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Documentales que hacen barrio o las películas para conocer los distintos Madrid viendo cine

El metro de los años 90 en Souvenirs de Madrid

Guillermo Hormigo / Luis de la Cruz

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No es fácil captar el sentir de una ciudad, la rutina de sus calles, la vida de sus plazas o la excepcionalidad de sus fiestas. Sobre todo si media una cámara, un elemento externo que suele complicar la naturalidad. Por eso los documentales que son capaces de lograrlo traspasan la pantalla. Más que unas imágenes, transmiten una forma de vivir y recorrer la ciudad.

La historia del documental como testigo del desarrollo de los barrios madrileños es casi tan antigua como el mismo cine. En 1905 Alice Guy Blanche, considerada la primera directora de cine, grabó Voyage en Espagne, un documental de diez minutos en el que, además de escenarios del centro de Madrid, se pueden ver unas impagables imágenes del extrarradio madrileño en la zona de Ventas.

En nuestro país encontramos imágenes valiosas para el historiador y el cinéfilo madrileñista en cintas seminales de primeros espadas de nuestra cinematografía. Es el caso de Barajas (1950) de Juan Antonio Bardem, donde se documenta el ajetreado día a día del aeropuerto; El pequeño río Manzanares (1956), primer corto de Carlos Saura en que hace un recorrido por el río madrileño y su influencia en la distribución urbana y las costumbres de la ciudad; El Día de los muertos (1960) de Joaquim Jordá, que nos enseña el movimiento de la ciudad en una fecha entonces muy importante para sus ciudadanos; o Paseo por los letreros de Madrid, de José Luis García Sánchez y Basilio Martín Patino, cuyo nombre explica perfectamente la película.

Pero no es nuestra intención remontarnos a etapas arqueológicas en este artículo. En Somos Madrid hemos recopilado varios ejemplos. Documentales de hace décadas o actuales, filmados por gente con mucho apego a los barrios pero también por visitantes de mirada abierta. De norte a sur y de este a oeste de la capital, este es un recorrido por la vida de sus barrios fotograma a fotograma. Mucho que ver por delante.

Malasaña: Niños, niñas, Souvenirs de Madrid y el estajanovismo documentalista de Juanjo Castro

Es julio de 1978 y dos franceses llegan a la capital para retratarla. Sus cámaras de Super 8 no se fijan tanto en los enclaves más turísticos como en las calles que muestran la rutina del centro de Madrid. Buscando lugares en los que se respire vida vecinal, acaban llegando a un lugar que no conocen y al que dedican parte de su grabación: están en Malasaña. Estos dos turistas, o más bien curiosos, retratan el barrio en plena celebración de las fiestas de Santiago, una festividad que poco a poco fue perdiendo su arraigo en la zona. 

Casetas de feria, coches de choque, atracciones y muchas pancartas (en las que reclaman “un barrio habitable” o “locales para el pueblo”) copan las imágenes. Pero la gente es la gran protagonista, llenando de vida y vitalidad los 36 minutos de metraje. Esas personas que hacen barrio, y que 45 años después han podido recuperar este documento audiovisual sobre sus calles y sus plazas, por mucho que la Dos de Mayo presentara por entonces una estampa radicalmente distinta.

Un caso parecido al de Niños, niñas en cuanto a la mirada del extranjero sobre lo local es Souvenirs de Madrid (Jacques Duron, 2009), donde una cámara fija documenta costumbres cotidianas en peligro de extinción, registradas por su autor en los años noventa. Las grabaciones están hechas en el centro de Madrid, una de las zonas más expuestas al cambio y el atropello de la modernidad, por lo que el contraste es acusado. Duron explica que el proyecto surgió al constatar en 1995 que el Oriental de Malasaña, donde solía desayunar, había cerrado y que en su lugar abriría un local moderno.

Hay más títulos en los que se utiliza el barrio de Malasaña como ladrillos de celuloide. Si en Michigan tienen a Michel Moore,en Malasaña está Juanjo Castro, que ha filmado hasta cinco documentales que se han estrenado en espacios y eventos del barrio. Habla de la música de los 80, la gentrificación, la rehabilitación y la lucha vecinal…pero sobre todo hablan los vecinos. Las cintas pueden alquilarse en su web.

Vallecas: Flores de Luna y  Somos Tribu Vallekas

Flores de Luna (2008), de Juan Vicente Córdoba, nos cuenta la identidad del Pozo del tío Raimundo. Las flores nocturnas a las que alude el título eran las chabolas, construidas rápidamente por la noche para no ser derruidas por los guardias. La cinta encierra el paralelismo de la moderna inmigración con la que construyó el barrio a partir de los años cincuenta.

De menor interés cinematográfico que la anterior, pero de un contenido actual e interesante encontramos Somos Tribu Vallekas, una historia de solidaridad, que engancha la historia de solidaridad vallecana con las necesidades emergidas con la Covid-19, cuando surge la red de vecinas Somos Tribu, galardonada en 2020 con el Premio Ciudadano Europeo 2020 que concede el Parlamento Europeo. Ha sido realizada por Jonathán González y Patricia García (#404 Comunicación Popular), y Víctor José Cervigón Almena (Somos Tribu VK).

Tetuán: Tetuaneros y los documentales sobre el Perucha

TETUANEROS from Verónica P. Granado on Vimeo.

Entre octubre de 2013 y junio de 2018, Verónica P. Granados grabó las decenas de entrevistas y paisajes urbanos que componen este largometraje documental sobre el distrito de Tetuán. La cinta comienza con un buzo en un descampado y, con él, el espectador se sumerge en un distrito de contrastes –urbanísticos y sociales–. Cuenta la historia de Tetuán y su actualidad Hay desahucios, huertos urbanos, historias de superación de minorías y, sobre todo, mucha vecindad y barrio.

