Los ojos más fotografiados de Madrid vuelven a la calle Palma
Cualquier instagramer o tiktoker que se precie conoce la pared de la calle Palma donde hay que hacer un posado para decir que has estado en Malasaña. Tiene un dibujo sencillo de unos ojos, replicado, que por algún motivo que se escapa a lo racional enamoró durante años a miles de personas, que lo escogía como fondo para sus selfies. Hasta que desapareció justo antes de la pandemia.
En febrero y sin previo aviso, el comercio que encargó su pintura -Tompai- cerró y la propiedad del local cubrió la fachada de ocre, acabando con el mural. Pero desde hace unos días el patrón ha vuelto a mirar a la calle Palma gracias a que el nuevo negocio que ocupa este espacio ha querido recuperar la obra. “Nos dio mucha pena cuando vimos que la pared había perdido los ojos, yo conocía la obra y me encantaba”, explica a este periódico María Roberts, la responsable de Studio 25, la peluquería que ahora alquila el local. Y quiso recuperarla.
María se puso en contacto con Cristina Pollesel, la pintora que creó esta icónica obra de Malasaña, y le ofreció volver a recrear su trabajo en el mismo lugar. Lo hizo a mediados de noviembre, cuando las restricciones a la movilidad impuestas por la pandemia se lo permitieron. “La verdad es que me había quedado como una sensación de vacío”, cuenta la artista a Somos Malasaña, que se sintió feliz de volver a plasmar su obra, tanto por recuperarla como por la reacción de los vecinos: “Mientras pintaba el nuevo panel, les oía decir que por fin volvían los ojos al barrio. Muchos se acercaban y me comentaban la falta que hacía. Como se suele decir: eso no tiene precio”.
Pollesel pintó los ojos más fotografiados de Madrid en la primavera de 2015, cuando fue invitada por Tompai a reinventar el logo de la marca con motivo de la decoración de la calle, aprovechando la celebración de Casa Decor en la antigua Real Fábrica de Ceras por aquella época. “Quería atraer las miradas y ese fue el concepto de partida. La intención fue crear la fragmentación de una mirada a partir de un múltiplo de ojos”, recuerda.
Para la intervención, se adaptó al soporte y escogió un lenguaje sencillo y directo, que a primera vista puede parecerse poco al resto de su obra: “Soy artista plástica y en mi trabajo personal el múltiplo y la fragmentación son algunas de las constantes”, aclara. Después de crear el primer mural, hace cinco años, Cristina se marchó a Brasil para trabajar en decoración. “Al volver, para mi sorpresa, el panel ya era uno de los más fotografiados de Instagram”, añade.
Su nueva versión ha cambiado el fondo azul por otro más claro, pero manteniendo el mismo patrón que buscaba la mirada del paseante. “Me encanta cómo ha quedado”, dice María Roberts desde su Studio 25, una peluquería que empezó en el pequeño pueblo de Quijorna, siguió por Getafe y ahora desembarca en Malasaña. Tanto ha gustado la nueva creación de Pollesel que el local ha replicado los ojos en una decoración del interior. “Es un diseño completamente diferente que aporta mucha luz y claridad”, detalla mientras confirma que, fuera, los selfies han vuelto a la calle Palma.
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