OPINIÓN
¿Quién te ha robado el Canalillo?
Un vibrante clamor ciudadano se contagia imparable entre los barrios cercanos a la Dehesa de la Villa: “Vamos a recuperar el Canalillo”. Vecinos y vecinas comparten historias que oyeron o incluso vivieron en su infancia: hablan de un paseo junto al antiguo curso de agua, que, flanqueado por frondosa vegetación, bordeaba la Dehesa de Villa hasta hace no mucho. Y quieren que su trazado, hoy repartido en tramos inconexos, se vuelva a unificar para sumar 6 kilómetros a un corredor verde que conectará entre el centro de Madrid y la sierra. ¿Un sueño? Sí. Pero un sueño factible y que cada vez está más cerca.
Es fácil comprender la magnitud del sueño de este vecindario y su potencial para toda la ciudad. Basta imaginar un plácido camino serpenteante y llano para recorrer paseando, corriendo o en yendo en bicicleta desde Cuatro Caminos hasta más allá del Parque Rodríguez Sahagún.
Los valores del trazado superan los de un simple parque. El Canalillo es naturaleza. Es salud. Es patrimonio singular e identitario de la capital, un elemento verde que existía mucho antes de que la ciudad se comiese todo vestigio de entorno natural. Una oportunidad única, especialmente ahora que la Dehesa de la Villa está camino de ser declarada Bien de Interés Cultural.
Conectar espacios verdes
Hoy oímos mucho sobre anillos verdes, corredores ecológicos, bosques metropolitanos… Nada que el Camino del Canalillo no fuera ya hace menos de un siglo, y pueda volver a ser con el apoyo común de ciudadanía e instituciones para completar este anhelo de un urbanismo verde, amable, vivible, armonioso con el legado popular y el entorno natural.
Si cada parque o bosque es de por sí un tesoro, conectarlos potencia sus bondades hasta casi el infinito. Hay modelos muy inspiradores en otras grandes capitales como el Collar de Esmeraldas de Boston, en Massachusetts. Allí existe un estupendo sistema de parques conectados que son el orgullo de la ciudad y sus habitantes. Sigamos ese modelo de ciudad como lo ideó el famoso arquitecto paisajista, Frederick Law Olmsted, padre de tantos parques emblemáticos de Estados Unidos, como Central Park. Hagámoslo nuestro,con el pequeño collar de esmeraldas verdes que tenemos al alcance de nuestra mano entre Cuatro Caminos y el fantástico parque de Rodríguez Sahagún, atravesando en su recorrido cinco parques madrileños: Carlos París, Juan XXIII, Francos Rodríguez y, por supuesto, la Dehesa de la Villa, además del mencionado Rodríguez Sahagún-
¿Quién te ha robado El Canalillo?
El Canalillo es nuestro, es tuyo, y quizás no lo supieras. Pero te lo han robado. La furia de la ola urbanizadora de la segunda mitad de SXX se encargó de absorber y borrar los vestigios de la existencia de aquel trazado maravilloso de la llamada Acequia Norte con sus terrenos y valores hasta cubrirlo, cerrarlo y olvidarlo en 1967.
Hoy, entre los distritos de Moncloa-Aravaca y Chamartín, pasando por el de Tetuán, resiste un tramo adoquinado aquí, un paseo polvoriento allá, un terreno amurallado junto a un edificio residencial o una parte aislada por una valla candada. Trocitos de camino y trocitos de historia ahora separados que podrían reconectarse. Hemos de entrenar nuestras miradas urbanitas para identificar la totalidad de este camino (o animarnos a recorrerlo en uno de los exitosos paseos ciudadanos organizan periódicamente para honrar y reactivar el hambre popular de Camino) y poder identificarlo y sentirlo como lo que es: un valor propio de todos todas las personas que habitamos en la gran urbe madrileña.