También encontramos el rastro cinematográfico de un personaje identificado con su barrio, el Perucha, leyenda del ciclismo y del barrio de La Ventilla. Un tipo tan auténtico que aún sigue hablando de Chamartín de la Rosa en lugar de Tetuán y que ha merecido ser objeto de dos documentales. En Ciclos Perucha conocimos la historia interminable de una leyenda de los constructores de bicis que se hizo amigo de la nueva generación de ciclistas urbanos, que le ayudaron en su lucha contra el desahucio de su taller por parte del Ayuntamiento. Está producido por Dentera, un colectivo multidisciplinar, “amantes de la bicicleta y amigos de Perucha”. Hay un barco en Madrid (y nadie está hablando de ello), dirigido por Cris Ro, explica la historia atendiendo también a Consuelo, la otra gran protagonista de la historia. La peripecia de amor de un ciclista y la hija de un alcalde republicano forjada en Suiza. El título hace referencia al barco que Perucha ha hecho en el interior de su taller de la Avenida de Asturias para dificultar que le echen de allí.

Chamberí: De interés general, la infrecuente historia de una contundente victoria vecinal

De interés general. Un barrio por un parque (2021) es la historia de identificación de Chamberí con los 15 años de lucha del asociacionismo en las calles y en los tribunales para convertir el campo de golf ilegal de Chamberí en la mayor zona verde del distrito.

Dirigido Miguel Ángel Sánchez Sebastián y protagonizado por los incansables activistas de la plataforma Parque sí, se financió a través de una campaña de crowdfunding y fue estrenada en los cines Verdi del barrio, donde los centenares de vecinos involucrados en la victoria vecinal a lo largo de los años pudieron ir a verla.

Lavapiés: A ras de suelo y Serigne vs the UE

Alberto García Ortiz y Agatha Maciaszek eran vecinos del barrio de Lavapiés y decidieron filmar A ras de suelo (2006) en un momento en el que el proceso de rehabilitación del barrio era uno de los temas centrales del mismo. Licenciado como copyleft, tenía (y tiene) alto voltaje político. Pero de política a ras de suelo.

Podemos ver el título anterior y fijarnos en los escenarios de Serigne vs the UE para comprobar cómo ha cambiado el barrio. El documental sigue el recorrido del ex diputado de Podemos Serigne Mbayé por Senegal, Bruselas y Lavapiés. La película de 25 minutos, codirigida por Rodrigo Hernández Tejero, Edu Marín y Adriana Cardoso Navarro, ha sido nominada en la última edición de los International Emmy Awards.

Casa de Campo: La espada me la ha regalado, de Miriam Martín

Un mismo espacio puede representar cosas radicalmente contrapuestas en distintos momentos de la historia. De la guerra a un remanso de paz, de dejarse la vida a dejar pasar los minutos por ocio y disfrute. Es lo que propone Miriam Martín con la Casa de Campo en este curioso cortometraje, en el que superpone sonidos durante la defensa de Madrid en 1936 con imágenes de personas caminando con tranquilidad y niños jugando en las pozas en 2019.

 Las vueltas de una montaña rusa en el Parque de Atracciones, selfies junto al lago o un beso furtivo detrás de un puente conviven con el ruido de bombas y metralla o con canciones populares de la Resistencia. Pero también con discursos tan peculiares como el de un soldado republicano que pide aprovechar la leña de árboles devastados por el fuego enemigo, para perjudicar así lo menos posible este pulmón verde de la capital.

Más historias vecinales: el barrio de El Pilar, Orcasitas, Prosperidad, Carabanchel, San Blas…

La ciudad es nuestra es ya un clásico del cine documental de guerrilla en el movimiento vecinal de la Transición. Firmada por Tino Calabuig en 1975, recoge testimonios de los movimientos vecinales del Pozo del Tío Raimundo, Orcasitas y el Barrio del Pilar. Rosa Ezcudeo Arozsmena, una de las participantes, comentaba a reencontrase con la cinta en YouTube muchos años después: “Sabéis, la voz en off , los textos son míos... junto con mi compañero Miguel Angel Cóndor, con ”colas“ de película, revelando en nuestra casa, montando con una moviola que hizo mi compañero, Miguel Ángel Cóndor, hicimos este documental. Me la ha enviado ¡ahora! un amigo. Me ha emocionado”.

Nacho Arbalejo firmó en 2017 el corto documental La Prospe, obviamente, sobre el barrio de La Prosperidad, que consiguió el premio de los fans en el festival norteamericano Alive Doc de Los Ángeles. Aunque no lo hemos podido ver, nos consta que sus once minutos de blanco y negro se acercan al barrio sobre los raíles del paso del tiempo y la pérdida de identidad.

Tener tiempo (2022), es la ópera prima de Mario Alejandro Arias, Gabriela Alonso Martínez y Nicolás Martín Ruiz. También es un ejercicio documental de cine dentro del cine fresco que muestra la vida de unos chavales en Carabanchel con las elecciones autonómicas de 2021 de fondo. Y recién salida del horno está La voz de la memoria (2023), una iniciativa de la Junta de Distrito de San Blas-Canillejas para conservar la historia oral del distrito en forma de mediometraje que pone la cámara a disposición de la gente mayor.

Estos son los títulos que os sugerimos pero hay muchos más. Si conocéis documentales que hablen sobre barrios de Madrid o contengan imágenes esenciales para sumergirnos en sus historias, dejadlos en comentarios.

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