¿Dónde está el dinero de los Arruti?
El 'pelotazo' urbanístico de Zambrana -una recalificación mayor en extensión que el casco urbano de esta localidad del Sur de Álava- impulsado políticamente hasta el final por el que fuera 'número dos' del PNV de Álava, Alfredo de Miguel, era un sueño de 65 millones de euros. El político situó a su amigo Iosu Arruti, un desconocido militante nacionalista de Bizkaia como facilitador, y el 29 de septiembre de 2005 éste firmó unos honorarios de 3 millones de euros con la empresa catalana Construcciones Riera -430.000 abonados por adelantado- camuflado como un contrato de asesoramiento integral. En 24 horas, la mercantil Kataia Consulting, constituida por De Miguel y otros dos dirigentes del PNV alavés, Aitor Tellería y Koldo Ochandiano, estrenaba su actividad con un ingreso de algo más de 130.000 euros, una presunta comisión ilegal. Un simple cruce entre las cuentas de Arruti y las de Kataia Consulting permite comprobar ese movimiento económico y sus beneficiarios. Sin embargo, hay otros miles de euros llegados de Riera y cobrados por Arruti cuyo destino se desconoce al haber sido manejados en efectivo. ¿Dónde están esos 600.000 euros?
Arruti, que no había completado sus estudios en Derecho, entró en contacto con Francesc Fernández Joval, administrador en 2005 de Riera, por mediación del exparlamentario de CiU y exalcalde de Igualada Ramón Tomàs i Riba. En pocos meses, dio por roto un acuerdo de 2004 para el desarrollo de Zambrana suscrito con el navarro-aragonés Martín Balda Goñi e incluso devolvió en su integridad los honorarios pactados con él, algo menos de 300.000 euros. En ese período, De Miguel, Ochandiano y Tellería completaron los trámites para constituir Kataia Consulting, sociedad limitada a nombre de sus tres esposas. La oferta catalana era diez veces más cuantiosa y, como se constató más adelante, permitía extender la colaboración a otros negocios como las energías renovables.
De Arruti hay muy pocas referencias. Si De Miguel, Ochandiano y Tellería han sido cargos públicos y de partido, del intermediario de Zambrana hay menos información. Tenía a su nombre una asesoría, Sidepur, y un testigo ha explicado en el juicio del 'caso De Miguel' -que completó el pasado miércoles todos los flecos sobre Zambrana- que alquilaba y compraba terrenos para los Alderdi Eguna del PNV, que desde hace unos años se celebran siempre en unas campas de Foronda, al lado del aeropuerto de Vitoria. En este macroproceso están acusados también su padre, titular de la cuenta del BBVA con la que operaba habitualmente Sidepur, su hermana Estíbaliz -que fue representante del PNV en un distrito de Bilbao hasta 2015, ya procesada- y su cuñado, Gorka Errasti, propietario de varias mercantiles investigadas. De los 26 imputados del 'caso De Miguel', Arruti puede presumir de ser el único que acude con regularidad a todas y cada una de las sesiones del juicio, del que guarda apuntes.
Esta semana no ha sido buena para Arruti. Los dos fiscales, Josu Izaguirre y Manuel Pedreira, han mantenido alto el nivel acusador y ven detrás de Zambrana el pago de comisiones millonarias e injustificadas. A ellas se les ha sumado la representación de la Hacienda de Bizkaia, donde estaba domiciliada Sidepur. Controlada por el PNV, esta institución ha entrado en escena para pedir cárcel para Arruti y para su padre por los delitos fiscales asociados a los ingresos opacos de ese entorno familiar. Un inspector con galones de la Hacienda foral, Joseba Garmendia, no sólo constató que se habían esquilmado más de 500.000 euros al erario público, sino que Sidepur tenía todas las hechuras de una empresa pantalla para blanquear pagos ilícitos.
“Son empresas inactivas, sin trabajadores, sin gastos. Es una simulación. Se usan personas jurídicas para producir un desplazamiento patrimonial en beneficio de terceros. En Sidepur se observa que emite facturas a Riera y no hay detrás ningún contenido. Esos informes [que dice realizar en Zambrana]... Son de escaso tamaño o no hay prueba documental de que se hicieran. Sidepur no tiene detrás una estructura para lograr ese beneficio. Es una empresa muerta o latente y el Tribunal Supremo es claro”, describió.
