De Tetuán a Guinea Ecuatorial: la historia de los pupitres viajeros de una escuela de Madrid
Cuando un equipo directivo se hace cargo de un centro educativo se encuentra una complicada maquinaria en marcha, con sus inercias y, también, con los agujeros que han quedado ocultos en el día a día de la etapa anterior.
Esto sucedió el pasado mes de julio en el CEIP Felipe II, un colegio que se encuentra en la Avenida de Asturias (Ventilla). El nuevo equipo directivo –director, jefa de estudios y secretaria– se encontró un centro con un porcentaje importante en situación de vulnerabilidad y descuidado en algunos aspectos, en su opinión.
“Por ejemplo, el gimnasio parecía un trastero. Estaba lleno de muebles viejos del comedor y de aulas que se habían renovado y se habían ido amontonando. No nos parecía de recibo que el gimnasio, que no deja de ser un aula más del colegio, se encontrase en esa situación de abandono”, explica Juan Miguel Antoranz, director del centro.
La alternativa obvia que tenían era recurrir al servicio de recogida de enseres y muebles del Ayuntamiento de Madrid, pero no les parecía una solución satisfactoria. “No queríamos arriesgarnos a que esos muebles fuesen a un vertedero puesto que, aunque no eran nuevos, podían tener una segunda vida”.
A través de las indagaciones de la jefa de estudios, dieron con Coráfrica, una iniciativa social de cooperación al desarrollo con carácter educativo que ya ha abierto un primer centro educativo en el barrio de Nkuantoma, Bata (Guinea Ecuatorial). Tras contactar con ellos, y de forma muy rápida, enviaron un camión para recoger el mobiliario. Al poco tiempo, los muebles sin uso del colegio partieron en un contenedor rumbo a Guinea Ecuatorial.
“Hace poco hemos visto que ya llegó, Nos pareció muy bonito que los pupitres que fueron utilizados por niños con muchas necesidades fuesen aprovechados por niños cuya situación es aún peor”, explica con orgullo Juan Miguel.
Los niños y niñas del Felipe II son conscientes de que las sillas y mesas verdes, habituales de nuestros colegios, están ahora en Guinea para tener una nueva vida. Supieron de su partida y, ahora, han conocido su recepción.
Este proyecto de colaboración con Guinea Ecuatorial es solo una de las acciones que el nuevo equipo directivo está llevando a cabo en el Felipe II. Su intención es escapar de la imagen estigmatizada que el centro arrastra. En las palabras de su director:
“En estos primeros meses de curso hemos creado una escuela de tenis de mesa, tenemos una tablet para cada alumno de primaria, paneles digitales de última generación en cada aula, clases de música y vamos a crear una orquesta con violines, violas, chelos y contrabajos; vamos a tener escuela de familias, talleres de gestión de emociones, espacio maker para trabajar robótica, edición de vídeo e impresión 3D... En fin, dar la vuelta al colegio y ponerlo en el siglo XXI, el que le corresponde”.
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