Mucho se ha hablado del impulso a la escolarización del primer ciclo de infantil, propiciado por el “Programa de impulso de escolarización en el primer ciclo de Educación Infantil, en el marco del componente 21 del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia”, casi nada, que en teoría va a suponer que la Región de Murcia disponga para ello de un presupuesto de casi 40 millones. El pasado marzo Campuzano hablaba de la creación de 4000 plazas públicas de educación infantil de 0 a 3 años. En concreto anunció la creación de 832 plazas para el año 2022, 2.302 plazas para el 2023, y 805 para el 2024.
Ahora volvamos a la realidad de las políticas públicas en la Región, incluso con temas como éstos que son vitales para la mayoría de familias con hijas e hijos tan pequeños. Este curso 2022/23 no se ha creado ninguna plaza pública gratuita nueva. Solo contamos con las plazas de las 14 escuelas dependientes de la Consejería de Educación que ya eran gratuitas antes. Víctor Marín es nombrado Consejero, y anuncia que este curso se han creado casi 1.000 puestos escolares en centros públicos “de titularidad municipal”. Sin embargo, estos “puestos” no se sabe dónde están puestos, porque los que hay no son nada “gratuitos”.
También sostiene que cerca de 50 centros de Infantil y Primaria públicos acogerán el próximo curso 23/24 a 1.000 nuevas alumnas y alumnos de 2 años. Aún suponiendo que esas plazas finalmente aparezcan, aún faltarían 2.000 para llegar a los 4.000 anunciados a bombo y platillo. Las familias que esperan a una Administración que no llega sí que son contantes y sonantes. Toda la fórmula es usar el dinero de la UE para habilitar esos puestos, sin que nada dependa de la Consejería, sino de los ayuntamientos, y sin que por tanto se tenga que comprometer ninguna partida de gasto regional para hacerlos estables. Todo un espejismo. ¿Qué pasará cuando se agoten los fondos europeos para escolarización de 0 a 3 años? ¿Continuará la Consejería de Educación financiando estos centros de diversas administraciones municipales? ¿De unas sí y otras no dependiendo del color? Lo único que garantiza algo a la gente es sacar plazas con personal funcionario dependiente del Gobierno Regional. Lo demás es nada.
Por otra parte, Marín tampoco aporta soluciones al caos organizativo que él mismo ha creado. El próximo curso vamos a escolarizar a estos menores en centros de titularidad municipal, en los 14 dependientes de la Consejería, y en “aulas” de Centros de Infantil y Primaria en los que ni caben. Con organizaciones diferentes y horarios diferentes. En teoría van a tener “personal técnico educativo en Educación Infantil”, pero ni se sabe si habla de maestras o de técnicas superiores en educación infantil o de qué. Ni cuáles van a ser sus condiciones laborales. Y eso que ya se ha creado en teoría 1.000 plazas, y seguimos sin saberlo. No parece que el Gobierno Regional quiera crear puestos de trabajo estables y de calidad, porque no quiere que esto dure.
Con esta falta de organización, además, las familias van abocadas a ratios diferentes. Y ya sabemos cómo cambia la calidad del servicio en función de esas ratios. ¿Qué ratios se van a aplicar en qué centros? Si tomamos como referencia el alumnado previsto y lo dividimos por el número de aulas en teoría previstas, nos resulta una ratio de 20 niñas y niños por aula, muy alejada de las recomendaciones de la Red de Atención a la Infancia de la UE, esa que paga. La Comisión Europea estipula que para garantizar una educación digna y de calidad tiene que haber una educadora por cada cuatro plazas de 0 a 1 año, una por cada seis plazas de 1 a 2 años, y otra por cada ocho plazas de 2 a 3 años.
Volviendo otra vez a la realidad de la gestión que hace el PP de Murcia, vemos que la Región está a la cola en plazas públicas para estas edades, y siguen sin tener ningún interés. Dilapidan -que no invierten- los fondos de UE de mala gana, por obligación, casi con desprecio por las políticas que tienen detrás. Son fondos para activar cambios en las políticas, para ayudarnos a tomar una dirección de progreso. Pero aquí son solo un gasto, un dinero que hay que quitarse de encima sin mejorar nada. Por eso fuimos también la última CCAA en tener currículo para este ciclo.
Todas las familias deberían poder acceder a una plaza de 0-3 años pública, gratuita, gestionada por la Consejería de Educación, y estable, que no desaparezca en dos días. ¿Cuál es la política correcta que la UE espera? La progresiva creación de centros específicos de educación infantil de primer y segundo ciclo, que confieran unidad pedagógica a la etapa y adecuación de espacios. También la progresiva unificación y dignificación de las condiciones laborales del colectivo que trabaja en los dos ciclos de la etapa, que necesita ir homogeneizando titulaciones poco a poco y ser reconocido en su labor educativa. Es lo que hacen, educar.
Por eso también se precisa la introducción, en el Plan de estudios del Grado de Educación Infantil, de contenidos y procesos pedagógicos específicos que capaciten a las personas graduadas para trabajar en el ciclo de 0-3 años. Las personas que trabajan con perfil de técnico superior en educación infantil deben considerarse como docentes. Tienen además un alto grado de especialización en la práctica. Se merecen al menos regirse por el calendario escolar y el horario educativo.
Necesitamos también de manera urgente una directriz estatal, tanto en lo curricular como en lo organizativo, que dé unidad de objetivos y acción al ciclo de 0-3, y por consiguiente, homogeneidad y coherencia a la etapa educativa de 0-6 años, sumida ahora mismo en una disparidad territorial caótica e inaceptable. Puede que en otros territorios vayan mejor. Pero en Murcia las políticas no cambian. ¿Se acuerdan de la última vez que la administración regional mejoró un servicio público? Sigan tratando de recordar, familias, a ver si nos acordamos antes de las elecciones.
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