La hostelería y empresas del sector turísticos serán las primeras beneficiadas con 30 millones de euros; éste sería su segundo rescate. El primero se dotó con 15 millones de euros.
La previsión es que el dinero de esta segunda ayuda llegue a los bolsillos de los beneficiarios a finales de julio.
No entraremos a juzgar ni valorar el rescate, pero sí que defenderemos que este tipo de situaciones requieren de transparencia y, sobre todo, honradez.
España podrá obtener, de la Comisión Europea, para hacer frente al impacto económico del coronavirus, hasta 140.446 millones de euros del fondo de recuperación. La financiación que obtendría España se dividiría en dos: unos 70.000 millones de euros en forma de transferencias a fondo perdido y el resto, otros 70.000 millones, en forma de préstamos que posteriormente tendríamos que devolver.
Como siempre, el dinero que se deba devolver de las 'ayudas' recibidas de la Unión Europea (UE) saldrá de nuestros bolsillos. Que menos que la balanza económica para el pago de estos préstamos no recaiga única y exclusivamente sobre los ciudadanos.
Lo justo sería que los hosteleros declarasen la actividad económica real y no la ficticia para que las arcas públicas recibieran lo que les corresponde.
La mayoría de los hosteleros están dejando por los suelos al sector, pero es cierto que no todos son iguales y, también, habrá quienes lo hagan conforme la ley manda, respetando el convenio, los contratos, las categorías…
Este sector se nutre principalmente de gente joven, quienes tristemente ven cómo en el día a día se abusa de ellos. Por miedo o desconocimiento, acaban aceptando unas condiciones laborales que no se ajustan a convenio, ni aun siendo éste de 2009 y, al igual que los contratos que firman, son vulneradas.
¿Cuántas empresas del sector hacen contratos de 20 horas semanales pero imponen jornadas de trabajo de 40 o 50 horas declarando solo sobre las 20 contratadas? En esos casos, el resto se paga en B, dinero que no llega a Hacienda ni a la Seguridad Social.
Otro 'proceder habitual' es el de las categorías como tapadera para pagar menos. Se les contrata como ayudantes de cocina o camareros, pero las funciones que realizan no son de ayudantes, son de cocineros o camareros, eso sí, el pago se realiza con respecto a la categoría contratada, eso quiere decir que cobra como ayudante pero realiza otro tipo de tareas de mayor responsabilidad.
Esta manera de actuar repercute directamente en las prestaciones por desempleo de los trabajadores, y cuando son enviados a un ERTE la prestación a cobrar es sobre la base de cotización, que es la suma de los conceptos salariales por las horas legalmente contratadas. Las personas afectadas por este modo de proceder se habrán encontrado con pagos miserables que no se ajustan a la realidad.
Ante todos estos abusos es lógico que los trabajadores de la hostelería en la Región de Murcia busquen otros sectores de actividad para trabajar: personas que tenían la hostelería como primera o segunda actividad, exploran una vida laboral más digna y donde se respeten sus derechos.
La pandemia ha sido el detonante para evidenciar el alcance de la soberbia y la ambición de los empresarios, dejando claro las repercusiones de sus abusos. ¿Cómo va a volver un trabajador donde no es respetado y abusan de él? Sueldos bajos, jornadas interminables y no declaradas, ausencia de contratos, categorías que no se ajustan a la realidad y un largo etcétera, con una respuesta común a todas las quejas: “Lo tomas o lo dejas. Hay cien como tú esperando”.
Que en la actualidad, y con el paro que hay, los restaurantes y bares en la Región de Murcia no encuentren camareros o cocineros para trabajar, es consecuencia de los abusos laborales mantenidos en el tiempo y que tratan de seguir perpetuando bajo el roído argumento de que “la hostelería es así”.
¿Qué hace la administración para evitar que el fraude en este sector? Nada. Tanto Inspección de Trabajo como Hacienda deberían fiscalizar esta forma de proceder, hay mecanismos para evitar los fraudes y eludir obligaciones.
No faltan personas para trabajar en hostelería, faltan derechos para las personas que trabajan en hostelería.
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