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Las rentas medias se despiden del coche nuevo

En 2025 se esperan precios aún más elevados para compensar posibles sanciones a las marcas.

Motor

El encarecimiento de los coches, tanto nuevos como usados, es un problema que no deja de agravarse desde la época de la pandemia y que además amenaza con ir incluso a peor en este 2025. Si hace justo dos años te contábamos aquí que los vehículos -especialmente los eléctricos- llevaban camino de convertirse en artículos de lujo reservados a las rentas más altas (puedes leer aquí el artículo), hoy constatamos que la brecha entre el poder adquisitivo y el precio de los coches no hace sino ahondarse.

Un estudio de Autoscout24, el portal especialista en vehículos de segunda mano de Sumauto, las tarifas de los vehículos nuevos han crecido casi el doble que el Índice de Precios al Consumo (IPC) desde 2019 y cerca de cuatro veces más que los salarios. En concreto, el precio medio de los coches nuevos en el acumulado de 2024 (hasta octubre) fue de 26.021 euros, lo que supone un incremento de 7.081 euros en cinco años, un 37,4% más. La evolución del IPC en ese periodo muestra un crecimiento del 20,4%.

El trabajo, elaborado a partir de los datos de la Agencia Tributaria y el Instituto Nacional de Estadística (INE), indica también que el precio medio del vehículo nuevo se ha incrementado cerca de cuatro veces más que el salario medio en España. Este ha aumentado desde 2019 un 10,4% y se sitúa actualmente en 30.237 euros.

Sumauto subraya de este modo la pérdida de poder adquisitivo general de los españoles, que tienen que hacer frente al encarecimiento de otras partidas del presupuesto doméstico más importantes que la eventual compra de un coche, las que atañen por ejemplo a la hipoteca de la vivienda o la cesta de la compra.

En el estudio se enumera una serie de motivos que explican la actual situación. Entre ellos destacan la crisis de los semiconductores, ya superada, que siguió a la pandemia de 2020; el encarecimiento de las materias primas, vinculado a diversos conflictos geopolíticos, y el aumento de los propios costes de producción de los automóviles para adaptarlos a las exigencias legales en materia de sostenibilidad y seguridad.

Con buen criterio, el portal especializado menciona también que los fabricantes han dejado de fabricar coches pequeños y prácticos (y, en consecuencia, más baratos), “en favor de modelos cada vez más grandes, tecnológicamente más avanzados” y mucho más caros, en referencia a los SUV que colonizan ya todos los segmentos del mercado. Recordemos que en 2024 este tipo de vehículos representó ya más del 60% de las matriculaciones totales de turismos nuevos en nuestro país.

El año que acabamos de estrenar difícilmente nos traerá un alivio en lo que a la carestía de los coches se refiere. Más bien al contrario, se prevé que los precios sigan subiendo debido a la entrada en vigor, desde el 1 de enero, de las nuevas limitaciones incluidas en la normativa conocida como CAFE, por sus siglas en inglés.

La principal de estas restricciones obliga a los fabricantes que operan en los 27 países de la Unión Europea a reducir el nivel medio de emisiones de CO2 de sus modelos desde los 115,1 gramos por kilómetro actuales a 93,6 g/km. Los que no lo logren podrán ser sancionadas con hasta 95 euros por cada gramo excedido en cada coche vendido, lo que se traduciría en multas multimillonarias.

No hay que ser adivino para adelantar que las marcas van a optar por subir aún más el precio de sus productos para compensar las pérdidas que conlleva el pago de esas sanciones. La única manera de evitarlo pasaría por conseguir un incremento significativo y rápido de las ventas de modelos eléctricos e híbridos enchufables, cuyas bajas -o nulas- emisiones medias permiten rebajar el promedio de CO2 de cada marca y sortear así las sanciones de la UE.

Los híbridos no bastan

De este panorama emerge una paradoja bien identificada por Sumauto, y es que “un coche nuevo de combustión será más barato cuanto más vehículos electrificados (eléctricos puros e híbridos enchufables) se matriculen” a lo largo del año.

Como es sabido por todos, las ventas de eléctricos e híbridos enchufables no acaban de despegar en nuestro país. Lo que sí demandan cada vez más españoles es modelos híbridos, ya sean convencionales o mild hybrid. Sumando unos y otros, acapararon el 38,6% de las matriculaciones en 2024, cifra nuca vista hasta el momento. De hecho, este ha sido el primer ejercicio en el que se han vendido más turismos con motor híbrido que de gasolina, que se han quedado en el 37,2% del total.

El problema de esta categoría de vehículos, por lo que atañe a la normativa CAFE, es que sus emisiones de CO2 suelen estar por encima de los 93,6 g/km fijados como límite y, por tanto, no ayudan a evitar las sanciones comunitarias.

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