El aludido alegó en la investigación que esos informes, como también los supuestos trabajos de asesoría de Kataia Consulting que justificarían los ingresos de la empresa de De Miguel, no podían ser entregados porque se habían perdido en la inundación del almacén en el que se guardaban. El inspector Garmendia puntualizó ante las preguntas de la letrada de Arruti, Arantxa Isasmendi, que tampoco Riera y sus sociedades satélites conserva ese material: “Eso no es normal. Mire, detrás de 40.000 euros, hay un trabajo enorme. Usted defiende a Arruti y seguro que tiene un montón de archivos de ese trabajo. En cambio, son múltiples los casos de clientes de Sidepur que no tienen nada y no pueden justificar facturaciones de cientos de miles de euros. ¿Cómo es posible que no haya ninguna prueba fehaciente?”.
Por beneficiosa, llama la atención una operación que reportó una plusvalía de 464.000 euros en este caso a Zerulur, otra sociedad de Arruti y su padre. “Una empresa catalana, Enginergy [filial de Riera], que es socia de dos sociedades catalanas, Biodiesel Pujalt y Villahoz, renuncie a su derecho de suscripción preferente y deje que otra empresa, Zerulur, compre ese paquete de participaciones por 400.000 euros. Como el que compra, Zerulur, no tiene dinero, Enginergy le presta ese dinero y luego se las compra, a los pocos meses, por 864.000 euros. Eso, en mi opinión, es una disposición de dinero a título lucrativo. Enginergy dispone un dinero en favor de unas personas. Es totalmente absurdo”, explicó Garmendia. El fiscal Izaguirre añadió que nada sucedió en esas empresas para justificar semejante “pelotazo”, en palabras del propio inspector.
Una de las constataciones del juicio en las últimas semanas es que alrededor de Zambrana se movía dinero. Y mucho. Especialmente significativo es un ingreso de 584.000 euros de Riera en la cuenta del BBVA con la que operaba Sidepur. Es de marzo de 2008 y está referenciado como “ingreso Enginergy”. Lo llamativo es que desde ese momento, Arruti padre e hijo realizaron regulares extracciones dinero en efectivo tanto en ventanilla (en la oficina de La Casilla, principalmente) como en cajeros (en Bilbao y Zarautz, la localidad natal de la familia), como se puede apreciar del análisis de los códigos de las sucesivas operaciones. Apenas hay más movimientos en la cuenta. Ésta es una relación de las extracciones de los tres meses siguientes al ingreso de Riera:
- 15 de abril: 5.500 euros (Bilbao, ventanilla).
- 16 de abril: 967 euros (Bilbao, ventanilla).
- 28 de abril: 6.500 euros (Bilbao, ventanilla).
- 30 de abril: 300 euros (Bilbao, cajero).
- 1 de mayo: 300 euros (Zarautz, cajero).
- 2 de mayo: 600 euros (Zarautz, cajero).
- 5 de mayo: 600 euros (Bilbao, cajero).
- 6 de mayo: 1.000 euros (Bilbao, ventanilla).
- 21 de mayo: 8.000 euros (Bilbao, ventanilla).
- 24 de mayo: 600 euros (Zarautz, cajero).
- 14 de junio: 300 euros (Bilbao, cajero).
- 24 de junio: 8.000 euros (Bilbao, ventanilla).
Los agentes de la Ertzaintza 15008 y 15431, expertos en delitos económicos que auxiliaron al juez instructor, Roberto Ramos, han indicado en el juicio que el hecho de que los movimientos fueran en metálico ha imposibilitado investigar su destino. “Es efectivo, no tenemos ese control”, manifestó uno de ellos a preguntas del fiscal Izaguirre, que cuantificó en 610.000 euros, en números redondos, el montante total movilizado de esta manera. “Sacan el dinero en metálico, unas cantidades para las que no hay justificación ni explicación”, apostilló Izaguirre. ¿Lo explicará Arruti cuando declare?