Deportistas de 21 nacionalidades juegan el mejor baloncesto de calle en Tetuán y lo hacen por la integración
Dicen los registros históricos que las temperaturas de este tórrido verano no tienen parangón. Pero las zonas arboladas y los parques con vegetación reducen el calor y ofrecen refugios al asfalto recalentado de la ciudad. En cuanto el día da algo de tregua, el parque Rodríguez Sahagún se llena de redes de ecuavóley, gimnastas, abuelos a la sombra y parejas descalzas en el césped.
Y un año más, van quince ediciones, las canchas de baloncesto del Parque Rodríguez Sahagún son testigo y casa del mejor baloncesto de calle que se puede ver ahora mismo en Madrid, que se lleva jugando todo el mes de julio a última hora de la tarde. Como en años anteriores, el ambiente alrededor de la cancha es bullicioso y alegre.
Se trata de La Canasta de la Integración y este año está dedicada al ex jugador de Estudiantes, Real Madrid y la selección española, Felipe Reyes, que estuvo presente en su presentación. Frente a las 18 nacionalidades que participaban en los distintos equipos el año pasado –que no estaban nada mal– encontramos en esta ocasión hasta 21 orígenes distintos, mezclados en los 20 equipos que disputan el torneo. “Estamos muy contentos también porque ha subido la participación femenina, este año hay cinco equipos”, nos cuenta Julio César Vargas Vevo, que es el alma mater del torneo y el hombre más solicitado por los chavales, perennemente en la mesa.
Vargas es presidente de la Asociación Liga Dominicana de Baloncesto de Madrid, que el año que viene cumplirá veinte años. Cada temporada, después de su participación en la Liga Deportiva Municipal (distrito de Moncloa-Aravaca), se embarcan en la organización de este veterano torneo veraniego con la ayuda de instituciones, como a Embajada la República Dominicana Ante el Reino de España, empresas de origen dominicano y la Junta de Distrito de Tetuán.
Como la propia la Asociación Liga Dominicana de Baloncesto, la Canasta de la Integración está movida por el espíritu de dar a los chicos de los barrios un entorno fraternal y sano, tratando de evitar que acaben en bandas. En el torneo salta a la cancha el añadido de propiciar un encuentro de culturas alrededor del baloncesto. “Hay jugadores de Ucrania, Rusia, Venezuela, República Dominicana, Filipinas, toda Centroamérica…”, explica Vargas.
Vevo, además de estar atento a todos los detalles de la organización, mira con atención el juego pues es el encargado por la federación de su país de seleccionar a los jugadores de aquí que habrán de participar en los próximos juegos de República Dominicana. “Conseguimos que, tras Puerto Rico y Estados Unidos, España sea la séptima zona dominicana además de las de dentro del país”, nos cuenta.
A lo largo del mes se han jugado los partidos de los grupos y las dos próximas semanas aún podremos ver los cruces (días 18 y 20), las semifinales (25 y 27) y la gran final, que se jugará en el cercano Centro Deportivo Municipal Antonio Díaz Miguel el día 31 de julio. Solo acercarse a ver jugar a los chicos y chicas de la Canasta de la Integración puede dar la medida de la calidad alcanzada en algunos partidos, donde no es infrecuente encontrar ojeadores entre el público. Mates, reversos, tiros imposibles –el torneo incluye el premio de un viaje a República Dominicana para el ganador del concurso de triples– y un ambiente inigualable que llena de risas, música latina y pasión las canchas del Rodríguez Sahagún.
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