El Gobierno de Urkullu se felicita por el fin de la “excepcionalidad” de 100 días en Euskadi y pide “responsabilidad” tras el fin del estado de alarma
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha firmado ya el decreto con número 14/2020 que “casi 100 días después” de que el 14 de marzo se iniciara el estado de alarma abre para Euskadi “una nueva etapa”. Desde la medianoche del jueves al viernes se inicia la denominada “nueva normalidad” o “nueva vida”, en la que a las actividades rutinarias les acompañarán las mascarillas (la multa es de “hasta 100 euros”), la distancia de 1,5 metros (todo estará 50 centímetros más cerca que ahora) y los aforos limitados. El final del estado de alarma en Euskadi llega después que el de Galicia -la otra comunidad con elecciones el 12 de julio- y a la vez que el de Cantabria, con la que se escenificará este viernes la apertura de fronteras con una acto al que Urkullu y su homólogo, Miguel Ángel Revilla, dotarán de toda la solemnidad posible aunque solamente suponga adelantar 48 horas el final automático de la “excepcionalidad”.
El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ha destacado precisamente eso, que se pone fin a “casi 100 días de excepcionalidad” y que “Euskadi recupera así todo el conjunto de atribuciones y competencias recogidas en el Estatuto de Gernika”. Pero, al mismo tiempo, cuando Erkoreka ha hecho balance de este período, ha querido hacer ver que fue Urkullu quien inició esta fase de contención de la pandemia al declarar el 13 de marzo -24 horas antes que Pedro Sánchez- la emergencia sanitaria. Además, ha enfatizado que la desescalada, aunque ha venido pautada por el Ministerio de Sanidad, ha seguido un “plan específicamente concebido para Euskadi” y diseñado en Vitoria y no en Madrid.
También la orden que regula la nueva normalidad, firmada por la consejera de Salud, Nekane Murga, pero presentada por la consejera de Desarrollo Económico y comisionada del lehendakari para liderar la desescalada, Arantxa Tapia, es “un marco regulador nuevo y propio, específicamente concebido para Euskadi y su realidad sanitaria, social y económica”. Tapia ha hablado de que dibuja una “nueva vida” pero ha pedido “responsabilidad e inteligencia a la población” porque los riesgos de contagio siguen existiendo. “Aunque lo afrontamos con tranquilidad, por la capacidad de nuestro sistema sanitario y por la situación que tenemos ahora”, ha dicho.
Un fallecido y 10 nuevos contagios
A su lado, Murga ha ofrecido los últimos datos sobre la evolución de la pandemia. Son 10 los nuevos contagios detectados con pruebas PCR y los focos de Txagorritxu y Basurto se dan como “absolutamente controlados”. No hay positivos nuevos en Vitoria y sí hay uno más en el hospital de Bilbao, el de un sanitario, si bien ya llevaba varios días aislado. Son 15 y 44 los casos totales en ambos brotes. El R0 sigue a la baja y se sitúa en 0,90, segundo día consecutivo por debajo de 1.
Los casos totales son 20.539 y los fallecidos 1.602. Se ha registrado un deceso en las últimas 24 horas. Murga ha indicado que, a diferencia del inicio de la pandemia, ahora las muertes son más de personas “con” COVID-19 que “por” COVID-19. De hecho, ha llegado a decir que ese supuesto sería el de “alguien con coronavirus que se despeña paseando por un paseo”, en el que el virus no sería la causa principal o detonante. “No todos los pacientes están falleciendo con COVID-19”, ha recalcado.
Asimismo, al hilo de la información publicada por este periódico sobre los 311 fallecidos en residencias según Osakidetza frente a los más de 600 comunicados por las diputaciones, la consejera ha indicado que “muchas” personas que ahora estaban internas no habían cambiado su domicilio y al Servicio Vasco de Salud no les constaba que procedían de residencias. “Conocemos los datos”, ha garantizado.
Son 12 las personas que siguen graves en la UCI, 9 al parecer “por” COVID-19 y el resto “con” ella, según la nueva diferenciación de datos. Murga ha destacado que el hospital de Santiago de Vitoria se ha dado el alta al último paciente en intensivos y que llevaba 78 días allí. Tampoco en Txagorritxu queda ya nadie grave, así que las dos UCI de Vitoria, la ciudad más castigada, tienen todas sus camas libres.
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