El pasaje de Fuencarral cierra después de la marcha de su último inquilino
El antiguo Pasaje de la Mutualidad, ese que unía la Corredera de San Pablo con la calle Fuencarral, ha quedado cerrado hasta nuevo aviso. El traslado de su último inquilino, el propietario de la Joyería Monge, ha provocado que este peculiar tránsito haya echado la verja.
Eugenio Monge contaba a este periódico hace dos meses que el 1 de agosto se haría efectivo el traslado, aunque al final se marchó un poco antes a un lugar algo más arriba de la calle Fuencarral, en el número 141. Un local a pie de calle entre las glorietas de Bilbao y Quevedo desde donde seguirá la historia de un local que llevaba 33 años abierto en el pasaje.
Este negocio era lo único que obligaba a GreenOak Real State, la actual propietaria del inmueble después de comprar todo el edificio al Ministerio de Hacienda, a mantener abierto el pasaje en horario comercial. Un lugar histórico en su momento, con incluso un auditorio en su interior, que había ido languideciendo mientras cerraban sus comercios alquilados.
El pasaje tuvo un florecimiento en 2014 y 2015 gracias a sendas iniciativas artísticas (Espacio+Identidad y Cuerpo y Poder) sufragadas por la Embajada de Alemania. Las paredes del lugar aún albergan algunas de las obras creadas para el evento. Además, este lugar de tránsito era utilizado por muchos vecinos y también por niños, que se refugiaban bajo sus techos para jugar en las horas de más calor y en los días de lluvia.
GreenOak, un fondo con decenas de propiedades en EE.UU., Japón, Reino Unido y ciudades como Barcelona, tiene intención de ejecutar obras para habilitar varios pisos en las plantas superiores del edificio y adaptar la galería comercial a los nuevos tiempos.
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