Nos han robado el Canalillo. Nos han privado de los frutos de las huertas que este trazado acuático regaba en su origen y que se podían comprar en los mercados cercanos a su recorrido, donde se alternaban con merenderos y pequeños espacios libres.
Nos han robado el Canalillo. Se lo han negado a la infancia que apenas puede jugar en la calle. Se lo quitan a las personas mayores que no tienen lugares donde salir al aire libre y departir lejos de la furia del tráfico rodado, que domina un 70% del espacio público según un reciente estudio de la red de administraciones “Ciudades que caminan”.
Te han robado el Canalillo. Te han privado de un Madrid más verde, por el que puedas pasear a pie o ir en bicicleta conectando cinco grandes parques urbanos, siguiendo el curso natural de las estaciones, y cuyo frescor suavice los calores veraniegos de la hostil isla de calor capitalina.
Y ahora, ¿cómo recuperar lo que es nuestro?
Las actuaciones realizadas en las últimas décadas en el Camino del Canalillo han sido poco coherentes: desarticulación del trazado, escasa calidad de los materiales utilizados, falta de respeto al patrimonio y ausencia de un proyecto que incluya la recuperación de su función ambiental.
Esto ha desembocado en la situación actual: tramos maravillosos y en buen estado, pero parcialmente desconectados entre sí, y con dos grandes barreras que impiden el paso a nivel de cota, es decir, siguiendo el antiguo curso del agua.
La primera barrera es una parcela, dentro de la Ciudad Universitaria y calificada de zona verde, situada detrás de la residencia de profesorado universitario en la calle rector Royo-Villanova. Se trata de una ocupación irregular que han denunciado formalmente varias asociaciones y la Plataforma por la recuperación del Canalillo.
La segunda barrera es un tramo curvo que bordea el Colegio de Huérfanos Ferroviarios, en eterno proceso de traspaso de la gestión del Canal de Isabel II al Ayuntamiento, y que ha sido repetidamente solicitado por el grupo de entidades ciudadanas que acompañan al Ayuntamiento de Madrid en el Grupo de Participación de la Dehesa.
Es urgente atender esta demanda vecinal. Madrid no puede dejar pasar la oportunidad de recuperar el Camino del Canalillo, generando una senda verde que recorra la ciudad que haga visible sus valores patrimoniales y ambientales, y enriquezca el sentido de ciudadanía y pertenencia de las poblaciones próximas. La recuperación del Camino del Canalillo es una gran oportunidad para poner en valor el patrimonio natural y cultural y la biodiversidad propiciando la conexión de zonas con muy poca disponibilidad de zonas verdes con áreas mejor dotadas.
Para ello hace falta desarrollar un proyecto integral del Canalillo que cree una conexión con el entorno urbano, eliminar barreras visuales integrando zonas verdes, recuperar la naturalidad de la vegetación y hacer visible la historia del lugar mediante el tratamiento historiográfico necesario. Un proyecto que coincidiría con los objetivos de la Estrategia europea sobre la biodiversidad de aquí a 2030 para reintegrar la naturaleza en nuestras vidas, que plantea la ecologización de las ciudades. Y que, sin ir más lejos, coincidiría con planes madrileños como el Bosque Metropolitano concebido como infraestructura verde y el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad, que buscan marcar las pautas para una planificación global que permita conservar, mejorar y potenciar el patrimonio natural y la biodiversidad de la ciudad de Madrid.
La ciudadanía parece dispuesta a colaborar en el empeño. Ahora es el turno de las administraciones. Es el momento de que actúen con diligencia para recuperar el Camino de Canalillo y abran los espacios de participación de la ciudadanía para que esta se incorpore al proceso, haga suyo el espacio y participe en su gestión y desarrollo.
Que no nos lo roben del todo: aún estamos a tiempo de recuperarlo.
*Consulta el mapa interactivo que han preparado desde la Plataforma por el Camino del Canalillo por hitos de su memoria
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