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TRIBUNA ABIERTA

Un paseo verde que cambiará Madrid

Delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad en el Ayuntamiento de Madrid
Borja Carabante

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En apenas unos meses la capital de España celebrará el 20 aniversario del concurso internacional de ideas que permitió alumbrar Madrid Río. Una actuación que cambió para siempre Madrid. La ciudad, tal y como hoy la concebimos, sería impensable sin el millón largo de metros cuadrados de parques y zonas verdes, áreas deportivas y servicios para los vecinos que dan forma y vida a este espacio. Reconocido por los madrileños como uno de sus mayores símbolos. Transformado, con el paso de los años, en pulmón verde y corazón cultural. Dos décadas han pasado ya desde ese momento de no retorno. Desde que un Gobierno municipal convencido de que era posible cambiar las cosas cerró la brecha que separaba las dos orillas del río Manzanares y acercó al centro de Madrid a los vecinos de Carabanchel, Usera y Latina.

Con el aprendizaje de aquella formidable lección, Madrid arranca ahora las obras para acabar con otra herida abierta desde hace demasiados años en nuestro suelo. Ponemos en marcha el soterramiento de la A-5 y la construcción del futuro Paseo Verde del Suroeste. Un proyecto de transformación urbana para el conjunto de la ciudad, que conectará la Casa de Campo, la Cuña verde de Latina y el entorno de Puerta del Ángel y Madrid Río. Los vecinos de los barrios de Lucero, Aluche, Las Águilas, Campamento y Casa de Campo dejarán de estar separados por ocho carriles de autovía atravesados a diario por 80.000 vehículos. Cumplimos así un compromiso que contrajimos con todos ellos. El equipo liderado por José Luis Martínez-Almeida se presentó a las elecciones municipales del pasado año con la promesa de acometer en la presente legislatura esta infraestructura. Los vecinos separados por la A-5 hablaron con voz nítida en las urnas. Y ahora, sin un minuto que perder, activamos este mandato democrático para que, por fin, deje de ser una reivindicación histórica guardada en un cajón.

Tuvimos siempre claro que los madrileños de estos barrios se merecían que las cosas cambiaran. Porque no hacer nada o mirar hacia otro lado había dejado de ser una opción. Y celebramos que todos los partidos políticos del Ayuntamiento de Madrid hayan evolucionado desde sus posiciones iniciales y defiendan, también ellos, el soterramiento como la única solución posible. Especialmente reconfortante resulta la metamorfosis protagonizada en esta materia por los partidos de la izquierda. Más Madrid y PSOE gobernaron juntos durante cuatro años y, en aquella larguísima legislatura, su única solución para este entorno fue la instalación de cuatro semáforos en la autovía. Desde entonces, ni los socialistas ni el partido fundado por Manuela Carmena incorporaron a sus programas electorales la propuesta del soterramiento. Circunstancias todas ellas que convierten ahora en gratificante el hecho de ver cómo sus concejales aplauden y abrazan el proyecto de transformación urbana liderado por el actual Gobierno municipal. Un viraje de 180 grados tras que el que solo podemos darles la bienvenida.

En muchas ocasiones, las grandes cifras que acompañan a los proyectos impulsados desde las administraciones ocultan o enmascaran su esencia. No es el caso del Paseo Verde del Suroeste. Aquí, el futuro túnel se traducirá en una mejor calidad de vida y un aire más limpio, libre ya del 90% de las emisiones contaminantes. Los siete grandes núcleos que estructurarán el corredor verde darán forma a espacios estanciales llenos de vida, con áreas de ejercicio y disfrute para todas las edades. La eliminación de los pasos subterráneos multiplicará la comunicación entre los dos extremos del nuevo paseo con 33 conexiones peatonales que harán que los vecinos de estos barrios olviden el muro de asfalto que les venía separando. La compleja obra de ingeniería que se acometerá bajo y sobre tierra revertirá en una mejor eficiencia energética en el propio túnel, pero también en los equipamientos y servicios dotacionales de la zona. Los 400 millones de inversión que permitirán ejecutar las obras. Los 80.000 metros cuadrados que recuperarán los vecinos. Los 7.000 árboles y el 80% de cobertura arbórea que tendrá el proyecto en superficie. Son mucho más que cifras. Encierran la voluntad compartida de vecinos y Ayuntamiento de crear otro hito que cambie Madrid para siempre.

Un esfuerzo conjunto que, además, se ha terminado transformando en el impulso imprescindible para ejecutar en los próximos años la segunda parte del soterramiento en el marco que desarrollará la Operación Campamento. Que esta semana hayamos arrancado en Latina las obras de la primera fase constituye, sin duda, el mejor aval para que podamos afirmar sin vacilar que el sueño tantas veces postergado de eliminar la A-5 del paisaje cotidiano de decenas de miles de madrileños se hará realidad. De hecho, ya ha comenzado a serlo.

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