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Israel desaloja y destruye una aldea beduina en el Néguev para construir un asentamiento judío sobre sus ruinas

Una protesta de la comunidad beduina del Néguev contra las autoridades israelíes en 2022

EFE

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Con el fin de evitar correr con los gastos, unos 300 habitantes de la aldea árabe beduina de Umm al Hiran, en el desierto del Néguev, destruyeron el miércoles sus propias casas. Este jueves la Policía de Israel, junto a la Autoridad de Tierras, han demolido lo único que restaba en pie, la mezquita, con el objetivo de limpiar la zona para levantar un pueblo exclusivamente judío.

A pesar de las garantías dadas al Tribunal Superior de Justicia de Israel, la nueva población que se está construyendo sobre las ruinas del pueblo beduino está destinada únicamente a judíos, según los estatutos de la asociación cooperativa de la futura ciudad, según ha informado la revista israelí +972.

“La destrucción de Umm Al Hiran para dar paso al asentamiento de Dror es parte de un programa sistemático de reemplazo de población en el Néguev, destinado a desarraigar a cerca de 10.000 personas en 14 aldeas y reemplazarlas con casi 20 nuevas colonias judías, a veces en su misma tierra”, ha denunciado el Consejo Regional de Pueblos Beduinos No Reconocidos (RCUV) tras esta evacuación forzosa .

Ya en 2017, el Centro Legal para los Derechos de la Minoría Árabe en Israel (Adalah) denunció que la comunidad que reemplazará a Al Hiran estará abierta solo a “ciudadanos israelíes judíos o residentes permanentes que observen la Torá y los mandamientos de acuerdo con los valores del judaísmo ortodoxo”.

Tras una batalla legal de más de 20 años, se trata de la cuarta aldea beduina destruida por el Gobierno de Israel en lo que va de 2024, y en diciembre está previsto que le ocurra lo mismo a Ras Jaraba, comunidad del Néguev con más de 500 habitantes y bajo orden judicial de desalojo desde julio de 2023.

Según informó a EFE uno de los portavoces del RCUV, Nati Yefet, unos 100 policías, acompañados de siete excavadoras, irrumpieron sobre las 3:30 de la madrugada en el poblado. Tres vecinos, como muchos hoy reasentados en el barrio 12 del pueblo próximo de Hura, fueron detenidos durante nueve horas. De forma simultánea, la mezquita fue derribada.

“¡Hay justicia y hay justicia! Una mezquita y edificios ilegales construidos en la aldea de Umm al Hiran, en el Néguev, fueron destruidos esta mañana por las excavadoras del Gobierno”, ha celebrado en X el ministro de Seguridad Nacional, el colono y racista Itamar Ben Gvir, encargado de gestionar las fuerzas policiales.

“Desde principios de año ha habido un aumento del 400% en la emisión de órdenes de demolición: ¡Orgulloso de liderar una fuerte política de destrucción de casas ilegales en el Néguev!”, añadió Ben Gvir, condenado en 2007 por apoyo a una organización terrorista e incitación al racismo.

Israel no reconoce ni muestra en sus mapas un total de 36 aldeas beduinas seminómadas que preceden a la creación de este Estado en 1948. Solo once han sido reconocidas en las últimas dos décadas, pero organizaciones de derechos humanos denuncian que carecen de cualquier infraestructura básica como instalaciones de agua, electricidad o carreteras.

El Gobierno busca que unos 350.000 beduinos renuncien a su estilo de vida agrícola en el Néguev para habitar reducidas y empobrecidas zonas urbanas. Al menos unos 190.000 beduinos ya se han visto obligados a hacerlo.

El programa gubernamental de 'Reemplazo de Población' en el Néguev busca desplazar a unos 9.000 árabes beduinos de 14 aldeas y reemplazarlas con un número similar de asentamientos judíos.

A pesar de representar casi el 40% de la población del Néguev, los beduinos tienen acceso a menos del 10% de las zonas agrícolas y a menos del 4% de la tierra.

“La destrucción de Umm Al Hiran esta mañana ejemplifica el rostro del racismo institucionalizado en su forma más extrema. Las declaraciones triunfantes de la Autoridad de Tierras de Israel son un golpe en el estómago, aunque, lamentablemente, no esperamos nada mejor de Ben Gvir, el ministro de Seguridad Nacional. Es incomprensible que una autoridad gubernamental se jacte abiertamente de sus políticas discriminatorias”, ha denucniado RCUV.

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