rentabilidad de una empresa antes de deducir los impuestos, intereses, depreciaciones y amortizacionesen], en lugar de reposicionar a Correos en el mercado y fomentar el crecimiento de la actividad, contradice por completo la filosofía del Acuerdo Estratégico 2024–2028. Además, supone un alto riesgo de generar un escenario de creciente tensión, algo que resulta completamente indeseable en la delicada situación actual de la empresa”.

Correos defiende la “calidad” de su servicio

Ante las críticas de la entidad sindical, Correos asegura que está garantizando “la calidad del servicio y la entrega de los productos en los plazos pactados con los clientes en Balears”. En declaraciones a elDiario.es, fuentes de la empresa indican que el operador “toma las medidas necesarias para organizar el trabajo en función de las necesidades en sus unidades”. “Por tanto, la adecuación de los medios a las necesidades es una acción permanente para Correos, en la que se aplican criterios de optimización y eficiencia, sin olvidar el compromiso con los niveles de calidad en la prestación del servicio postal universal que la compañía debe alcanzar”, añaden.

“Correos, como compañía pública, tiene la obligación de asignar eficientemente sus recursos, tanto humanos, como logísticos y tecnológicos, por lo que, en función de la producción, que es fluctuante, adecua su plantilla y su estructura al nivel de actividad real”, insisten las mismas fuentes, quienes aseguran que hay una previsión de contratos para atender los incrementos que puedan producirse con motivo de la campaña navideña. En cualquier caso, aseveran, la determinación de los recursos “es una actuación dinámica, por lo que, si se detectan nuevas necesidades, se asignan los medios precisos para ofrecer un servicio postal universal que cumpla los requerimientos de calidad con los que está comprometida Correos”.

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