El fiasco de Epsilon Euskadi, que costó 50 millones de dinero público, llega al juzgado
El fiasco de Epsilon Euskadi, el frustrado proyecto automovilístico impulsado hace cinco años por el Gobierno Ibarretxe, será visto en un juzgado por vez primera. El caso, que ha supuesto la pérdida de 50 millones de euros de ayudas públicas (la mayor parte del Gobierno central), será analizado por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Vitoria para determinar si la quiebra de la empresa fue legal y si adopta alguna medidas patrimoniales contra el máximo responsable, Joan Villadelprat, conocido por haber sido responsable en varios equipos de la Fórmula 1.
El anterior Gobierno vasco, en manos del PSE, llevó este asunto a los tribunales para pedir la declaración de quiebra culposa y la inhabilitación por cinco años de Villadelprat. Este caso tiene además otra investigación penal, en la que la Fiscalía de Álava ha denunciado a Villadelprat y a otro exresponsable de Epsilon, el británico Mark Payne, por un delito de alzamiento de bienes.
Para las arcas vascas, esta empresa ha supuesto un agujero de 16 millones de euros que el Gobierno vasco tuvo que pagar a Kutxabank: era el aval que el Gobierno Ibarretxe concedió en 2009 a la empresa en contra del criterio técnico de los abogados del Parque Tecnológico de Álava, donde se mantiene en edificio de la empresa.
Este proyecto fue impulsado por el Gobierno que lideraba entonces Juan José Ibarretxe y el PNV de Álava, que querían convertir al Parque Tecnológico en la vanguardia internacional de la tecnología del automovilismo. El proyecto ofrecía datos sospechosos, como que la empresa creada por Villadelprat tuviera un capital social de solo 90.000 euros y recibiera 50 millones en créditos y subvenciones. La mayor parte de este dinero vino de Madrid, fruto de las exigencias del PNV para apoyar a José Luis Rodríguez Zapatero cuando era el presidente español.
Pero todo se derrumbó al de poco años y en 2012 Epsilon entró en preconcurso de acreedores con unas deudas de ocho millones de euros. Sin embargo, pocos días después, la empresa vendió a muy bajo precio (200.000 euros frente a los 1,1 millones de valoración realizada por la Fiscalía de Álava) toda su división deportiva a la empresa Epic Racing, que había sido creada solo un mes antes y cuyo administrador único era Mark Pyne, quien había sido director financiero de Epsilon. A ello se unió que Villadelprat hizo caso omiso a la negativa del Gobierno vasco (a quien le había consultado para que le diera su bendición) de que se vendiera el área deportiva.
El juzgado de lo mercantil verá mañana la vertiente de la legalidad de la quiebra de un proyecto con un magnífico edificio en el Parque Tecnológico de Álava que se encuentra ahora vacío y sin ningún uso.