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Almeida concilia a las tres derechas en torno a sus presupuestos mientras Ayuso tendrá que prorrogarlos otro año más

El alcalde de Madrid firma el acuerdo de presupuestos con Vox.

Sofía Pérez Mendoza / Fátima Caballero

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El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se anota otra victoria antes de terminar el año tras lograr este miércoles conciliar a las tres derechas del Ayuntamiento (PP, Ciudadanos y Vox) para aprobar los segundos presupuestos de su mandato. El acuerdo, pergeñado discretamente y sin estridencias –salvo por la sonora ausencia de la vicealcaldesa, Begoña Villacís, en la rúbrica del pacto– responde a la aspiración del líder del PP, Pablo Casado, de unir a este bloque. Pero está muy lejos de replicarse en su otro feudo: la Comunidad de Madrid que preside Isabel Díaz Ayuso.

A una semana de que acabe el año, el matrimonio de las derechas no se ha producido a nivel autonómico y la presidenta se aboca a prorrogar un año más las cuentas después de ni siquiera presentar un proyecto para este ejercicio. Las cuentas vigentes datan de 2019, con el actual consejero de Transportes por Ciudadanos, Ángel Garrido, de presidente tras la dimisión de Cristina Cifuentes cuando militaba en el PP. Desde que asumió el cargo, Isabel Díaz Ayuso no ha logrado firmar ningún presupuesto, mientras Almeida ya suma dos en la lista. Las discrepancias en este caso no son con Vox, sino entre los propios socios del Gobierno: PP y Ciudadanos. Las discusiones sobre los pormenores de las cuentas no han salido siquiera de la Puerta del Sol.

La presidenta madrileña manifestó hace una semana que su deseo para 2021 es que “el centro derecha en Madrid” –donde incluía a Vox– trabaje más “unido”, pero esa cohesión que reclama no termina de cuajar ni para sacar adelante unas cuentas públicas en un año tan complicado como este 2020 que ahora termina. Ayuso reconoció este miércoles en una entrevista que las negociaciones continúan entre los socios de coalición y que espera poder presentar el borrador “pronto”. 

La aspiración, fallida de momento en el caso de Ayuso, se materializaba este miércoles en el Palacio de Cibeles. El pacto se daba por hecho desde hace días, pero el alcalde decidió no dejar el más mínimo margen a la duda firmando, como prólogo del Pleno, un acuerdo con el portavoz municipal de Vox, Javier Ortega-Smith, que confirmaba lo que se esperaba antes de la votación. “Es un acuerdo del equipo de Gobierno”, incidía el regidor, pese a que Ciudadanos no apareció en la foto ni en las declaraciones previas.

Luego, con la mayoría amarrada ya oficialmente, Villacís se mostraba “agradecida” por el respaldo de la extrema derecha y quitaba peso a la “escenificación”. “Las fotos no son relevantes”, aseguraba la número dos del Gobierno municipal.

Con el acuerdo, el encontronazo del PP con Vox en la moción de censura contra Pedro Sánchez queda solo como un episodio aislado para la historia. La negociación este año fue sobre ruedas si se compara con el precedente de 2019. La extrema derecha no recurrió a presionar con líneas rojas ni exigencias irrenunciables, pero logró el de PP y Ciudadanos a una parte importante de sus correcciones al presupuesto. Los cuatro concejales de la extrema derecha recibieron halagos de los socios de Gobierno por su apoyo y terminaron cantando victoria en el Pleno contra “los dogmas, las mentiras y los chiringuitos de la izquierda”.

Para el Ejecutivo, se trata de las cuentas “más audaces y valientes de la historia de la democracia”. Una realidad sobre la que Más Madrid y PSOE, los dos grupos que votaron en contra, discrepan. Ambos partidos consideran que PP y Ciudadanos “están alimentando el monstruo”, en referencia a la influencia de Vox en las decisiones municipales, tomando como rehenes a las asociaciones vecinales, las organizaciones LGBTI o las que trabajan con migrantes. “Bulos”, según Ciudadanos, que repitió en varias ocasiones que las ayudas directas eliminadas serían sustituidas por una convocatoria abierta a la concurrencia.

Vox encarece su apoyo

En los pormenores por debatir aún en la Comunidad hay cuestiones mucho menos concretas. Según explican diferentes fuentes del Gobierno regional, los de Ignacio Aguado apuestan por unos presupuestos más expansivos, mientras que en el PP el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, aboga por fórmulas más austeras. Las posiciones de momento están siendo “irreconciliables”, reconocen desde el Gobierno regional, aunque son conscientes de que tarde o temprano deberá producirse el acuerdo porque la situación de crisis sanitaria y económica así lo exige, aseguran.

En el Ayuntamiento de Madrid, en cambio, la expansión en el gasto no ha sido un asunto de discrepancia: el presupuesto municipal para 2021 es el más alto desde 2010, cuando gobernaba en la ciudad Alberto Ruiz-Gallardón, tras la eliminación de la regla de gasto para este ejercicio y el del año que viene por parte del Gobierno central. Una reclamación que el PP nunca aceptó cuando ocupaba la Moncloa.

Los de Abascal no quieren que Ciudadanos vuelva a escabullirse, como ha pasado otras ocasiones, de asumir que pacta con ellos. La ausencia de la fotografía en el Ayuntamiento de Madrid tiene precedentes: el partido de Inés Arrimadas no quiso firmar a nivel municipal ningún pacto de investidura con Vox y en las negociaciones regionales tomó atajos para evitar cualquier acuerdo directo con la extrema derecha, por ejemplo en la negociación de la Mesa de la Asamblea. Por eso, el grupo parlamentario que lidera Rocío Monasterio no aceptará ningún borrador de presupuestos que no incluya la firma del vicepresidente Ignacio Aguado y de Ciudadanos, aseguran.

De momento, Vox insiste en que nadie se ha puesto en contacto con la formación de extrema derecha para negociar las cuentas. Fuentes de la formación de Abascal señalan que la nueva prórroga perjudica al Gobierno regional ya que su apoyo va a encarecerse. Hasta el momento, Vox había pedido públicamente una reducción de las consejerías y alguna rebaja fiscal, pero ahora aseguran que pedirán cesiones en cuestiones de mayor calado ideológico. En todo caso, los presupuestos autonómicos tienen aún que desencallarse en casa. En la Puerta del Sol entre los socios de Gobierno.

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