El proyecto definitivo para reformar Plaza España: planos y detalles
Los planos de cómo será la nueva Plaza España ya están dibujados. Un año y medio después de ser elegido por los madrileños, el proyecto Welcome Mother Nature ha sido adaptado a las normativas urbanísticas municipales y modificado en parte por algunas exigencias de Patrimonio de la Comunidad de Madrid y por otras del Ayuntamiento. El dibujo principal se mantiene, pero se eliminan algunos elementos ya anunciados -como el retúnel bajo Bailén- y se cambian muchos detalles sobre los planos originales, según los documentos a los que ha tenido acceso el periódico Somos Malasaña.
La reforma pretende destacar el “carácter cívico” de la plaza y dividirla en dos zonas: una conectada con la Gran Vía, “sin espacios inseguros y equipado para la vida urbana”, reza la memoria del proyecto. La segunda, al sur, “se convertirá en un parque que resulta ser la cabeza de la red verde que desciende hasta la Casa de Campo”. Esta filosofía se traducirá en una ampliación de aceras frente al edificio España, donde los actuales nueve carriles de tráfico quedarán reducidos a cinco. “Con carácter general se disminuye la superficie de asfalto y se aumentan las aceras y caminos y todos los espacios exclusivos para personas o vehículos no motorizados”, explica el proyecto municipal.
Esta disminución de los carriles para el tráfico se notará especialmente en la actual carretera junto a la Torre de Madrid, que pasará a ser peatonal y contará con un carril bici, como ya avanzó Somos Malasaña hace un mes. Pero también se dejará sentir en el acceso desde la Cuesta de San Vicente, donde se añadirá un carril bici de subida desde Príncipe Pío, y especialmente en el actual paso elevado de Bailén, que será completamente peatonalizado para crear una gran pasarela sobre los actuales cuatro carriles de tráfico. Los coches se desviarán por un nuevo túnel, al que se accederá a la altura de la Almudena y discurrirá bajo tierra hasta salir por la calle Ferraz.
La nueva Plaza España se dibujará sobre multitud de triángulos verdes, que distribuyen caminos y paseos y organizan los más de mil nuevos árboles que se plantarán en todo el entorno, con el objetivo de crear “un eslabón de la cadena de áreas verdes que desde el sur (jardines de Sabatini y plaza de Oriente) el oeste (Casa de Campo, Campo del Moro y Madrid Río) y el norte (parque del Oeste) quedan perfectamente enlazados”, reza el proyecto. Las nuevas plantas se colocarán en estratos y serán compatibles con la vegetación actual, aunque serán necesarios algunos transplantes. Se utilizarán “especies autóctonas cuya vida en la ciudad esté perfectamente comprobada”, se indica.
Los espacios de juego al aire libre serán una constante en el proyecto, que aprovechará su calificación de entorno singular para poder introducir elementos recreativos innovadores hasta ahora en Madrid, con varias zonas de toboganes y columpios infantiles en la zona sur de la plaza.
El verde de las plantaciones se complementará con el azul de las tres fuentes, dos ya existentes -una cambia de lugar, la del Nacimiento del Agua-, y otra de nueva creación. La primera viaja desde su ubicación actual, frente al Edificio España, hasta la zona sur, camino del Templo de Debob. La otra, que adorna el monumento de Cervantes (que no se girará, como preveía el proyecto inicial) será renovada completamente para asegurar su correcto funcionamiento y mejorar su iluminación con bombillas LED. La tercera será la Fuente del Cielo, elaborada en mármol de makauba y que, con el ligero rumor del agua cayendo de sus surtidores, evocará la atmósfera de la ciudad en la zona sur de los planos.
Plaza España... y 38 calles más
Pero el proyecto de remodelación de Plaza España va mucho más allá que el propio ámbito físico de la citada plaza. La actuación es mucho más ambiciosa y abarca hasta 38 calles del entorno, que serán remodeladas total o parcialmente. Los trabajos afectarán a la calle Ferraz, a Princesa, a la Cuesta de San Vicente, Ventura Rodríguez, Luisa Fernanda o a plazas como Emilio Jiménez Millás o Cristino Martos, donde se crearán grandes zonas ajardinadas e incluso se proyectarán nuevas rampas.
