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Nadie en Arganzuela cree que Ayuso vaya a salvar los árboles de Madrid Río: “La tala empezará después de las elecciones”

Carteles con caricaturas de Ayuso y Almeida en Madrid Río.

Diego Casado

21 de febrero de 2023 22:09 h

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“Llevo llorando desde que he empezado el paseo”, confiesa Lola mientras camina bajo los plátanos de sombra de Madrid Río. Ha vuelto al barrio en el que se crio acompañada de su hija, para contemplar los árboles que plantaron cuando era niña en lo que entonces era el parque de Arganzuela, la única zona verde junto a la M-30. “Van a pasar años hasta que estos árboles crezcan, decíamos todos. Y sí que han pasado, sí”, recuerda.

Lola es una de las decenas de madrileños que en la tarde de este martes pasaban para ver cómo estaban sus árboles, un día después de que la Comunidad de Madrid anunciara que pausaba la tala de 272 ejemplares para construir allí una nueva estación de Metro, dentro de la ampliación de la línea 11. Una noticia que no se termina de creer y que califica de “pausa publicitaria” hasta que pasen las elecciones: “No me fío de ellos ni un poquito, nos pueden estar tomando el pelo”, advierte. “Como no están acostumbrados a que se les ponga la gente en contra, deben de estar extrañados y no saben muy bien cómo manejar este tema”, añade.

El sentir de Lola es compartido por la gran mayoría de vecinos del barrio que pasean por el parque: nadie quiere que talen los árboles, todos muestran recelo hacia las intenciones reales de la Consejería de Transportes, que solo ha detenido los cortes para que “en las zonas donde haya afectación de arbolado se trasplante el mayor número de ejemplares posibles” después de “un análisis individualizado de cada árbol”, explicó en un comunicado.

“Trasladar árboles es talarlos, cómo van a arrancar estos y llevarlos a otro sitio”, se pregunta Javier junto a esta zona verde mientras recuerda que con el soterramiento de la M-30 también hubo replantes “y después se murieron todos”. Su madre Avelina le acompaña mientras observa los carteles de la manifestación del sábado: “No sé a quién se le habrá ocurrido esta salvajada”, dice ella criticando la tala de un parque donde ha paseado desde niña, a la vez que busca con la vista si han llegado a cortar las moreras. “Algún interés económico que tenga alguno en poner aquí la boca de Metro”, sugiere su hijo.

En los grupos de WhatsApp del barrio el sentir el lunes era de victoria vecinal, después del comunicado del Gobierno de Ayuso. Luego llegó la cautela y, con una lectura pausada, aparecieron muchas dudas. “La tala empezará después de las elecciones”, advertía algún vecino. Otros destacaban que habían frenado el primer intento, y que podrían volver a hacerlo.

La respuesta de los habitantes de esta zona de Madrid a la tala fue contundente: en solo una semana reunieron miles de firmas, presentaron denuncias en los juzgados y organizaron una concentración multitudinaria. Dos días después, la Comunidad de Madrid reculaba. Este martes los obreros cubrían de blanco las pintadas de “Tala no” en el cercado de Madrid Río y retiraban algunos carteles colocados con detalles de cada tala prevista y explicanddo dónde estaba la estación en el proyecto original.

Los vecinos se quejan de la desinformación de la Comunidad de Madrid, que proyectó en 2019 la estación bajo la calzada de Yeserías, junto al Puente de Praga, y colocó las vallas de obra en mitad del parque sin avisar a nadie antes. “A lo mejor nos tienen aquí paralizados hasta después de las elecciones y cuando pase mayo continúan”, aventura Ángela, otra de las habitantes de Arganzuela que pasea por la zona y que escribió uno de los carteles para abrazar los árboles. “Espero que no lo hagan, sería una faena gordísima, esta es la sombra del parque donde venimos con los niños”, le apostilla su amiga Teresa.

El consejero de Transportes ofrece una reunión

Un día después del anuncio, en el Gobierno de Ayuso parecen tener prisa por pasar página de este episodio. El consejero de Transportes, responsable de las obras del Metro, daba la polémica por “cerrada” después de anunciar que estudiarán la tala de forma pormenorizada. Además, se ha abierto a reunirse con vecinos de la zona, una de las exigencias de las asociaciones.

“Nosotros sin comprometer esa construcción lo que hacemos es revisar la manera de que el trazado no implique la tala de árboles”, puntualizó en la presentación del vinilado de la estación de Herrera Oria. También explicó que todavía no se conoce si se modificará el plazo de ejecución de la obra o el presupuesto, algo que dependerá de “los resultados” del estudio, “sin interferir en la gran obra” que supone la prolongación de la línea 11.

Para el movimiento asociativo, este gesto ha bajado el nivel de ansiedad que provocaba no saber si la motosierra empezaría a sonar el día siguiente. Hasta organizaron turnos para vigilar si los obreros llegaban dispuestos a ejecutar la tala y poder dar la voz de aviso. Pero no han bajado la guardia mucho más. Por el momento, han respondido al anuncio de la Comunidad de Madrid con muchas reticencias.

En un comunicado firmado por 20 entidades ecologistas, asociaciones vecinales y de las familias de colegios cercanos, reclaman la apertura de “una mesa de negociación con las organizaciones implicadas”, además de exigir “preservar de manera intacta el mayor número posible de árboles”, no solo en Madrid Río sino también en Comillas. En este parque de Carabanchel las obras siguen adelante, con la inminente tala “de más de 300 árboles maduros y sanos”, con solo 11 ejemplares que sobrevivirán en sus tres hectáreas.

La respuesta de las asociaciones ha sido colocada en las propias vallas de obra de Madrid Río, junto al comunicado de la Comunidad de Madrid y una caricatura de Ayuso hacha en mano. En ella también advierten que mantienen su pelea legal por las dudas sobre el proyecto y su Declaración de Impacto Ambiental y mantienen la convocatoria de una nueva concentración el próximo sábado 4 de marzo en el puente de Toledo para intentar frenar lo que consideran un “desastre medioambiental”. También amenazan con impedir “con todos los medios posibles la tala de árboles programada, sea en el parque que sea”.

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