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Los Servicios Sociales de Madrid se preparan para atender a más personas jóvenes, con hijos y con estudios

Begoña Villacís y Pepe Aniorte durante una visita a un centro de Servicios Sociales. / Óscar Cañas / Europa Press

Sofía Pérez Mendoza

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El perfil de las personas que solicitan ayuda a los Servicios Sociales está mutando en la crisis desatada por el coronavirus. El Ayuntamiento de Madrid prevé atender en los próximos meses a un tipo de usuarios que antes de la epidemia eran minoritarios en estos recursos.

El Consistorio estima que la demanda de la ayuda social se triplicará porcentualmente en personas jóvenes (entre 30 y 44 años), se duplicará en el caso de familias con menores y también de personas con estudios universitarios. Los datos salen de un encuesta realizada a una muestra de población madrileña sobre sus expectativas económicas.

“Si antes de la pandemia encontrábamos mayores de 65 años solos, ahora hay perfiles que no eran frecuentes, como personas con hijos a cargo”, ha expresado la vicealcaldesa Begoña Villacís tras una visita a un centro en Torre Arias. El 22% de las familias monoparentales encuestadas pronostican que serán usuarias de Servicios Sociales frente al 10% de las que lo fueron en 2019. Los hogares sin hijos demandantes también se van a disparar de un 5 a un 12% según las previsiones del Ayuntamiento. En el caso de las familias con niños las cifras suben también muy notablemente: del 2,4% al 11%.

El porcentaje de personas con estudios superiores que prevén necesitar ayuda pasará del 4% a representar el 9% del total, según la encuesta del Consistorio. “Hay solicitantes que antes no estaban en el radar porque no eran usuarios clásicos y se ven en la necesidad de usarlos por primera vez”, ha dicho Villacís.

En cuanto a edad, las expectativas de uso de estos recursos se disparan en las franjas de entre 30 y 44 años y entre 45 y 64 años. El 16,7 % de las personas de entre 30 y 44 años estima que necesitará acudir a los servicios sociales frente al 4,5 % previo a la crisis social y de igual forma, el 16,4 % de las personas de entre 45 y 64 años esperan necesitar ayuda frente al 5,6% del año pasado. Por el contrario, entre los mayores de 65 años se prevé un descenso del 10,2% al 8,1%.

La demanda de ayuda a las instituciones no ha dejado de crecer y también se ha disparado el volumen de personas atendidas por las redes vecinales, que están parcheando las necesidades donde el Ayuntamiento no llega.

Los Servicios Sociales dan ayudas alimentarias a 88.000 personas, 7.000 más que hace un mes. 22.000 de ellas son nuevas usuarias, el 25%, según los datos aportados por el Consistorio.El número de personas atendidas por bancos de alimentos gestionados por redes de apoyo y asociaciones vecinales se ha duplicado en mayo con hasta 45.000 solicitantes. La curva del hambre sigue escalando pese a la inminente llegada de la nueva normalidad.

Ante la avalancha, el Consistorio ha anunciado un aumento de la plantilla en Servicios Sociales, a través de un Plan Temporal de Empleo a tres años. El recurso cuenta con 179 trabajadoras más (44 de ellas administrativas) que se suman a las 900 que están en plantilla, desbordadas por las necesidades apremiantes de los madrileños y por las carencias de los recursos humanos. La vicealcaldesa admitió que estas incorporaciones servían para cubrir “el déficit” que existía en este servicio.

“Las colas promueven contagios”

El Ayuntamiento de Madrid lleva días pidiendo públicamente a las asociaciones vecinales que compartan los datos de las personas que atienden para que sean derivadas a las instituciones. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha sugerido a las despensas de alimentos que se pongan en contacto con las asesorías jurídicas de los distritos para resolver las posibles dudas sobre protección de datos al constatar el elevado número de personas fuera del radar de las instituciones.

Begoña Villacís ha dicho, a este respecto, que el Gobierno municipal “no comparte el formato de colas”, y que son favorables a “trabajar mucho con cita previa, a domicilio”, y que además “estos nuevos perfiles no quieren estar en una cola, porque genera estigmatización”. “Las colas promueven contagios. Nosotros ya trabajamos con muchas asociaciones de vecinos, que reparten comida del Ayuntamiento. Trabajamos muy bien con muchas asociaciones de vecinos, pero necesitamos llegar a toda esa gente. La labor no es solo dar una bolsa de comida, es ver si hay más necesidades, si hay niños escolarizados o no, si necesitan otras cosas”, ha dicho. Según los datos de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, el 27% de las redes emplean recursos aportados por el Consistorio.

En la última semana, el Ayuntamiento de Madrid ha dejado sin local a dos espacios vecinales: el Palomar de Las Tablas, que repartía alimentos a los vecinos necesitados, y a la Casa del Cura, en Malasaña, donde instalará un nuevo centro de Servicios Sociales. Esta tarde hay convocada una concentración vecinal para denunciar esta decisión del concejal presidente del distrito, José Fernández (PP).

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