La reforma plantea la integración de los Jardines de Sabatini en el entorno de Plaza de España, con las restricciones que impuso Patrimonio al proyecto inicial. Se facilitará su acceso mediante dos ascensores y unas escaleras de subida, además de dos rampas. Los planos incluyen recuperar la posición original de la puerta-chaflán con la que contaban los jardines según el proyecto primigenio de Herrero Palacios. También se mantendrán los cierres del jardín con verjas y barandillas.
Muchas de las 38 calles cercanas a Plaza de España sobre las que se intervendrá acogerán nuevas propuestas de movilidad y de mejora de la accesibilidad. En este sentido cabe destacar el mayor protagonismo que tendrá la bicicleta en todo el entorno, con varios carriles bici para favorecer la permeabilidad ciclista de la nueva infraestructura. El más llamativo será el que conecte el entorno de la Plaza de Oriente con el Templo de Debob, a través de una vía con forma de semicírculo abierto que facilitará los tránsitos este-oeste sin apenas pendiente.
Este carril se complementará con el que enlazará Princesa con Ferraz y también con el que discurrirá a lo largo de la Cuesta de San Vicente. En esta última calle se ensancharán aceras para añadir árboles y arbustos, además de habilitar un carril bici segregado de subida, mientras que se mantendrá el ciclocarril de bajada. Con esta disposición ciclista se podrá llegar desde Madrid Río hasta la plaza de Callao sin salir del carril bici exclusivo. Todas la nuevas aceras tendrán el mismo aspecto que se está implantando en la reforma de Gran Vía, con terrazo granítico como material básico y bordillo de granito natural.
La reforma de Plaza España incluye una completa remodelación de su aparcamiento público subterráneo, para el que se cambiarán mucho de sus accesos (desaparecen las rampas de Princesa y del lateral noroeste) y se acometerá una demolición completa de su galería de comercial, lo que implicará la desaparición de los locales asiáticos allí ubicados en régimen de arrendamiento, entre ellos el restaurante chino Yulong. En su lugar, se proyecta una galería comercial más grande, que sirva también para acceder al Metro, y que contará con cinco nuevos locales de titularidad municipal y una plaza con un gran lucernario exterior, con varios abedules de nueva plantación en este espacio abierto de unos 250 metros cuadrados. La conexión con el suburbano todavía no está proyectada y deberá ser negociada con la Comunidad de Madrid.
Lo más caro, el túnel
Las obras de Plaza de España comenzarán el 15 de noviembre, el mismo día en el que acaban las de Gran Vía y cuando -previsiblemente- se pondrá en marcha Madrid Central, el área de circulación restringida del centro de la capital. Está previsto que las obras se dividan en varias fases y habrá probablemente una primera inauguración el 14 de mayo de 2019 -fecha recogida en el proyecto-, justo antes de las elecciones municipales y regionales.
El coste total es el mayor para una intervención urbana en lo que va de legislatura de Ahora Madrid: 97 millones de euros, de los que 24 irían destinados al túnel que conectará Ferraz con Bailén, otros 8 para adecuar el aparcamiento y tan solo 1,8 millones para actuar sobre los árboles del entorno. La mayor partida presupuestaria irá para los trabajos de urbanización de la zona, con 27 millones de euros.
El proyecto ha sido redactado por los arquitectos Fernando Porras Isla-Fernández, Aranzazu La Casta Muñoa, y Lorenzo Fernández-Ordóñez Hernández, quienes ganaron el concurso internacional de ideas convocado por el Ayuntamiento después de una votación y una fase de recogida de apoyos no exenta de polémica, en la que incumplieron las bases pero finalmente no fueron denunciados por ello.
Además de la citada preinauguración de la primera parte de la obra en el mes de mayo, también está prevista una segunda fecha de acabado de algunos trabajos justo un año después de su inicio, el 15 de noviembre de 2019. La obra final estaría acabada de forma definitiva en verano de 2020.
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