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Las obras y talas de un parking con 130 plazas que Almeida autoriza junto a otro con 1.200 indignan a vecinos de Chamberí

Talas y pancartas contra el parking de Arapiles en varios bloques de vecinos cercanos.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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“Es una actuación miserable que muestra la mínima estatura moral de los responsables”. Juan Bordes no oculta su indignación cuando conversa con Somos Chamberí sobre el futuro aparcamiento subterráneo de cuatro niveles y 130 plazas de la calle Arapiles, número 8. Una infraestructura autorizada por el Ayuntamiento de Madrid mediante un plan especial en 2022 y cuyas obras arrancaron la semana pasada.

“La acción más denigrante se produjo el viernes 4 de octubre. Vimos desaparecer árboles con 80 años de antigüedad, que han sido parte del paisaje los 61 años que llevo viviendo aquí. Han arramplado con cinco árboles de cierto porte, de más de 20 centímetros, y alrededor de una quincena en total. Incluido un ciprés protegido que fue testigo del antiguo cementerio de Vallehermoso”, relata Juan. Se trata en realidad del extinto e histórico Cementerio del Norte, diseñado por Juan de Villanueva (arquitecto del Museo del Prado).

El malestar de los residentes se explica además porque consideran que es “una dotación en absoluto necesaria”, como apunta Juan. Y añade: “Tenemos un PAR [aparcamiento para residentes] con casi 1.200 plazas en la plaza del Conde del Valle de Súchil. También un parking público cercano donde siempre hay plazas libres. Es una de las zonas de Madrid con más estacionamientos en todas las parcelas”.

Consideran que detrás de la operación está el aterrizaje en el barrio de dos nuevos campus de universidades privadas: uno de la Alfonso X el Sabio y otro de la Universidad Internacional de la Empresa (UNIE). “Pero estas 100 plazas tampoco van a solucionarles la vida”, apostilla Juan.

Este chamberilero cuenta que Vallehermoso [constructora ahora integrada en Sacyr que da nombre a este barrio de Chamberí] “ya intentó hacer dos aparcamientos a cada costado de lo que hoy es El Corte Inglés, pero desistió por criterios técnicos y de seguridad”. Es justo a uno de estos lados donde han empezado los trabajos para poner en funcionamiento el nuevo parking subterráneo. La licencia recayó en un primer momento en Merlin Properties, la mayor sociedad de inversión inmobiliaria cotizada en España, que la vendió posteriomente a la promotora Arapiles Park S.L.

El permiso de actividad fue concedido en junio, dando así cumplimiento al Plan Especial para el Control Urbanístico-Ambiental de Usos en la calle Arapiles, 8, aprobado por el pleno municipal el 31 de mayo de 2022. Cinco años antes, en 2017, el Gobierno local que entonces lideraba Manuela Carmena rechazó la aprobación de la licencia para ejecutar estos mismos parkings.

Unos vecinos que ven temblar sus cimientos

Más allá de las talas o el superávit de parkings en la zona, la seguridad es la gran preocupación de los vecinos. En concreto, como expone Juan Bordes, el efecto en la estructura de sus viviendas: “La cimentación de zapata con la que se levantaron los bloques está dentro de la parcela, ya que era del mismo promotor que construyó los edificios”. Opina por ello que las labores de excavación pueden comprometer los cimientos de sus casas.

“Los sistemas de pilotaje actual producen una vibración terrible que sufrirá también el centro quirúrgico oftalmológico HM Eye Center, dependiente de la clínica Hospital Madrid”, alerta este residente. Otro de sus temores está en la afectación a los sistemas de evacuación: “Durante la ejecución de las obras se efectuará un vaciado de cuatro plantas de profundidad. En los meses que se alargue estaremos desatendidos, por ejemplo, ante una urgencia que requiera a los bomberos. ¿Cómo llegará a un incendio en las viviendas que dan al vaciado? Justo hace poco se produjo un conato de incendio que no pasó a mayores gracias a la actuación tan rápida de los bomberos”.

Tenemos un aparcamiento para residentes con casi 1.200 plazas en la plaza del Conde del Valle de Súchil. También un parking público cercano donde siempre hay estacionamientos libres. Es una de las zonas de Madrid con más plazas en todas las parcelas

Pero los efectos que les preocupan van más allá del periodo de obras: “Después el perjuicio para la salud será recibir los vapores de los respiradores y los sistemas de ventilación en nuestras fachadas, además del dióxido de carbono que emiten los coches. A ello hay que sumar el motor alternativo de diésel, que se instala por si falla la red eléctrica, y que no sabemos si también respirará en nuestra fachada”.

De los tribunales y la negociación a las pancartas

Los vecinos de Arapiles recurrieron, sin éxito, a la vía judicial. En julio, la Sección primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid confirmó la legalidad del proceso. Han tratado igualmente de reunirse con el Ejecutivo municipal. Según Juan, tanto el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, como el concejal presidente de Chamberí, Jaime González Taboada, “anularon sus citas en el último momento”. “En el Ayuntamiento tampoco nos dan el proyecto para analizarlo y plantear alegaciones o una revisión de licencia”, critica. Desde el Consistorio madrileño no han respondido por el momento las preguntas trasladadas por este medio.

En este contexto, vecinos de Arapiles y otras vías cercanas se han organizado para protestar por la situación. En los bloques de la zona abundan pancartas con el mensaje “Arapiles Parking NO”. El pasado 5 de octubre, varios vecinos acudieron a la manifestación de vecinos de las calles Abtao y Cavanilles en Retiro contra una infraestructura similar autorizada por el Gobierno municipal de José Luis Martínez-Almeida. En ese caso, la amenaza del traslado de una tuneladora de 38 toneladas por encima de bloques de viviendas llevó a que las autoridades tuviesen que detener momentáneamente los trabajos, pese al permiso municipal.

Para Juan, el resumen de la situación es muy sencillo: “Poco más de 100 plazas que nadie ha pedido joroban a más de 300 familias”. Una sensación de impotencia que les remueve todavía más con algunos detalles del proyecto, como la instalación de “flores exóticas” para paliar el impacto medioambiental: “Pretenden que el gran sustituto del arbolado sea una línea de plantitas con no más de 40 centímetros”.

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